Dorado limpio y brillante, burbuja pequeña y abundante.

En nariz…pues perfume, perfume y perfume. Es intenso y nos muestra la paleta más compleja, encantadora y expresiva que jamás hemos percibido en un Champagne. Notas florales, frutas frescas, balsámicos, ahumados, piel cítrica, bollería, pan tostado, café en grano, cacao, especias orientales, hierbas aromáticas, trazas minerales. Una bomba de aromas complejos y casi hipnotizantes.

En boca no llega al nivel de la nariz (de hacerlo sería un 10 absoluto) pero tampoco le va a la zaga. Increíble su juventud y frescura a sus 29 años, acidez salvaje, paso firme y poderoso, final largo, profundo, eterno, que nos deja múltiples sensaciones cítricas, minerales, balsámicas y frutales, con un posgusto amargoso que invita a seguir bebiendo. Persistente. Durará una eternidad.

Ningún vino mundial envejece como lo hace el gran Champagne, con esa lentitud, con esa elegancia, con esa tremenda clase. Este Clos des Goisses es una muestra más, un vino de esos que te llega al alma por su proverbial elegancia, por su inigualable vitalidad, por ser el elixir de la eterna juventud. Un Champagne para la eternidad que jamás olvidaremos. Gracias Fernando. Gracias Jordi. Una cata inolvidable.