Color cereza con ribete anaranjado, capa media-baja, espejo limpio y lagrima corta sin tintar la copa.
Nariz profunda con pimienta negra en primer termino, madera noble por detras, con tonos de anis, tierra mojada y tras evolucionar aparecen frutas rojas maduras. Es una nariz elegante y profunda
Paso por boca elegante, redondo, sin aristas. Sabor frutal con maderas nobles y tonos de pimienta que le dan frescura .
Denota madurez, evolucion, elegancia y equilibrio. Equilibrio entre la nariz y la boca y equilibrio en las sensaciones.
Sin duda es un buen vino. Gaja no falla
Un vino sabroso, pero raro. Perfecto para tomarle el pelo a los crédulos, y mejor aun para perderle el respeto al gran Gaja. ¡Y sin embargo, tiene la calidad que uno espera del buen Angelo! Trataré de explicarme:
Uno puede engañar a los crédulos haciéndoles pensar que este vino tiene algo del perfil aromático del nebbiolo, cuando en realidad no tiene nada. Tiene mucha influencia de la crianza (vainilla suave, tostados, café), fruta negra, tierra mojada, cierto tono boscoso y algo de la serie animal. Lo mejor es un acento de almendras que incluso recuerda al amaretto. Buen volumen, con ciruelas maduras, chocolate y algo de cuero en un recorrido amargoso, de buena acidez y tanino muy suave. Me recordó más al syrah... ¿en un Gaja? Caray, esto no me acerca nada a sus grandes vinos, y este vino no es barato. ¿Qué hago, le doy una mala nota por puritano, o juzgo al vino por sus propios méritos?
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