Restaurante El Bulli (CERRADO) en Roses
Restaurante El Bulli (CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
200,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Comidas (sólo se puede ir a cenar). Cerrado entre octubre y abril aproximadamente.
Nota de cata PRECIO MEDIO:
324 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
9.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
9.2
Comida COMIDA
9.7
Precio medio entorno ENTORNO
9.0
RCP CALIDAD-PRECIO
8.9
Balón de gorgonzola
fantástico blinis con St. Felicien y trufa
Caviar evidentemente falso
Factura restaurante El Bulli
Caja (postres)
Uno de los platos.
Vinos consumidos en la cena.
Canapé de jamón y jengibre
Cacahuetes miméticos, galleta de tomate y americáno
Gambas en dos cocciones
Canapé de pernil i gingebre
Xocolates finals
xai amb xerès
Helado de coco con curry
Hoja de ostra con rocío de vinagre
Opiniones de El Bulli (CERRADO)
OPINIONES
39

Cuando uno entra en El Bulli no está entrando en un restaurante al uso. Está accediendo a un Parque de Atracciones, a un espectáculo inenarrable.

Se está adentrando en un Parque Temático de la Gastronomía.

Un festival de materias, colores, sabores, texturas, temperaturas, combinaciones, presentaciones, guiños, juegos, sorpresas…

Desde el plato 1 (Fresa de Campari) hasta el 37 (Caja de Chocolates), no dejan de sorprenderte, de agradarte, de arrancarte una exclamación seguida de una sonrisa.

Tras el Tío Vivo, llega la Noria, a la que le sigue la Montaña Rusa y a ésta otra atracción, y otra, y otra.

Texturas imposibles, combinaciones inimaginables, temperaturas inusuales, presentaciones de dibujos animados…

6 años después volvía a visitar El Bulli. Aunque me continuó “epatando”, como iba preparado, disfruté mucho más que la primera vez. Con calma, con madurez, con paz, y con un buen rollo increíble.

Porque en El Bulli se respira una atmósfera muy muy especial, en la que cabe tanto la seriedad como el desenfado, tanto el silencio como la carcajada, tanto la pajarita como el vaquero. Gente de las más diversas procedencias, nacionalidades, edades y caracteres, se sientan buscando lo mismo: magia. Que les sorprendan, que les distraigan, que les hagan disfrutar. Y dado que “El Bulli Team” (como ellos se autodenominan) siempre lo consigue, el resultado es esa sensación de sosiego, alegría y divertimento que flota en el ambiente del restaurante y que se va contagiando de mesa en mesa.

Son 4 ó 5 horas que se pasan en un suspiro. Cuando te quieres dar cuenta… ya ha terminado.

Y entonces empiezan las preguntas ¿qué era aquello que iba con el caviar de almendras? fffuá ; y… ¿de qué estaba hecho el globo helado? fffuá ; y… ¿os acordáis de la combinación de gazpacho y ajoblanco? fffuá; ¿y lo increíble de la elaboración de las dos tórtolas? fffuá ; ¿y de la aceituna esferificada que iba dentro del cono de…? fffuá ; ¿y el bocadillo-tartufo de queso Saint Michael caliente sobre el que te echabas con la mano las trufas que previamente habías estado un rato oliendo? fffuá; ¿y…?. Así puedes proseguir horas, recreándote en lo vivido.

Entre las múltiples diferencias que encontré con respecto a la anterior visita observé que ya no sirven pan (si no lo pides, y aún así, se resisten…). Pan… ¿para qué?. No hace falta. Está todo pensado para que esa sucesión de platos se concatenen armoniosamente sin chirrido alguno y fluyan con agilidad y ligereza… No hace falta pan.

Según nos dijeron era la primera temporada en la que Ferrán Adriá había incorporado al menú platos de caza. Resulta increíble comprobar como materias primas tan potentes y fuertes pueden ser transformadas en divertidos, suaves, desestructurados y afinados platos, sin perder un ápice de su sabor.

La magia, la ilusión y la emoción, están presentes en los 37 platos.

También tuvimos la fortuna de que nos dieran mesa a mediodía (algo que sucede en raras ocasiones), pues la noche ya la conocíamos. No sabría con qué hora quedarme. Ese gin tonic final en el porche con esas magníficas vistas del mar atardeciendo…

En cuanto al tema vinos… Grande el sommelier, capacitado, atento, cordial y simpático. La carta, qué decir de ella. Como tienen muy presente el próximo cierre del negocio, no van reponiendo lo que van agotando. Aún así, es extensa (todavía), variada y muy bien seleccionada. Pero qué difícil es elegirlos. ¿Cómo se marida esto?. Mi consejo es no pensar en ello. Cuantos más blancos mejor, también espumosos, pero si apetece un tinto se pide un tinto y punto. Olvidémonos de maridajes y desliguemos comida y bebida. Disfrutémoslos por separado. No es posible establecer entre ellos una relación sentimental. Solo sexo, y por separado.

El servicio es extraordinario. Perfectamente adiestrado, conjuntado y acompasado. Cocina y Sala conforman una buena pareja de baile, danzan con armonía, sin pisarse ni perder el ritmo.

La responsable de nuestra mesa, una guapa muchacha gallega, rezumaba profesionalidad, alegría, buena presencia y… mucha paciencia.

