Esta vez lo sentí más frutal en nariz: cítricos, miel, durazno en almíbar, algo de almizcle y una notita floral. En boca se presentó más débil, con dominancia de los cítricos pero acidez muy marcada. Relativamente flojo de estructura y de volumen.
Color dorado-ambarino, ligeramente apagado pero de buena densidad. La nariz es conducida por los frutos secos muy tostados (almendras, avellana), que pesan como lápida sobre la fruta, la cual está muy atrás. En boca es cálido y mucho mejor que en nariz: los tostados y la barrica dejan paso a una acidez fresca, picante y distintiva en la salida, con un retrogusto donde cobran vida los cítricos (pomelo, lima) y una muy interesante nota de ajonjolí.
El azúcar residual es un tanto bajo (75 g/l), pero tiene suficiente equilibrio.
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