Probado al cabo del tiempo, ha ganado y sus notas minerales aparecen más claras. Muy frutal, buena madera, sigue siendo muy vivo, pero más equilibrado. Muy rico.

Me sorprende este vino ; una botella olvidada en el fondo del armario; capa media con rojo cereza ; olor a fruta madura,levadura y pan; especiado; tostado tanto en nariz como en boca; ciruela ; quizá menos impresiones que en nariz y madera no demasiada integrada. Me sorprende la nariz. Excelente relación calidad / precio.

Este vino me lo recomendaron en "El calahorrano" en el mercado de Logroño diciéndome que es un vino personal de un joven enólogo de la familia de las bodegas Peciña. Muy escasa producción, de cepas de más de 40 años a más de 500 metros de altura en uno de los territorios más bellos e idóneos para que nazca un buen vino, la Sonsierra en la Rioja Alta. Suelo arcilloso-calcáreo con una zona de bastante cascajo, que le da una buena mineralidad. Un vino con buenas sensaciones de fruta roja, con notas de maderas, pero dejando el protagonismo a la fruta. Un vino vivo y mineral. Bonito color rojo cereza oscuro, con ribetes granate y lágrima. En nariz aromas equilibrados entre la madera y la fruta, con algo de flores y notas terrosas. Los aromas van cambiando en copa. En boca es muy agradable, equilibrado también, integrado, con los taninos finos y elegantes. Rico y con una buena RCP. Un buen descubrimiento, que habrá que ver cómo evoluciona. De momento Rico y muy bueno