Visualmente se presentó de color granate algo turbio... lo que hizo temer lo peor. La nariz se mostró algo retraída, con suaves notas de champiñón, un marcado carácter especiado (sobre todo pimienta verde), algo de tabaco rubio y un ligero toque de fruta roja licorosa. En boca entra delicado, es muy ligero en el paso, con acidez ajustada, toques de fruta licorosa, suave amargosidad y bastante longitud. Aunque sigue vivo, los síntomas de decaimiento son evidentes.....

Rubí algo turbio (aunque la culpa de la turbidez la tuvimos nosotros que trasladamos en coche al abuelo a punto de ser catado).
En nariz nos dio el primer susto con un punto de corcho, recuerdos a TCA que no se detectó en boca pero que nos hizo dudar hasta la última copa, pues siempre quedó ese fondo de champiñones, humedad, entremezclado con las guindas en aguardiente, las especias y las maderas exóticas con un fondo de tabaco rubio.
En boca se nota el paso del tiempo, creo que ya está en "descenso", pasaron los mejores momentos de este gran vino, aunque sigue mostrando elegancia, recuerdos de lo que fue, fino y de buen recorrido pero con mermadas cualidades.

No puntuo porque no me siento capaz de evaluar desde un único punto de vista.

Coincido en las apreciaciones de Ignacio.

La elegancia en una copa. Observamos como los grandes vinos clásicos convergen con los años en una maravilla parecida. Algo de fruta roja, licor de cereza, ligeros tabacos.

Pulido en boca, sedoso y elegante y aun con potencia. Final larguísimo.

Un Pauillac con casi 35 añitos de una añada considerada menor por muchos que apareció con un bonito color rojo parduzco. En nariz le costaba expresarse un poco, aromas a humedad, hojas secas, hongos, madera vieja en sus inicios, pero al meterlo en la boca es elegancia y potencia unidas en un sorbo. Para mi, delicioso en la boca (mejor que en la nariz). Muy largo, intenso, vivo, sedoso, envolvente. Buf, muy bueno.