Estamos en un restaurante japonés en Cuenca (EC) y mi amigo Julio me comenta que prefiere un tinto a un blanco aunque pidamos pescado... dicho y hecho. Nos ofrecen este malbec argentino y aceptamos . Se abre la botella y la dejamos respirar unos 20 minutos antes de su cata. 

VISUAL: Presenta un precioso color púrpura, de capa alta, con un ribete rubí y de reflejos morados. Su lágrima es abundante, esbelta y transparente (93).

OLFATIVA: A copa parada emana aromas a fruta negra madura, mermelada de higos y moras. En movimiento aparecen deliciosas notas florales de violeta, especiados de pimienta negra, coco, herbáceos anisados así como apuntes terciarios de chocolate negro, cuero curtido, tabaco de liar y recuerdos amaderados a roble. Nariz notable, compleja y de intensidad media (88).

GUSTATIVA: En boca es impetuoso. Buen ataque, de acidez alta y taninos a medio pulir. De gran amplitud, corpulento y algo carnoso mostrando una estructura de gran vino. En retronasal es muy frutal con notas de mermelada y coco acompañadas de sutiles recuerdos florales. En el post-gusto de nuevo intuimos la madera de fondo, muy amable. Persistencia de dos minutos y 40 segundos. Fantástico, en un momento inmejorable que seguro aguantará no menos de cinco años en todo lo alto. Vino exquisito, equilibrado y muy redondo (91).

La RCP en el restaurante nefasta ($50)... En tiendas veo que en España cuesta entre 17 y 20 euros por lo que atendiendo a estos últimos precios calificaría su RCP como buena.

MARIDAJE: Tal y como había comentado estamos en un restaurante japonés y nos pedimos un surtido de sushi variado y una tabla de sashimi deliciosa. La verdad es que este vino maridó a las mil maravillas especialmente con el sashimi ya que su acidez y sus apuntes florales eran un contrapunto totalmente adecuado a la intensidad de los sabores salinos de nuestro pescado. Apuntar que con el wasabi y la salsa de soja también fue una combinación de 10. Gran disfrute!

Salud-os!!