Me ha sorprendido este Alvariño.

Ya en nariz se presenta muy tropical, con piña y cítricos a raudales. También muy floral y láctico: mantequilla y bollería.

Pero es en boca donde sorprende. Es el Alvariño más untuoso, balsámico y goloso, que he probado. Esto sin estar reñido con una acidez más que destacable y una salinidad muy agradable. El retrogusto vuelve a traer la fruta, esta vez de hueso como el albaricoque y el melocotón. Con persistencia relativamente larga pero elegante y sutil, nada estridente.

Creo que es el Alvariño con mayor puntuación/valoración en las redes populares y no me extraña porque en España gustan los vinos con cuerpo y esto es relativamente poco habitual en Rias Baixas. Si añades el tono "golosón" tenemos lo que se puede llamar un vino "hedonista", que satisface los sentidos.

No es barato (unos 40 euros) pero es un vino que no va a dejar a nadie indiferente, así que le doy aprobado en RCP.

Probado en la cata que ofrecieron Marques de Murrieta de los vinos blancos de Galicia Barrantes y la Comtesse en Vilaviniteca. Una nueva añada de este vino, pero totalmente reinventado, en su imagen, en su contenido y en su precio, que es casi el doble que las anteriores añadas. Aquí nos ofrecen un albariño muy expresivo, elegante y fresco. En este nuevo vino, podríamos decir, se ha añadido madera de acacia en su elaboración, en la que envejece un 15% del vino y se ha alargado el periodo de crianza. Esto le hace ser más complejo y profundo y más posibilidad de guarda. Color amarillo pajizo verdoso. En nariz aromas elegantes y a fruta blanca de hueso y notas cítricas. En boca es un vino muy fresco y vivo con final largo y equilibrado. Un vino de albariño muy sabroso, y eso que, en mi caso muchos albariños me cuestan digerirlos.