Cuando me fui tuve la sensación de ser un privilegiado, de haber comido y cenado en un restaurante de leyenda, un restaurante que ha marcado una época y va a marcar otra, un restaurante que forma ya parte imprescindible de la historia mundial de la gastronomía. Y me fui con el convencimiento de que su leyenda se acrecentará exponencialmente cuando cierre definitivamente, lo que tristemente sucederá dentro de unos pocos meses.

“Yo estuve ahí. Yo estuve en El Bulli…”

Ya se ha escrito mucho sobre El Bulli en este foro y, tras asistir, no puedo estar más de acuerdo con las impresiones laudatorias que desde variados puntos de vista se han recogido en los comentarios de más abajo.

Es muy complicado realizar cualquier comparación global con los restaurantes de alto nivel en los que hemos estado, está en otra dimensión paralela y desde mi punto de vista, clarísimamente superior. Quizá hay algunos elementos aislados comparables, pero como "experiencia" (palabra que últimamente está muy de moda, pero que solo en contadas ocasiones, como esta, adquieren su dimensión verdadera), es rotundamente única.

La experiencia es trascendente, profunda, emocionante y absolutamente memorable en el sentido más literal del término. Para mí ha habido un antes y un despues de El Bulli.

El concepto es un destilado de cultura mediterránea, no solo y obviamente por su localización, sino por la explosión de creatividad desbordante y desbordada, el sentido epicureo del comer, de los sabores de la tierra y del mar, del placer de la compañía, del disfrute de las relaciones humanas, dejando a un lado por un momento las leyes mercantilistas del máximo beneficio, o de la curva de la demanda.

El Bulli podría doblar el precio del menú y se seguiría llenando. Pero no lo hace. El Bulli podría marcar los vinos con un factor de precio muy superior. Pero no lo hace. Podría cobrarte todas las copas de cava que te sirve. Y no lo hace. Ese espíritu acaba envolviendo el desfile de genialidades que pasan por la mesa, y redobla la emoción.

Pero vayamos al grano, con el menú del 16 de octubre completo. Nos beneficiamos de la temporada de trufa (aún un poco incipiente) y de las setas. No puedo entrar en valoraciones detalladas, a mí solamente uno de ellos no me dijo nada. El caviar trufado, comido con una hojita, sin embargo, casi me hace llorar. O la aguja de pino con miel.

Materia prima excelente, sabores puros y ejecución asombrosamente virtuosa de cada detalle de los platos.

MENU 16-10-2010
Fresa de campari
Flauta de mojito y manzana
almendra-fizz con amarena-LYO
empanadilla de nori
globo de gorgonzola
cornete de aperitivo
porra de parmesano
avellana-frambuesa
tortillita de camarones
esponja de coco
canapé de jamón y jengibre
langostino hervido
gambas dos cocciones
codornices con escabeche de zanahoria
tartar de tomate
tiramisú
caviar trufado
drap de tartufo
macaron de parmesano
blini trufado
anémona fría con percebe
nécora anémona
ostras guillerdeau con tierra negra y tuétano
pistachos tiernos
ceviche de lulo y molusco
tacho de Oaxaca
cigala al natural
papillote de endivia 50%
gazpacho y ajoblanco
tórtola con risotto de moras al cardamomo
ravioli de liebre con su boloñesa y su sangre
fresas calientes con su consome de liebre
castañas miméticas
coca dulce de ceps
terrón de azucar al té y lima
estanque
tostadas de sésamo
profiteroles flotantes con sopa-gin y frambuesa helada al cardamomo
caja

Brut Nature Gran Reserva 2005 Agustí Torello
Chablis Les Preuses 2000 - Domaine Billaud-Simon
Clos Mogador 2005

Solamente dos reflexiones finales sobre el "concepto"

- El maridaje. Es imposible maridar todos esos platos, y yo ahí veo un problema aún no solucionado. No tengo la más mínima idea de cómo se podría abordar, pero la milimétrica precisión sensorial en la parte sólida, y la guía a veces férrea sobre cómo ingerir cada plato, se puede venir abajo, y de hecho se viene, si la elección no es la justa en cada momento. Y con esa carta de vinos, por muy bien que nos asesoren, y por las limitaciones prácticas del número de botellas que se pueden abrir, el maridaje solo puede ser aproximado. No se si esto ya lo tienen resuelto en cenas "petí comité" o es algo que deja para la nueva etapa. Confío en el Sr. Adriá.
En un blog del NY times dan hasta consejos.
http://dinersjournal.blogs.nytimes.com/2010/09/21/picking-a-wine-for-a-38-course-meal/?scp=1&sq=bulli%20drink&st=cse

- La puesta en escena. La comida es tan visionaria y el número de platos tan extenso, treinta o cuarenta, que el MARCO en el que todo esto se mueve es, de algún modo pre-moderno. Y no me refiero a la decoración, o al servicio, que son desde mi punto de vista intachables, sino que embutir tanta creatividad en el concepto de "Restaurante" nacido en el siglo XIX (camareros, salones, inmovilidad, elección del vino, etc) no acaba de encajar, la comida mira mucho más allá.
El escritor y crítico Tom Wolfe decía que los cuadros podían ser vanguardistas, rompedores y superar cualquier tradición anterior, pero que la "LA PARED" en la que estaban colgados, seguía obedeciendo a un concepto pre-moderno. Y yo creo que aquí es un poco lo mismo, las creaciones del Sr. Adriá son tan alucinantes que no pueden simplementen "colgarse" en un "Restaurante-pared"

Una vez allí creo comprender que, al margen de posibles motivaciones económicas, el Sr. Adriá quiera explorar nuevas formas de dar a conocer su genio.

