...Y sigue, y sigue, y sigue...Este Cyan del 2003, que parece no acabarse nunca, en las distribuciones ni vinacotecas. Y complicado me resulta encontrar algunas del 2004, también.
En el caso de esta botella, la tinta de Toro ha regresado por sus fueros.
En la fase visual, se aprecia una evolución del vino: el color vira a los tonos rubí y, a pesar de mantener brillo y lustre, el ribete se observa atejado y terroso. La lágrima, presente, transparente, fina y bastante densa.
En la fase olfativa hago notar que el vino no se decanta; se descorcha y se comienza a catar una media hora después (las primeras copas). Escribiré sobre lo acontecido y percibido a lo largo de tres días, casi, hasta que conseguimos liquidar este Toro.
Las primeras notas olfativas nos ofrecen una nariz licorosa (bombón licor o "Mon Cherry"), dejes de tostados y torrefactos (café amargo). Algo de chocolate negro. Conforme evoluciona en botella, vainilla muy dulce y algunas especias más.
Al segundo y tercer día, el licor se hace menos presente. A cambio, la sutileza de la fruta madura, regresa a nuestra nariz: grosella, mora negra. Mermeladas de frutas del bosque. Digno de recordar largo tiempo. Regaliz; tostados menos marcados. Expresividad y complejidad, junto a una buena dosis de intensidad, crean un conjunto imponente y digno de probar. Allá voy:
En boca, las sensaciones alcohólicas de otras botellas, después de buen tiempo, se han calmado. La acidez sigue a un buen nivel, pero también menos afilada. El tanino, dulcemente frutal a la par que firme. Carnoso, masticable. Tiene buena longitud en todo el paladar y nos ofrece un final muy persistente de fruta madura y tostados. Retronasal donde aflora el café y el regaliz negro.

Evoluciona; pero no sólo tiene cuerda todavía, si no que creo que la boca aún puede ofrecer cosas interesantes. Eso sí, la nariz está en un excelente momento ahora.
Además, vuelvo a hacer hincapié, que aunque no lo halla conseguido como otras veces a ese precio de risa (3€ y pico), los ahora abonados 5,95€ que costó la botella, bien merecen una buena nota.

Color cereza picota, ribete granatoso, capa media y algo alta, fina lágrima lenta muy suavemente tintada. Aromas de fruta negra madura (cassis intenso), toques de fruta roja (frutillos del bosque), notables toques balsámicos (regaliz sobretodo), finas notas tostadas bien pulidas, suaves especiados, notas licorosas algo dulzonas de fondo que refrescan la nariz. En boca tiene muy buena entrada, ligera astringencia inicial algo agradable, buen recorrido sabroso, suaves notas amargosas, notables especiados, potente, estructurado, con personalidad, tostados bien integrados con su fruta madura, buena acidez, notable persistencia. Largo, postgusto fruta negra madura, retronasal ahumado y especiado.

Precio de €2,80 (¡¡imbatible!!)

PD hay que bebérselo ahora, no creo que de más de sí si está en guarda :)

Después de que probara la primera vez este vino de Toro, me dejó la impresión de ser una bestia en cuanto a potencia en boca, trago y maneras, pues demostraba unos taninos vivos, bastante acentuados y, aunque me dejó buena impresión, lo cierto es que creía que iría a mejor si el tiempo le templaba los ánimos y las hechuras, pues creo que para muchos sería un vino excesivamente contundente.
Pues bien, doy ahora con esta botella y la sensación es la de haberme encontrado otro vino.
La nariz, sigue siendo bastante intensa (pero menos potente), aunque esas notas de café, cacao y demás, han desaparecido bastante y en su lugar cobran más protagonismo las especias y la madera.
En boca, todavía el cambio es más evidente: parece otro vino ( por lo menos en esta botella); tiene buen ataque de entrada; pero ahora es mucho más educado ( muchísimo menos agresivo). Los taninos se han calmado de una forma evidente y el recorrido en boca es mucho más suave, casi amable, diría yo.
No sé cuando abra otra botella que tengo guardada de este Cyan, que me voy a encontrar, aunque igual me encuentro otra sorpresa.
Comprado a 3,95€, el precio me parece muy bueno. Aunque no sé que carácter de Toro me gusta más, si el domado o el salvaje.

Color cereza picota cubierto, ribete atejado con limpia lágrima.
En nariz esta vez decantado para no cometer el error de hace un año, frutas negras casi en licor, notas tostadas, especiadas y balsámicas con una leve brisa a regaliz.
En boca afrutado y balsámico, su correcta acidez le aporta un agradable frescor pero sin perder ese caracter de su zona, final largo y persistente.
Precio actual comprado: 4'50 €. El año más en botella para mejor.

Color picota con toques de tipo cardenalicio. En náriz frutos rojos, ahumados, toques de regaliz. En boca es bueno en su entrada, sabroso, pero un poco licoroso y alcoholico. Buen final.

Una bodega donde persiguen una larga crianza en botella, conocedores de que a un buen Toro hay que moldealdo en botella para que no hiera al consumidor con su tanicidad y sus notas vegetales, para ello presentan un crianza del 2003 con muchos meses de guarda en botella, a partir de ahí los cuatro vinos degustados mostraron una personalidad arrolladora, si bien exeptuando Cyan Pago de la Calera Selección Personal, distintos a los crianza, reserva y pago de la calera, muestra la evolución en crianza con muchos pareceres, una bodega a seguir teniendo muy encuenta.

Un tinto con una nariz muy personal con aromas acrílicos conformados por puntas ácidas de fruta roja y pimienta, rodeado de un carácter balsámico de menta común a los vinos de esta bodega. En boca sorprende como su acidez realza la fruta en presencia de frescura

Color rojo picota; ribete morado con toques anaranjados. Lágrima fina y bastante consistente.
En nariz, intenso: conforme se abre surge la fruta negra madura ( ciruelas, pasas, moras...), el cacao, los torrefactos y un fondo mineral perceptible y licoroso.
En boca, entrada potente, buen cuerpo; algo astringente en boca, pero sin llegar a ser molesto. Final más bien largo, secante y áspero, pero que deja buen sabor de boca.
Me ha gustado mucho este Toro, y a 3€ que lo conseguí en G.S., de Sobresaliente.
Para acompañar un potente asado de cordero, carnes rojas o cabrito.

Doce meses es lo que pone en una etiqueta que ha perdido con el cambio, cuando en la contraetiqueta figura catorce meses tanto en barrica como en botella ¿¿??.
Color cereza de buena intensidad y brillo con el borde granate, lágrima transparente.
Aroma muy maduro, grosella negra y tostados dulces de la sobremaduración de la uva que van muy bien con las notas de tabaco, ahumados y regaliz.
En boca se muestra igualmente maduro, con notas licorosas y amargosas de la propia grosella, taninos dulces, muy sabroso, especiado, postgusto prolongado.

Muy maduro en todas sus fases, de buena riqueza frutal que junto a sus notas de crianza bien desarrolladas hacen que esté en un momento justo de consumo, no le dejaría pasar ni un mes más.

Color rojo picota oscuro, ribete teja. En nariz aromas a madera tostada conjuntamente con frutas negras muy maduras, con un toque lácteo. En boca es de cuerpo medio, afrutado y sabroso, con buena acidez, con cierta potencia, final largo, ligeramente tánico. Creo que esta en su momento de consumo.