Trece grados de alcohol, degüelle fechado en febrero de 2008, corcho apretado y hermético. Mil novecientos noventa y nueve es una buena añada en Champagne, aunque no excelente. Pero como la exposición al sur de esa ladera de 5,5 ha clasificadas como Premier Cru(!) y el suelo calizo que devuelve la energía solar a las viñas, garantizan -casi sin excepción- una perfecta maduración de la fruta año tras año, la diferencia entre millesimés es menos acusada que en otros vinos de Champagne, lo que permite una mayor regularidad en la calidad de este Vino de Finca.

Necesita bastante tiempo para airearse. Inicialmente correcto y algo parco en la expresión aromática y bastante plano en boca.

Espectacular aspecto visual; amarillo dorado intenso, espuma finísima, persistente; burbuja minúscula, refrescante y placentera.

A la media hora exhibe gran profundidad, complejidad, equilibrio y sofisticación aromática: especias, flores, terciarios, café, fruta, orejones, frutos secos...

En boca se comporta de manera perfecta; refrescante, potente, corpulento, elegante, persistente en posgusto y perfectamente delineado.

Uno de los Grandes.

Citando a Terry Theise: "El Clos Des Goisses es tal vez el champán más importante, el que conviene pedir porque no lo vas a entender del todo. Es un vino penetrante, capaz de despertar no solo admiración sino también curiosidad".

Es tan silencioso su mundo de burbujas que parece un vino tranquilo, floral, con notas de levadura muy cremosa y un finisimo picor en la punta de la lengua que cimbrea la sensación de exoticos cafes frios, notas de mieles y frutos amarillos, pan especiado -nariz de frutos secos ahora-, con un equilibrio en boca increible, sorprendentemente va evolucionando y cada sorbo es un instante diferente, de lo exótico a las hierbas aromáticas, lavandas o limones...Es un vino bellísimo.