Y le agradezco que aún nos haya dejado disfrutar del Bulli tal y como es hoy.

nos recibe en la cocina, con su indumentaria de cocinero, pocas palabras (“que disfrutéis”) y su ejército detrás en el fragor de la batalla.
Este es el menú que tomamos esa noche cada uno de los seis comensales:
1. Mojito-caipirinha (cañas empapadas de estos cócteles, como palos de regaliz)
2. Empanadilla de nori (con limón y sésamo negro)
3. Fresa (mimética)
4. Nieve-fizz (un Gin fizz en esa textura)
5. Almendra-fizz con amarena-LYO (amarena: variedad de cereza, amarga y pequeña)
6. Globo de gorgonzola (con nuez moscada)
7. Cereza umeboshi (encurtido japonés de albaricoque; aquí, cereza)
8. Camarones
9. Aceitunas verdes sféricas (la Aceituna)
10. Americano (otro cóctel, ahora en forma de teja)
11. Cacahuetes miméticos (ídem aceitunas)
12. Flor en néctar (para libar como una abeja)
13. Esponja de coco (sabor puro del coco con textura vaporosa y refrescante)
14. Galleta de té (con jengibre, pero ¡fría y amarga!)
15. Canapé de jamón (en gelatina) y jengibre (en el canapé)
16. Tartar de tuétano (con hoja ostra)
17. Ceviche de almeja y kalanchoe (planta tipo cactus, con hojas carnosas)
18. Crema de caviar con caviar de avellana y su tartaleta (“play-food”)
19. Langostino hervido (de San Carlos de la Rábida)
20. Gamba en dos cocciones (y el jugo de las cabezas)
21. Almendra mimética (y cruda, con granizado de tomate y albaricoque umeboshi)
22. Shabu-shabu de piñones
23. Soja con leche de soja.
24. Sopa de miso (con helado de sake)
25. Rosas/alcachofas (pétalos de rosa- fragantes-, con aceite de alcachofa y guindillas)
26. Ortiguilla al té (cruda, casi viva, con caviar de Riofrío)
27. Bocadillo de anguila (y foie, con pan brioche de manzana)
28. Abalone con panceta (realmente un mar y montaña: los abalones son una especie de lapa de origen asiático).
29. Cigala al natural (con sésamo blanco y horchata)
30. Nem de cochinillo (con borraja)
31. Jugo de liebre con gelé-cru manzana al casis
32. Bombón de gorgonzola
33. Estanque (fina capa de hielo, con azúcar morena, menta, té macha)
34. Hojaldre de piña (pero nada de hojaldre: sólo su textura crujiente)
35. Marshmallow de chocolate (aspecto del macaron francés pero textura de la nube infantil –y mucho mejor, nada gomosa)
36. Rosa de manzana
37. Moluscos (berberechos con toffe de Sechuan Button, y ostras con perla-esferificación de lichi; el limón: pomelo escarchado)
38. Morphings (chocolates)

Bebimos champagne (lo mejor para poner orden en esta avalancha de sabores):
• Brut Initial de Jacques Selosse
• Vieilles Vignes Françaises 1996 de Bollinger
• Grande Année Rosé 1999 de Bollinger
• Collection 1985 de Krug
(la segunda y la cuarta botella volaron de la mesa...y derrotaron a algunos platos, esto es, mejoraron la cena...)
Y con los chocolates, media de Oporto: Colheita 1995 de Niepoort, y un tequila.

Mejorable:
- Platos de sabor fallido: almendra-fizz, galleta de té, soja (éste era precioso: una caligrafía con todos los distintos estados de la soja)
- Desequilibrios del menú: muchos crustáceos, ningún pescado, dos carnes; pero sobre todo: (i) dos platos de queso gorgonzola, (ii) dos platos mal ubicados en el menú: el bombón de gorgonzola y la cigala al natural. ¿La causa (sólo en parte) podría ser el dinamismo del menú? En el Bulli no hay un menú estático, perfectamente estudiado para cada temporada: al contrario, los platos van saliendo y entrando continuamente del menú, conforme avanza la temporada (de hecho el menú de 2010 empezó con los últimos platos de 2009). Además están las lógicas dependencias de la naturaleza, los proveedores…
- Pequeños detalles: caja final de chocolates mastodóntica, algunos platos difíciles de comer con las manos (¿llegaban algo tarde a la mesa quizá?)

No mejorable:
- Derroche cuantitativo de imaginación, trabajo, productos, técnicas (las que supimos detectar…).
- Derroche cualitativo en todos los productos del mar, y en las carnes, y en los vegetales (los que conocíamos…y los que no)
- Intuyo que se puede reflexionar bastante sobre cada plato si tienes suficientes conocimientos y dedicas algo de tiempo: p. ej: langostino cocido pero con aspecto crudo; tartar de tuétano dentro de la concha de una ostra y acompañado de una hoja-ostra y de espuma de ostra, pero ¿realmente había ostra?; el shabu-shabu de piñones combina las sensaciones boscosas con el concepto hot pot; los camarones cocidos con té, sobre lecho de algas, servidos en una canasta de dim sum (“Tradicionalmente el Dian Xin (Dim Sum en cantonés), se sirve como postre con té”: http://cocina-china.blogspot.com/2007_07_01_archive.html); referencias orientales (muy numerosas, Japón, China, en menor medida Sudeste asiático) aplicadas de forma insólita, p.ej: umeboshi de cereza; homenaje al milhojas de Berasategui en el bocadillo de anguila (mejor que el original).

