Si éste es el paraíso, nos quedamos a las puertas

Un cierto regustillo amargo

Hacía seis meses que teníamos la reserva hecha, hubiéramos querido que fuera el sábado día cuatro de mayo pero los viernes por la noche y los sábados estaban fuera de la cuestión al menos durante un año. Calculamos rápidamente, el puente del uno y dos de mayo en Madrid nos permitía el viaje a Gerona vía Valencia, dijimos que sí.

Nosotros somos gente normal y cuando digo esto quiero decir que no acostumbramos a comer en restaurantes catalogados como primero, segundo o tercero del mundo. Simplemente teníamos algo que celebrar y nos decidimos a hacer esta pequeña locura ¿por qué no?

¿Hay alguna razón para que os cuente todo esto? Sí, la hay porque me importa y mucho que veáis esta crónica no como una crítica al uso o al no-uso, sino como el relato de una experiencia real, vivida por una pareja real, que en un momento de su vida se permite liarse la manta a la cabeza y vivir una experiencia única en uno de los mejores restaurantes del mundo con la inmensa suerte de que estuviera ubicado en nuestro país, y sin por supuesto saber –aunque se adivinaba y era el combustible de los corrillos gastronómicos desde hacía tiempo- que cuando se materializara en día, hora y segundo, ya sería el primer restaurante del mundo. No somos millonarios, no somos críticos gastronómicos, somos grandes aficionados que en un momento dado hemos decidido gastarnos el dinero de unas vacaciones todo de golpe en una comida que vaticinábamos memorable.

Situado en lo que parece una zona residencial “bien” de Gerona, la fachada exterior no te da mucha información sobre lo que oculta. Una pared panelada en madera en tonos parduzco-rojizos sobre la cual y de manera muy discreta se lee CELLER DE CAN ROCA . A la izquierda una puerta y un pasillo que seguimos hasta llegar a un patio-porche con mesas y butacones de jardín donde ya hay quien se está tomando el aperitivo en un viernes de temperatura deliciosa: 21º C con nubes y claros.

Frente a nosotros la fachada de lo que debe de ser el edificio original. La parte inferior hasta el primer piso cubierta con enredadera, el resto piedra desnuda tan sólo interrumpida por una gran balconada adornada de sencillos geranios.

Al frente y a modo de continuación del primer edificio hacia la derecha, una prolongación de corte marcadamente moderno, con la pared que da al patio donde nos encontramos totalmente acristalada. La puerta de acceso se encuentra justo en el punto equidistante entre ambas edificaciones. Entramos y enseguida somos atendidos muy amablemente pero sin estiramientos ni formalismos innecesarios. Nos solucionan un pequeño problema logístico y nos acompañan a nuestra mesa.

La sala está delicadamente bañada con una melosa combinación de la luz artificial que se filtra a través de pequeños focos casi escondidos entre el panelado del techo, y la luz natural que cuando las nubes lo permiten cae como chorro en el triángulo central que hace de distribuidor y a través de cuyos cristales podemos observar y ser observados.

Alrededor de los lados del triángulo de paredes transparentes, y hasta la pared exterior –de cristal también, como no- se encuentran las mesas que se hallan colocadas a razón de a tres entre estación y estación, a saber: estación a la derecha, primera mesa redonda de cuatro o más comensales en la zona más cercana al triángulo central, a su izquierda, pegada a la cristalera exterior y a modo de vértice, una mesa rectangular de dos, y de nuevo a la izquierda flanqueada por la siguiente estación otra mesa redonda igual a la de la izquierda.

Me sonrío y me felicito al comprobar que somos dirigidos a la única mesa redonda que queda libre en esta primera zona acotada por los dos primeros muebles de servicio. Es muy amplia para sólo dos personas lo cual nos permite mucha comodidad y espacio visual.

