Color violáceo muy profundo, bien cubierto con borde morado. En nariz tiene notas de fruta negra, ciruela, cereza, grosella con ciertos toques florales de violeta, acompañados de una madera bastante presente que aporta vainilla, canela, coco y suaves tostados. En boca es carnoso, masticable casi, muy untuoso con taninos algo duros y una acidez correcta.
Púrpura casi negro, tinta la copa. Un vino corpulento, denso, bien vinificado y decididamente ’moderno’. Sí que trae mucha barrica, con sus notas de capuchino, tostados, y vainilla, pero igualmente trae mucha fruta de buena definición y mejor intensidad (cerezas y ciruelas negras, berries), con un dulce toque de tabaco de pipa y violetas machacadas. En boca se muestra tánico, de acidez quizá algo justa pero todavía suficiente para mantenerlo a flote, discurre con una densa carga frutal y un retronasal de flores y minerales --quizá esto sea lo mejor del vino. Un caldo argentino para, como dicen allá, ponerlo junto a un asado luego de ir a la cancha. (léase: ir a un partido del Boca y acabarse las cuerdas vocales mentándole su madre al River.... o viceversa.)
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