Conclusiones:
- Cualquier persona, sin recomendaciones, puede conseguir una reserva, con un email y auténticas ganas de ir. (¿O tuvimos algo de suerte?..)
- ¿En el Bulli se sacrifica todo/mucho/demasiado/ninguna de las anteriores en pos de inventar, crear, innovar? ¿A F. Adriá le interesa sobre todo apabullar con su imaginación (un Thomas Pynchon de los fogones, con mente desmesurada, desbordándose sin parar por todos lados, difícil de seguir, de asimilar siquiera un poco, pero también emocionante en algún momento: “una playa tan intensamente iluminada por el sol que parecía casi incolora, tan cegadora como el corazón de un diamante, mientras las olas del océano batían imponentes una tras otra, acompasadas como la respiración de una divinidad local”, extraído de “Contraluz”; eso fueron las explosiones miméticas, o algunas texturas, el coco, la ortiguilla…)?
- ¡Ah!: merece la pena hacer 1.500 km (ida y vuelta) para esto. Si no hay suerte con la reserva, creo que sí puede haber sensaciones parecidas (sin tanta desmesura) en Quique Dacosta, Can Roca, Calima.

(Precio del menú: 250 Euros por persona, sin IVA y sin bebida)
(Para saber más y mejor sobre muchos de los platos: http://observacióngastronómica.blogspot.com/2009/12/elbulli-rosas-nov2009.html; y buenas fotos de casi todos ellos: http://cocinaconilusion.blogspot.com)

Por fin un sueño cumplido. Hay que ir pero ahora que ya sé lo que es mi satisfacción no es de 10. Le daría solo un 9 o quiza un notable alto.
Nuestra mesa era para 6 personas. Llegamos a las 19,30: los primeros. Era tal nuestro ansia y nervios que no podiamos esperar. Tomamos un taxi (30 € unos y 40 € los otros) desde Rosas. Al poco de llegar y tras las fotos en la puerta nos invitaron a pasar, aun solos y directamente a la cocina donde Ferran Adría nos saludó a todos, se fotografió, nos explicó, nos guió a traves de la cocina y nos dijo que la proxima temporada volvia a abrir.
Con esto las 20,30 y nos llevaron a nuestra mesa. Ideal. Yo diria que la mejor de todas: un rincon acristalado con la vista excepcional de la cala que aun nos acompañó una hora hasta el anochecer.
Y empieza el desfile…
Aquí mi primera impresión no positiva: Ponen los snacks y aunque es verdad que llevaban alcohol, aun no habia aparecido David el sumiller para ver que ibamos a tomar.

Como detalle positivo, una persona del grupo por cuestiones de religión no podia tomar ni ternera ni alcohol y se lo hizo saber en el momento y no hubo ningun problema en cambiar o adaptar los platos:37 en total.

Por fin llega David y empezamos con un champagne. Nos dice que no hay maridaje y le decimos que nos dejamos guiar por él toda la cena pero que no sea “un atraco”… No resultó del todo mal pero sobró el Oporto , que no maridaba nada con los postres..

No voy a enumerar los platos y solo diré como resumen:

ME GUSTÓ:
- El trato y la atención: cercano a la vez que elegante
- La ubicación, el entorno y la calidez del restaurante
- La parafernalia de elaboración de los platos desde su nacimiento
- La presentacion de los platos
- La terraza después de la cena
- Y elegiria como platos de 10:
- Las empanadillas de alga nori
- El globo de gorgonzola
- El tartar de ostra y tuetano
- La esferificacion de aceituna

NO ME GUSTÓ
- La rapidez en el servicio. A veces era agobiante el ritmo
- El abuso de cítricos ( a pesar de ser verano…)
- El predominio de la influencia japònesa
- Que no hubiera ninguna carne
- Cierto afrancesamiento
- Que solo hubiera Fever tree y por tanto tomarme 2 GT sin ninguna burbuja (...me lo esperaba..)
Los vinos fueron:
Grande Reserve: André Clouet@Champagne-Bouzy
Riesling Forster Pechstein 2004-Dr.Burklin-Wolf VDP Pfalz
Chassagne-Montachet Les Grandes Rouchottes 2004. 1er. Cru (Chardonnay)
Chambolle-Musigny 2002.(Pinot Noir)Phillipe Pacalet
Nieport Porto . Colheita 1995
4 orujos ( no recuerdo marca)
GT de Tanqueray