La mantelería es de hilo blanco impoluto, sobre ella platos blancos sobrios con la única decoración a modo de pequeños puntos en relieve formando pequeños rombos; servilletas del mismo material que la mantelería, enrolladas en forma de cilindro grueso y duro y de tan hinchado casi opulento; platillos para el pan en el mismo estilo y sencillas copas de agua. La única concesión a un motivo decorativo la forman tres piedras de tamaño más tirando a grande que a pequeño y de forma redondeada, que aparecen colocadas con delicadeza una sobre la otra en el borde exterior entre los dos servicios. Javi apunta no sin razón que más de uno se habrá llevado una desagradable sorpresa al confundirlas con bollos de pan casero artesanal…

En estas tareas observadoras me encuentro cuando la camarera que habría de atendernos mayoritariamente durante el almuerzo nos coloca dos flautas y nos informa de que El Celler de Can Roca nos da la bienvenida con una copa de cava especialmente elaborado para esta casa por una de mis bodegas de referencia en Cataluña y precursora del cultivo vitivinícola cien por cien ecológico: *Albet i Noya El Celler de Can Roca Brut, que despliega elegancia de paso particularmente en boca.

La presentación de la carta es un mero trámite pues ya hemos decidido tanto la opción de comida como de bebida; una ocasión que nos planteamos como posiblemente única no ofrece dudas y la elección es el Menú Festival, que demandaba un consorte a su altura: el Maridaje de Vinos Selección Josep Roca. 165€ el primero y 85€ el segundo. Total: 250€ por persona.

Sonrientes, confiados, acogemos el primer acto de la representación:

.“A comerse el mundo” presentado como una suerte de bonsái con copa de papel chino que tirando de un lazo descubría unos finos alambres a su alrededor coronados por anillas en las que estaban encajados cinco snacks que reflejaban las cocinas del mundo que habían hecho mella en Joan Roca:

. México: guacamole, semilla de tomate, agua de tomate y cilantro
. Perú: caldo de ceviche
. China: verduras encurtidas con crema de ciruelas
. Marruecos: almendra, rosa, mel, azafrán, ras el hanout, yougur de cabra
. Japón: núcleo de miso, dashi de nata y tempura de nyinyonyaki

La presentación es buena y divertida aunque no llega a sorprenderme, quizás haya estado en varios restaurantes últimamente que han jugado esta baza y la han ganado.

Tres de los aperitivos hacen el guiño del bombón que explota en boca, con los sabores que representaban en armonía el equilibrado contraste de texturas y la fidelidad confesada a los recuerdos que evocaban, pero fueron precisamente los dos que más se diferenciaban -China y Marruecos- los que realmente me encandilaron con dulces notas de encurtidos de un sutilísimo pero presente vinagre en el primero, y en el segundo, rotundas pero redondeadas especias y carnosa estructura que se extiende por paladar y lengua a modo de pasta de paté.

Continuando con el Albet i Noya nos llega el siguiente plato de snacks que, por lo que tengo entendido, es un clásico de la casa:

De un bonsái de olivo cuelgan cuatro "Olivas Caramelizadas con Anchoas" y aquí sí me quito el sombrero con la presentación, creativa y de la tierra: te transmite la esencia del campo.

Ni las olivas ni las anchoas son santo de mi devoción pero evalúo y valoro la alta calidad de ambas y lo bien conseguido que está el punto goloso de la caramelización en contrapunto con las notas salinas de las anchoas y las olivas.

Y ahora por orden detallo y comento los siguientes snacks:

. Bombón de perrechicos
. Tartaleta de chanquete
. Tortilla de perrechicos
. Bombón de carpano con pomelo y sésamo negro
. Brioche de perrechicos

Si bien en un primer momento se me iluminó la cara al ver la palabra “perrechicos”, seta de mi amada Cantabria que con tanta maestría describió el forero Argug muy recientemente en esta cátedra, verla repetida hasta tres veces hizo que se me torciera un poquito el gesto.
Todas las elaboraciones con la seta cántabra estaban muy buenas pero no sorprendían, al menos a mí. Lo que más me gustó tanto en concepto como en sabor fueron los dos snacks que no la incluían:

