Rojo rubí, ribete cardenalicio, capa media-alta.
Es un vino intenso y frutal en nariz, que se muestra muy primario con toques de frutas rojas del bosque, recuerdos florales, ligeras notas especiadas y balsámicas, incluso alguna traza de lácteos. Con el tiempo nos ofrece unos aromas herbáceos de poleo o manzanilla, resultando muy curioso y expresivo.
En boca es sabroso y frutal, destacando su buena acidez y su paso etéreo, pero siempre mostrando materia. Final de frutas negras y toques especiados con un tanino granuloso, noble, pero que enseña sin duda su carácter. Buena persistencia. Vino vivo, personal, con estilo, ese estilo tan propio de esta casa.
Una vez más los experimentos de Carlos Esteva con variedades apenas conocidas como es en este caso la Marselan dan como resultado vinos de enorme personalidad, diferentes, pero siempre bajo ese prisma de calidad y de expresión del fabuloso terruño del Garraf. Muy buen vino.