Ayer, mientras toda España estaba delante del televisor, viendo uno de los momentos para la historia del futbol español; mi mujer y un servidor (aun siendo futboleros); no tuvimos ni pizca de duda en ignorar el partido, y asistir a cenar a El Bulli de Rosas; para disfrutar de una cena que nos sorprendió gratamente, por su creatividad, combinación de sabores, ya fueran exóticos y mediterraneos, dulces y salados,frescos, secos, acidos.... Cockteles en impensables texturas, y consiguieron rompernos los esquemas al evidenciar y comprobar, que usando técnicas influenciadas con la química(cuando yo siempre he sido crítico y excéptico al respecto; siempre simpatizante de Santamaria), sus sabores eran potentes y muy auténticos; tambien usó materias primas nobles, como caviar, foie, espardeñas, camarones, gambas, almejas, ostras, todo de la máxima calidad,(no solo fueron aires, gelificaciones...me sorprendió). La puesta en escena de los platos fue espectacular, y buscan siempre la interactividad del comensal como si fuera un juego.
Solo llegar, nos atendieron muy amablemente, el ilustre Juli Soler y Luis Garcia; de la mano de este ultimo nos enseñaron la cocina, donde nos recibió Ferran Adrià; y pudimos ver en acción al ejercito de cocineros que se emplearon con sumo esmero.
Nos sentaron en una mesa para dos, delante de una ventana con vistas a Cala Montjoi.
El menú de mi esposa era prácticamente igual que el mio, pero con algun cambio en platos que le podian resultar desagradables, ya que odia el marisco crudo, los macerados, el foie y las vinagretas...
Mi menú fue de 36 platos; muy ligeros y sorprendentes, aunque al final, ya no podia con todo...
Esncontré muy acertado la ausencia del panecillo de rigor; para no distraernos de la comida en si; y me encantó la idea de comer con las manos casi el 80% de los platos.
*Dry Martini y Olivas verdes esfericas: Espectacular puesta en escena, al rociarte la boca con el spray del cocktail, y sacar, las esferificaciones de un tarro de olivas de lo mas rústico...
*Cañas: mojito- caipiriña: Muy refrescante, vistoso y el sabor logradisimo.
*Empanada de nori: Buenisima de lo mejor de la noche, excelente combinacion de sabores, la alga nori, con un trozo de limon y sesamo negro.
*Fresa mimética: Curiosa, y sabrosa
*Nieve-fizz: Original, pero ya demasiados cocteles...
*Almendra-fizz con amarena-Lyo: Otro cocktail, en copa este caso, cremoso,pero fue de los platos flojillos.
*Globo de gorgonzola: Frío, vistoso, suave y sabroso, hay que comerlo rapido o se funde en las manos como el chocolate blanco.
*Cereza umeboshi: Curiosa, suave, y con sabor.
*Gambitas medio crudas: Iban presentadas al estilo chino,sobre algas, y como si estuvieran cocidas al vapor, con mucho sabor, materia prima exquisita.
*Galleta de tomate: Curiosa liofilización de tomate con oro.
*Americano: Una version crujinte del cocktail.
*Cacauetes miméticos: Muy buenos, mucho sabor, sorprendentes, cremosos.
*Flor de nectar: aun pareciendo una chorrada, tiene mucho merito, y es curioso chupar el nectar de una flor, me venia a la mente los colibris...
*Esponja de coco: Muy ligera; liofilizacion y congelación de un aire de coco.
*Galleta de te: Aun siendo curiosa y vistosa, era desagradable de sabor, al ser fria y amarga. No nos gustó a ninguno...
*Canapé de jamon i jengibre: Excelente crujiente de jengibre, con una asobrosa gelatina de jamon. Buenisima combinación. Uno de los mejores de la noche.
*Sushi de medu.la y ventresca de atun: Curioso, sabroso, exótico.
*Tartar de tuetano: Muy original, jamas lo habia probado.
*Coctel de ceviche i almejas: Mucho sabor, gran materia prima.
*Crema de caviar con caviar de avellana i su tartaleta: Curioso juego, diferenciar cual era el caviar falso del caviar autentico.
*gambas en dos cocciones: Excelente plato; cuchara de jugo de langostino, cola de langostino, y lasa patas crujientes del langostino fritas y crujientes. Muchiiisimo sabor. De lo mejorcito.
*Langostinos hervidos: Bastante normalito, para ser el bulli, pero apetecible.
*Almendra mimética: Almendra en distintas texturas, helada, gelatina o cruda; y soberbio granizado de tomate cherry.
*Shabu-shabu de pinyones: Muy curioso plato japones, habia que comerse las hojas de pino primero, y luego remojar en caldo tres ravilis, transparentes, uno de aceite, uno de almendra y otro de marisco, se deshacian en boca totalmente.
*Tiramisu: Engañoso plato japones, aparente tiramisu de soja, con una rica infusion para combinar de atun ahumado.
*Sopa de miso: Rica sopa japonesa, combinada con bolas heladas de Sake.
*Rosas/alcachofas: Te plantean el juego que adivines que estas comiendo; no llegamos a adivinar que se trataba de una rosa de Ecuador cocida, creiamos que era chalota o gengibre...
*Ortiguilla al té:Rompedor y curiso.
*Bocadillo de anguila: Con manzana y foie, riquiiisimo, y muy ligero el pan de brioix.
*Abalone con panceta: Muy buena combinacion de sabores.
*Nem Thaï de pollo: Muy bueno, muy ligero, pero no me sorprendió, ya que habia visto algo parecido en el Viena...
*Zumo de liebre con gelé-cruda manzana al casís: Excelente el sabor del zumo de liebre, muy logrado.
*Estanque: Sorprendente crujiente helado de menta, se agradeció para bajar la comida, muy refrescante.
*Hojaldre de piña: La vista te engaña, parece que comas cola de pescado con piña; pero cuando cierras los ojos, te viene a la mente un milhojas..
*Marshmallow de chocolate: curioso falso macarron, de chocolate y merengue.
*Rosa de manzana: Con bolas de armañac, suave y ligero, con una rosa helada de limon.
*Moluscos: Te traen una bandeja de hielo pilee, con almejas y limon. Aparentemente como una mariscada; abres las almejas, y una esta rellena de sorbete de almendra, y la otra tiene una perla de lichy, el limon era un gajo de pomelo rosa confitado.

Para beber, como teniamos el handicap de volver a Sant Cugat a altas horas, decidimos maridar la cena con un III lustros Brut Nature Gran Reserva de Gramona, la botella costaba 55€; el somelier tambien encontró muy apropiada nuestra elección.

