Probamos en su día un hermano suyo, monovarietal de Cabernet Sauvignon, pero hoy nos encontramos ante este Malbec que nos pedimos en restaurante invitados por nuestro buen amigo José Manuel. Abrimos la botella y la dejamos respirar 20 minutos previos a su cata. El tapón excelente y la temperatura de servicio a 17°C:

VISUAL: Vino de color rojo picota de capa alta con el ribete burdeos. De lágrima fina, lenta y transparente (92)

OLFATIVA: A copa parada encontramos mucha fruta negra, moras y grosella. Al agitar se muestra balsámico con notas tostadas, un cierto toque a coco rayado, especiados de clavo y pimienta negra, aromas alcanforados y ricos terciarios a tabaco de pipa y chocolate negro. De intensidad alta y más que aceptable complejidad (91).

GUSTATIVA: En boca posee un buen ataque, amplio y carnoso. De acidez alta con los taninos muy presentes. En retronasal de nuevo es frutal con recuerdos a compota de ciruelas, notas especiadas de canela y un delicioso toque de cacao y café tostado. La persistencia es alta, de unos 3 minutos. Un vino en fase ascendente el cual recomiendo dejar en botella al menos un par de años aunque se puede beber tranquilamente en estos momentos. Rico Malbec, muy bien estructurado y con porvenir (92).

La RCP en restaurante un desastre (como es habitual en Ecuador), pero en tiendas se encuentra por unos 16 dólares, por lo que la considero muy buena.

De nuevo en el restaurante Tiestos, nos dimos un buen homenaje. De primero unos langostinos al "Tiestos" con sémola de trigo, un rico "picudo" (pez espada) a la naranja, sus típicas berenjenas a la mostaza y de plato fuerte un rico solomillo al ishpingo. Cayeron dos botellas, la primera con el pescado fue una delicia. Especialmente con los potentes langostinos maridó maravillosamente pero la segunda tanto con las berenjenas como con el solomillo fue todo un acierto. La salsa de ishpingo combinada con la jugosidad del solomillo y la frutalidad de nuestro vino fue un triunvirato ganador, toda una experiencia. Muy, muy rico este vino amigos.