Hay vida en Jumilla más allá de Casa Castillo. El tinto de hoy, nada más abrirlo y puesto a ciegas, nos recordaba con algún matiz, a una syrah del Ródano norte. Fresco, fragante, profundo, frutal, mineral, tánico, poderoso, vivaz, con un color precioso, brillante, primario, especiado, mineral, algo alcohólico, ágil, sedoso, sin madera, sabroso y que hace salivar. Lo he descrito desordenadamente tal y como me iban viniendo los registros a la cabeza (y al paladar). Muy bueno, y como ya he dicho en otras ocasiones, pero especialmente ahora, qué bien seleccionadas están las diferentes ediciones Rarabanda.
Cerrón Rarabanda surge de una barrica seleccionada a partir de una vieja viña en pie franco a más de 900 metros de altura, que mezcla variedades tintas y blancas. Joven todavía de color rojo cereza con ribete violáceo, brillante. En nariz aromas intensos, fruta roja, herbáceos y fondo floral. En boca es fresco, frutal, frutas rojas, algo de hierbas mediterráneas y balsámicos. A partir de aquí he de buscar esta bodega que desconocía.
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