Al final con los cafés, nos sorprendieron con un cajon-joyero repleto de trufas, chocolates y petit-fours; que lógicamente no pudimos acabar.

Al pagar la cuenta y despedirnos, hablamos con Oriol Castro(Jefe de cocina); y nos obsequiaron con el libro "Un dia en el Bulli".

Mi conclusión, es la misma de muchos veremeros; no es caro, por la calidad, creatividad y cantidad servida. Y reconozco haber prejuzgado erroniamente al Bulli, por lo visto en publicaciones o televisión. La realidad supera a todas las expectativas...

P.D.: Hice muchas fotos, de todos los platos, pero no hay manera que consiga colgarlas todas son me aceptan tres...

  • Canapé de jamón y jengibre

    Canapé de jamón y jengibre

  • Cacahuetes miméticos, galleta de tomate y americáno

    Cacahuetes miméticos, galleta de tomate y americáno

  • Gambas en dos cocciones

    Gambas en dos cocciones

Estoy en el cine. Suena el teléfono (mas bien vibra). Lo dejo hacer. Salgo y miro las llamadas. Es..El Bulli...demonios. Llamo. Reserva anulada, tienes mesa para mañana, 4 personas. Es el 5 de Noviembre de 2009, y se cumple el sueño por segunda vez.
El menu de 2009 es (no me atrevo a puntuar)
Canyes mojito-caipirinha (refrescan)
Hibiscus (empalaga)
Neu fizz (refresca de nuevo)
Gambeta (simplemente de los mejores)
Globus de gorgonzola (lo rompes y comes)
Campari (a mi me gusta ese sabor)
Olives verdes sferiques-I (mi señora por alergias, como hace dos años)
Molla d´oli d´oliva verge (igual, no lo probé)
Cacauets mimetics (sin mayor recuerdo)
Galeta de sesam (conseguida)
Cristall de parmegiano (curiosísimo y muy rico)
Flor en nectar (precioso visualmente)
Esponja de coco (nada más que eso)
Galeta de té (muy, muy buena, penetrante)
Entrepà de poma (suave, sedoso)
Canapé de pernil i gingebre (espectacular combinación)
Llenties de Montjoi (curiosas)
Tartar de moll d´os (muy profundo)
Gambes dues coccions (buen material)
Pistatxos tendres (insustancial)
Escopinyes amb yuzu (de los mejores de la noche; el yuzu no lo había probado nunca; Ferran decubre)
Llet de soia amb soia (diversas combinaciones)
Fetge de rap (bien a notable)
Ortiguilla al té (excelente combinacion y ya sabeis de mi cariño por el té)
Roses/carxofes (combinación en forma de carpaccio; rico, rico)
Shabu-shabu de pinyons (tostado)
Llebre (excelente recuperación de la temporada)
Espardenyes gelée (el mejor plato de la noche para mi)
Canapé de pell de pollastre (como puede hacer eso? Incrible)
Caça de tardor (inmersión otoñal)
Copa de tartufo (increible aroma)
Ravioli de parmesà (uno más de la lista)
Ñoquis de boniato (intensos)
Estany (una novedad visual)
Pasta fullada de pinya (normal)
Marshmallow de xocolata (aromático)
Molla de xocolata (curioso)
Mol.luscs (aun mas curioso...)

Copa de Brut Nature Agustí Torelló Gran Reserva 2005 para empezar, y una manzanilla La Guita.
Botella de Mersault 1er Cru Les Caillerets 2004 de Latour-Giraud
Botella de Cotes du Rhone Cuvée Syrah Chateau de Fonsalette
Botella de Moscatel Selección Especial 1 2006 de orge Ordoñez, Málaga.

Es el hiperrestaurante. No tengo nada más que decir. Quedan pocos dias para intentarlo por tercera vez...

Esta es la valoración que jamás pensé que haría, pero por una carambola del destino tras muchos años intentándolo conseguí mesa en El Bulli.

Toda una aventura conseguir mesa, solo comparable a la aventura de encontrar el sitio, alejado de Roses y sin señalización que indique que vas bien. Menos mal que fui con mucha antelación. Se agradecería que al confirmar la reserva te indicasen someramente cómo llegar.

Una vez allí, sorprende el estilo rústico de la decoración y apabulla la simpatía y cercanía de todo el personal. Visita a la cocina y saludo del "monstruo", que estrecha manos y se fotografía con todos. 75 cocineros para 50 comensales, fogones, zona de cocina en frío y atmósfera seca para los chocolates. Actividad desaforada a pesar de que solo había dos o tres mesas ocupadas en ese momento.

¿Qué decir de la comida de El Bulli, habiendo libros, documentales, reportajes y según me dijeron una película en camino? Pues básicamente que cumple perfectamente con las máximas expectativas. 39 entradas en el menú, creativas, divertidas y sobre todo riquísimas, combinando todas las técnicas de la cocina de vanguardia y usando ingredientes más bien convencionales con resultados espectaculares. Casi la tercera parte se come con los dedos y como curiosidad, no se pone ni cuchillo (porque no hace falta) ni pan (porque no serías capaz de terminar de comer). La sensación de que todo allí es diferente te acompaña a lo largo de la cena. Al irte te das cuenta de que la comida ha monopolizado la velada y no ha habido otro tema de conversación.

Por quedarme con algún plato, destacaría las ortiguillas con té, el canapé de jamón y genjibre y el de pollo (hecho de cartílago sobre la piel crujiente), y los sesos de liebre, aunque todos y cada uno era una auténtica maravilla.

