No conocía la bodega, a pesar de estar a tiro de piedra de donde suelo alojarme. Y tampoco sabía que alguien elaborase algo parecido a un fino de añada. Pero resulta que existe... Y también elabora tintos...

Por el color podría parecer un fino más. Pero no en nariz ni en boca. A los aromas a almendra dulce se une una suavidad impropia de los finos montillanos, ásperos y potentes por definición. Me ha sorprendido mucho. No me queda más que visitar la bodega para volver a probarlo con calma y conocer mejor al artífice de este vino: José Miguel Márquez. Para ir haciendo boca, nada mejor que una lectura tranquila de su página web: http://bodegamarenas.com/