. Tartaleta de chanquete: Me encantó el sabor, la textura y la presentación, con la ligereza y el crujiente de un buen papadum y todo el sabor de este pescadito. Me gustó el detalle de la red del pescador.
. Bombón de carpano con pomelo y sésamo negro: Estaba sencillamente espectacular, el sabor del vermouth te estallaba en la boca y su conjunción con el pomelo y el sésamo negro, sensacional. El primero de los guiños de genialidad que sin embargo se prodigarían mucho menos de lo que yo anticipaba. Un pero, la presentación. No me gustó nada esa especie de fuente roja a modo de bandeja de bombones y de hecho, es la presentación una de las patas que para mí más cojeó de esta experiencia pues encuentro impartantísimo que los platos me entren por los ojos y en muchas ocasiones durante la comida esa primera atracción no se produjo. Decepción.

El sumiller de abordo, nos presenta el siguiente vino:
*Vinyes Arrencades 2008 Laureano: un vino que cuando se acaben las botellas del Celler será imposible volver a tomarlo pues las viñas de las que provenía fueron arrancadas para obtener las subenciones de la Comunidad Europea. Gloriosas viñas de macabeo de más de cien años sacrificadas en un altar que más merecía otras cepas.

Es un vino intenso en todas sus fases con una visual sin filtrado, contundencia aromática extremadamente versátil y un cuerpo que para sí quisieran algunos tintos.

Acompañaría al primer plato de Entrantes:

.Consomé de perrechicos con sisho y nyoquis de yema de huevo: Sí, perrechicos otra vez pero en este plato sí pude apreciar su delicadísimo sabor siendo la mejor elaboración que probé con ella de protagonista, en perfecta armonía con el sisho y los nyoquis. Buena presentación con cierto aire japonés.

La selección de vinos fue realmente espectacular, considero que por encima de la selección gastronómica y si ya el primero había sido una sorpresa el que le siguió fue un salto de auténtica altura:

* Alella Legítimo 66 D.O.Alella: Mi poca cultura en generosos justifica mi total desconocimiento de que este tipo de vino se elaborara en Cataluña. Generoso seco, tiene una gran complejidad aromática con profusión de frutos secos, chispas dulces de especia y notas ahumadas. En boca es amplio, potente y poderoso, con final de frutos secos amargos pero con ese guiño dulce que nunca lo abandona y lo compensa, dejando un halo de elegancia, tras su paso... Suspiros...

Actuaría de consorte de la muy difícil de maridar

. Olivada Gazpacho de olivas negras, mousse de oliva gordal picante, buñuelo de oliva negra, helado de oliva manzanilla, pan tostado con aceite, gelée de hinojo, gelée de ajedrea y olivia picual: Puro virtuosismo gastronómico. Homenaje a la oliva ante el cual hasta a una no fan como yo debía descubrirse, capricho de sabores, sorpresa de capas de texturas, guiños de esencias... Una de las mejores representaciones del día.

Precede al siguiente entrante la primera incursión en vinos extranjeros: * Joh. Jos. Prüm Kabinet 2008 V.D.P. Mosel-Saar_Ruwer: Un vino de excelente perfil aromático combinado de mineralidad y fruta (de hueso y cítricos) y a una boca amplia que deja una persistencia ligeramente amargosa.

Cortejó con mucha elegancia a uno de los platos que más me llamó la atención, sólo recordarlo y se me pone la piel de gallina:

. Contessa de espárragos blancos y trufa: La sensación en lengua y paladar es insoportablemente irresistible. La textura es cremosa y la primera impresión dulce, como el de una contessa de Frigo, pero el sabor a espárrago blanco está allí, delicioso, claro..., sutil y contundente a la vez, con esas vetas de trufa que lo surcan, modificando el curso de su sabor pero complementándolo en una armonía asombrosa. Lo acompañan dos puntas de espárragos del mismo tipo que se utilizó para el helado con un punto de ajo negro. Exquisitas.
¿Pero? una vez más la presentación, pobre e insulsa.

Fue durante este plato que se acercó a nuestra mesa Josep Roca, más conocido como "Pitu". Estaba recorriendo las mesas interesándose por el transcurso de la comida en general y el del servicio del vino en particular y al observar que ensalzábamos este último con cierto conocimiento de causa, pausó con más detenimiento en nuestra mesa y desde ese momento nos visitaría varias veces y comentaría los vinos y el maridaje.