¿Algún pero? Pues si: frío al ir al baño, que está en el exterior, que el asiento podía ser más cómodo, que el camarero tuviese que retirar la mesa cuando yo me levantaba y ningún asesoramiento espontáneo acerca de los vinos ante la enciclopédica carta que te proporcionan. Todo minucias ante el festival gastronómico que nos ofrecieron.

Una experiencia para recordar.

No quiero pasarme con elogios que no se haya escrito en este foro. Este restaurante es sin duda el mejor de España tant por calidad, tecnologia como por trato humano.

El menú que tomé estaba compuesto por infinidad de cosas raras y buenas:

· Caiprinha y mojito
· Campari
· Cactus margarita
· Te de uva y casís
· Galleta de sesamo
· Cacauetes mimeticos
· Macadamia rallada
· Galleta de te verde
· Coniferas
·....paro

no sigo...

va...

· Zamburiñas y jazmín
· Canapé de jamon y gengibre
· Carisia electrica
· Tuétano
· Shabu Shabu de piñones
· Anguila y chirimoya
· Higado de rape
· Liebre
· Espardeñas y soja
· Riñones de cordero lechal, hinojo y yogur
· Kaki con boniato y mandarina
· Estanque
· Fresa negra
· Frambuesa
· Hojaldre
· Moluscos!!

· CHOCOALTESSSSS!!!!!

Memorables: anguila, riñones, liebre, estanque y las espardeñas que pasada.

Los sommeliers muy atentos: me dejé aconsejar por los sommeliers debido a la larga lista de vinos (casi enciclopedica). Cinco caldos para todo el menú (Agustí Torelló, Nora, Plou i fa sol, Mauro, madeira Henriques & Henriques 15 years).

No se si podré repetir pero ganas han quedado. Sin duda el mejor aún parece que este en una nube... el cielo existe.

  • Canapé de pernil i gingebre

    Canapé de pernil i gingebre

  • Xocolates finals

    Xocolates finals

  • xai amb xerès

    xai amb xerès

Nos estrenamos en Verema (sí, hemos decidido dar el salto y participar con nuestros comentarios; claro está empujados por los amigos PACO de Madrid, de sobra conocidos en este foro), y que mejor manera de hacerlo que con el mejor restaurante del mundo.
Así pues, y en lo sucesivo, pretendemos hacer una crítica clara, constructiva y realista, mostrando el máximo respeto por la gente que se dedica a este maravilloso mundo pero sin traicionar a la verdad. Debéis perdonar el rollazo que os voy a meter a continuación (no es mi estilo), pero dado el restaurante que se trata me apetece lucirme con un cierto olor a pedantería (lo reconozco: vengo poseído).

Siempre que vamos a un restaurante, nos gusta que su cocina sea lo más adaptada posible a su entorno. Me explico: si voy a Tokio no me gustaría entrar en el exclusivo restaurante “Mibu” y encontrarme con una tercera parte de los platos elaborados con “sabores de spain”. Sí, es cierto, en El Bulli (de ahora) existe una cierta tendencia al mundo japonés (gran mayoría de platos fríos, y multitud de ingredientes del imperio del sol naciente). De ahí el titulillo japonesizado. No sé si a Ferrán le habrá conquistado la espiritualidad japonesa o la reciente demanda de mercado. Prefiero pensar en lo primero. En fin, menos mal que amamos también la gastronomía japonesa.

Vemos necesario poner los puntos positivos y negativos del restaurante. Deberíamos ponerlo al final pero, dado que nos llevamos una magnífica sensación general, no haríamos justicia acabando de forma negativa.

LO MEJOR

- El menú
- Los tiempos entre platos
- La atmósfera de El Bulli
- Marta, Julio, Ferry, Lluis García y Ferrán nos han trasladado al cielo con su “savoir-faire”
- Nombramos otra vez a Lluis García: todo restaurante, o negocio que se precie querría tener a esta persona en sus filas. Nos daba la sensación de que tenía el control sobre todo. Es un crack.
- La carretera y la situación: a El Bulli se llega por una angosta y virada carretera que discurre junto al mar con numerosos acantilados sin protección alguna (le da un toque mágico de estar “no se sabe dónde”, de estar en un sueño).
- El aparcamiento es perfecto, sorprendente (peinan la arena de éste todos los días)
- La decoración exterior
- La cocina es preciosa, perfecta
- El diseño de la vajilla
- Ausencia de carta: según estoy informado, creo que ha sido el primer restaurante de alta cocina sin carta. Para nosotros no es ningún pero, es más, para la cocina de vanguardia, lo encontramos imprescindible.
- El precio: 590 euros (y no somos precisamente millonarios) lo vemos bajo para lo que uno vive allí.

LO PEOR

- Juli Soler sólo se acerca a los conocidos. Sonreir o dar la bienvenida no cuesta nada.
- Jesús González. Nos dio la sensación de que no éramos de su agrado (simplemente cenamos con esa sensación e igual estábamos equivocados)
- El interior de El Bulli aunque está un tanto anticuado, tiene su encanto, pero falla ese suelo de terrazo que tanto desmerece la decoración.
- En los aseos falta algún detallito más. En los tiempos que corren no sólo basta con jabón y toallas. Debo decir, porque si no, no duermo tranquilo, que me encontré una tela de araña de casi un metro en el servicio de caballeros, junto a la ventana (con su araña incorporada)

Algunos de los puntos negativos son chorradas que en cualquier otro restaurante pasarían desapercibidas, pero estamos hablando del número 1 del mundo. Aún así, creemos que se merece este puesto de largo. Para nosotros está muy por encima de otros “grandes”.

