En octubre del 2011 salía al mercado el vino Travesía 2009 (Cabernet Sauvignon). Fue bautizado así en referencia al camino recorrido durante casi una década para lograr estos cinco vinos ecuatorianos, agrupados con la marca comercial Dos Hemisferios, nombre que también tiene un por qué. Responde a que las tierras de estos viñedos, paraíso fértil para cualquier agricultor, están en Ecuador, el país donde se funden los dos hemisferios del planeta.
Ëste es el segundo vino de marca "Travesía" que probamos. El primero fue un monovarietal de Malbec y hoy vamos con este Cabernet. Abrimos la botella y dejamos respirar por espacio de 90 minutos. En tapón un tanto corto y el corcho de baja calidad, ligeramente tintado en su base. Servimos a 17°C:

VISUAL: Tiene un bonito color rojo picota de capa alta con el ribete en tono burdeos. Su lágrima es fina, densa, abundante y ligeramente tintada (92).

OLFATIVA: A copa parada encontramos claros apuntes de grosella, pimiento rojo y aromas florales a rosas rojas. Al agitar surgen notas más herbáceas, estragón, aceitunas verdes y un toque mineral a mina de lápiz. Por parte de la barrica asoman terciarios de chocolate negro, cueros, tabaco inglés y duelas envinadas. De alta intensidad y fino bouquet (89).

GUSTATIVA: En boca tiene un buen punch, acidez marcada, taninos a medio pulir y buena amplitud, muy opulento. En retronasal de nuevo apreciamos notas florales y minerales con un fondo de mermelada de ciruela y guindas en licor. Su persistencia de unos dos minutos. Estructura noble, con la madera presente pero sin exageraciones, en plena evolución, para degustar en los próximos 5 o 10 años sin problemas. Realmente le veo un enorme potencial de guarda. Tengo que agenciarme un par de botellas y guardarlas. Un cabernet de libro, no lo puede negar (86).

La RCP la dejamos en buena, cuesta alrededor de los 19 dólares.

Maridamos este vino en dos comidas. La primera fue una paella valenciana y la segunda con unos muslitos de pollo al tomillo. Con la paella fue todo un acierto, se manejó poderoso a la altura de los intensos sabores cárnicos. Con los muslitos de pollo quizás demasiado vino, pero también muy disfrutable.
Salud-os