Botella bordelesa de etiquetado moderno explicando lo que su nombre hace referencia.

Cierre de corcho no muy largo pero de razonable calidad para la tipología. No muy bañado en vino rojo granate claro salvo por algunas zonas. Huele bien.

Visual

Picota granatoso-rubí de capa media-alta, ribete granate-transparente con destellos violáceos, limpio, brillante, glicérico y de perceptible densidad, de bonita y fina lágrima de lenta caída que parece querer tintar la copa sin lograrlo. Bonita y joven visual. (9)

Nariz

De intensidad media a fruta roja y negra no muy maduras aún, abundantes flores azules y violetas, regaliz, especias, clavo, vainilla, nuez moscada, algo de cacao amargo, mentolado-balsámicos potentes, finas maderas y sutiles tostados.

Buena nariz, jovial, frutal, floral y de bastante complejidad para la tipología pero de discreta intensidad. (8,5)

Boca

Ataque muy frutal y ácido, seco, de inicio algo expansivo pero que luego cae verticalmente en boca con una rapidez inusitada; vino moderno y fácil de beber, de estructura notable, cuerpo medio-delgado (aunque aparentaba otra cosa), de buena acidez, ricos taninos (con algún margen de pulido aún), con un toque goloso muy leve a pesar de su sequedad. Agradable y especiado, algo balsámico pero, en cualquier caso, es un vino corto en postgusto con notas a fruta fresca ácida (roja y negra), con alguna especia, regaliz, fondo tostado, balsámico pero, sobre todo, muchísima floralidad en la retronasal. (8,2)

La boca es buena, agradable, fácil de beber, parece un vino inicialmente serio, pero luego percibimos que no, que es sólo apariencia pues es un vino ligero (pero moderno), más bien de chateo de barra y con un postgusto corto que, en cualquier caso, es agradable e invita a repetir.

Puede mejorar y terminar de integrarse algo mejor con 1-2 años más de botella, pero no mucho más: me da la impresión que es un vino más bien inmediato, para beber ya y, como mucho, para beber hasta 2020 (y no mucho más).

PVP entre 5,5 y 6,5€. Muy buena RCP para lo que ofrece. 

Porque es un buen vino, sabroso, bien elaborado, pero que no me ha acabado de llegar al alma.

En nariz tiene una gran cantidad de fruta roja y negra madura, especias picantes, muchos balsámicos, con regaliz y mentolados. También aparecen notas de especias picantes, cacao, notas minerales, toques sutiles de cuero, flores y notas vegetales, tierra húmeda y algún caramelito de violetas.

En boca tiene una entrada media, con las fruta madura muy presente, notas minerales y balsámicas, flores, especias picantes y esos lácteos en forma de caramelo de fresa. Cacao negro, monte bajo y ciertas notas vegetales redondean este vino, fresco y con carácter, pero que no me ha tocado la fibra.

A pesar de eso, es un buen vino con un buen precio. Veamos cómo van trabajando las futuras añadas.