Metidos ya en faena, es difícil relatar y transmitir lo que supuso la cena en El Bulli. No quiero perderme en adjetivos (la lista, para hacer justicia, sería interminable). Intentaremos describir y comentar la cena de una manera pragmática.
De El Bulli destacamos la calidad de su materia prima y la pasión que en cada plato se muestra de manera absoluta. Allí pretenden que los comensales desarrollemos todos los sentidos a la hora de degustar sus platos. El olfato, el gusto y la vista son los más usados, pero Ferrán quiere ir más allá y apuesta porque se desarrolle el tacto (como esas bolas de nieve “nieve-fizz” o el “shabu-shabu de piñones” alternando frío y delicadeza prodigiosamente), y el auditivo por medio de espumas y crujientes que explotan y se entremezclan en nuestro paladar de manera sublime.
El resultado ha sido una inagotable capacidad de sorprender, de hacer de la gastronomía un festival de los sentidos, una experiencia sensorial.

Comienza el festival

La carta de vinos impresiona, aunque no se puede comparar con la del restaurante Atrio (todo hay que decirlo).

Comenzamos con un Cava Brut Nature Gran Reserva de 2005 de Agustí Torelló (este Agustín no falla), seguido de un blanco (nos fijamos, y todo el mundo cenó con blanco) Meursault Clos des Corvées de Citeaux de 2004 (increíble, no nos importaba que fallara algún plato; teníamos vino para entretenernos) y como no, acabamos con un dulce de la zona llamado Estela Solera (buenísimo)

Y se abrieron las puertas del cielo:

Cañas: mojito-caipirinha (regreso a la infancia: como un palolú, pero “de mayores”)
Hibiscus (dos finas capas “mega frágiles” con un toque dulce)
Nieve-fizz (curioso tacto y sabor)
Camarón (buenísimos)
Globo de Gorgonzola (extraordinario, espectacular, la atracción de la sala)
Campari (varias esferificaciones; sin interés)
Cacahuetes miméticos (podría vivir sólo con estos cacahutes –saltan las lágrimas-)
Galleta de sésamo (buenísimas)
Cristal de parmigiano (nada de otro mundo)
Flor en néctar (otro mundo)
Esponja de coco (buenísima)
Galleta de té (malísima)
Hojas eléctricas (no sabe a nada, solamente te electrífica la lengua –de ahí su nombre-)
Bocadillo de manzana (sencillo pero engancha)
Canapé de Jamón y Jengibre (no se sabe a qué sabe)
Lentejas del Montjoi (Dios mío… lo mejor junto con el Shabu-shabu de piñones)
Tártar de tuétano (una ostra con muchos sabores; muy bueno)
Pistachos tiernos (pues eso, pistachos tiernos; un timo no es)
Leche de soja con soja (de comer por casa)
Hígado de rape (muy bueno)
Ortiguilla al té (buenísimas)
Hueva’s (ese caviar rojo una maravilla)
Rosas/alcachofas (lo mejor la alcachofa, de fácil confusión con los pétalos de rosa)
Shabu-shabu de piñones (Diossssssss… lo mejor)
Abalone con panceta (muy bueno, pero ¿dónde está la panceta?)
Gambas dos cocciones (extraordinarias, magníficas y qué salsa…)
Espardeñas gelée (algo de la zona –órgano sexual del pepino de mar- muy buenas)
Canapé de conejo con sus menudillos (excelente, increíble)
Riñones de cabrito con consomé al jerez, yogur e hinojo (no tengo palabras, riquísimos)
Moshi de boniato con sorbete de caquí (muy bueno)
Fresa negra (increíbles)
Estanque (que gozada de cristales –y parecía que sólo era hielo-)
Hojaldre de piña (también de oriente, claro)
Pañuelo de caramelo de chocolate y naranja confitada (bueno)
Moluscos (súper refrescantes con un límón espectacular –alivio gástrico-)
Morphings (buenos estos chocolates, en especial el de la hoja de hierbabuena)

Efectivamente, todo esto es arte. Parece mentira que Ferrán Adriá haya sido capaz de hacer unos platos que entran por los ojos tanto como por la boca, y que haya creado sabores que antes sencillamente no existían.

Por supuesto, recomendado al cien por cien.

Es la tercera vez que voy al Bulli pero la primera desde que es triestrellado.
Las dos primeras (1990 y 1992) me parecio espectacular dentro de la Nouvelle cuisine que se hacia en ese momento. He tenido que esperar 17 años para poder volver.
Cita a las 20,30, visita de la cocina saludando a Ferran y a empezar el festival. El servicio exquisito pero sin ser "servil". El vino aconsejado por ellos (pero solicitando que no picase muy alto) muy correcto y economico para el sitio donde nos encontrabamos.
Y la comida....35 platos algunos alucinantes como la flor en nectar o la almendra mimetica y otros que me sorprendieron negativamente (bocadillo de calabaza y almendra).
Despues en la terraza caja de chocolates en un entorno inigualable.
A ser sinceros la comida me parecio demasiado "espacial"(muy tecnica) nada que ver con las otras veces que estuve y evidentemente sin igual en cualquier otro restaurante que haya estado.No obstante, es para ir una vez y dejando de lado el precio, en mi opinion tardar otros 10 años en volver. Y el precio...me parecio ajustado por lo que dan.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar