Dorado, limpio, brillante y glicérico.
Flores, cítricos, fruta de hueso, menta, hierba fresca, algún hidrocarburo, mineralidad... No le damos casi tiempo a respirar, pero es que desde el principio sale súper aromático.
La boca posee una cierta corpulencia, la acidez se ha ido integrando, sigue manteniendo un nivel sobresaliente, pero ya no corta como un cuchillo, el alcohol parece que no está y no hay madera. Leve dulzor inicial que esta vez no se para en seco, sino que nos acompaña durante algún tiempo.
Final largo y perfumado.
Está perfecto para beber.
¿Cuándo empezará a destensarse, a que la acidez deje paso a esos impetuosos toques primarios que todavía no se atreven a salir del todo, a que los hidrocarburos ya presentes afloren de una vez, cuándo terminará de integrarse la mineralidad...?
Todo esto y mucho más dentro de un tiempo lejano y aún por determinar. Me asombra la calidad de estos básicos de buen productor de Mosela. Sin ser mis blancos favoritos, les otorgo una gran longevidad y les auguro un despliegue de matices intrincado y complejo. No pasan por barrica, no son caros, han pasado de moda... ¿Envejecen mejor que otros ilustres vecinos? Daría para un debate acalorado y muy interesado. Siempre con botellas de por medio, claro.
Fantástico riesling, me ha emocionado de color amarillo dorado limpio. En nariz aromas a flores, uva, fruta madura, muy cítrico, mineral y notas de hidrocarburos. En boca entra suave y envolvente, muy redondo, frutal, graso, una gran acidez, muy mineral y un largo final. Muy joven, pero fantástico. Una gozada. Un disfrute saboreando esta maravilla.
Dorado, glicérico, limpio y brillante.
Flores silvestres, uva blanca, fruta madura (níspero y piel de melocotón), patentes toques cítricos, abundantes especias, miel, botica, algún recuerdo a gasolina y piedras.
La boca tiene un tacto envolvente, graso y corpulento y, sin embargo y al mismo tiempo, una vez que el líquido va pasando, la acidez nos pega un navajazo inesperado. En ese momento todo se limpia y volvemos a empezar. El alcohol no está y tampoco se le espera. Primarios, punzantes, plástico y muchísima mineralidad.
Final persistente.
Jovencísimo este 2011. El más adecuado ejemplo de lo que es una mano de hierro en guante de terciopelo.