Esta vez con este vino, distraído de un depósito en donde aguardaba para oficios de bodega.
Embotellado en formato magnum, y listo para repartir según rezan los acertados criterios de ese maestro de este oficio.
Poco nos duró con nuestras croquetas de huevo, quesos de pasta blanda y paletilla.
Muy placentero, jugoso, con mucha carga de fruta, con un color oscuro precioso, con nervio.
Y lo mejor, es que aún vendrán otras versiones.
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