Fue muy bonito cómo nos contó la tristeza de las viñas arrancadas del Laureano y conmovedor observar su emoción al hablar del Alella Legítimo. Es indudablemente un hombre que ama sus vinos, lo transmite y agradece que le sea devuelto por parte de los comensales.

Continuaríamos con

* Domaine Valette 09 A.O.C. Viré-Clessé: Este chardonnay de la Borgoña que en un principio dio algún aroma desafinado, cumplió después con creces su labor dándonos fragancias dulces y florales y una agradable untuosidad en boca.

Perfecto para la

. Ensalada de ortiguillas y navajas: Empezamos los platos de mar con esta interesante ensalada que recogía estupendamente el sabor marino, las navajas plenas de sabor y las ortiguillas, esas curiosas anémonas comestibles que yo era la primera vez que probaba, curiosas y efectivamente, muy marinas. Plato original, me gustó.

La comida no iba del todo mal, después de unos snacks que en mi opinión no estaban a la altura de la originalidad que yo había anticipado, los entrantes y los primeros habían ido compensando esta primera decepción a pesar de que en varias ocasiones no fuera capaz de entender muy bien la presentación. No obstante la calidad de la comida era indudable al igual que la maestría en la ejecución. La selección de los vinos hasta el momento magistral y nos habían permitido tomar una copa más de los que más nos habían gustado, algo por otro lado yo creo que hasta obligatorio dado el precio que estábamos pagando.

De repente algo nos extrañó, nos servían el siguiente plato sin que antes nos hubieran presentado el vino.

Pasaban los minutos y nosotros atendíamos las explicaciones sobre la peculiar gamba que teníamos ante nosotros:

. Toda la gamba: Gamba a la brasa, jugo de la cabeza con algas, agua de mar, bizcocho de plancton.

Tiene muy buena pinta pero nosotros seguíamos sin vino...

La camarera pasa por nuestro lado y observa que todavía no hemos empezado. Para y pregunta, le informamos de que todavía estamos esperando el vino. Palidece, musita una excusa y sale apresuradamente. Vemos al sumiller rebuscar en la estación y salir aceleradamente pasillo abajo. A los pocos minutos vuelve y se encara a nosotros con una botella prácticamente vacía del vino que tocaba:

* Viña Tondonia Blanc 98 D.O. Ca. Rioja

Nos explica que era la última botella que les quedaba, que había ido a la bodega para buscar más pero que no había...

. El plato: Todas las partes de la excelente gamba habían sido cocinadas utilizando diversas técnicas, estando la carne del cuerpo firme, y la cabeza, cola y patas crujientes de textura; las diversas salsas y el bizcocho contenían todo el sabor del mar pero toda la elaboración que en circunstancias normales habría elogiado se quedó a medias porque se había quedado totalmente fría.

* El vino: Poco que decir de este clásico intemporal, disfrutamos de los pocos centilitros que nos tocaron en gracia pero se nos había quedado un regustillo amargo.

La verdad es que no consigo entender que un restaurante de esa categoría pueda quedarse sin uno de los vinos que componen el maridaje, ni siquiera tendría excusa una falta de existencias de su extensísima carta, no estamos hablando de cualquier establecimiento sino del mejor restaurante del mundo...

El siguiente plato fue un dúo entre la comida y el vino:

. Cigala al vapor del Amontillado: La carne de la cigala se presenta cruda sobre una rejilla debajo de la cual hay un cuenco con brasas. El amontillado se sirve sobre la cigala y al caer el líquido sobre las brasas a través de la rejilla se forma el vapor que cocina el marisco. Muy original y delicioso. Acompaña una salsa dulce con la reducción del propio * Tío Diego, un buen jerez seco.

Detrás vendrían:

* W.Grans-Fassian Trittenheimer Apotheke Gold Kapsel 98 VDP Mosel: No hubiera sido un maridaje redondo sin la presencia de un Riesling y este ejemplar era un despliegue floral y de fruta melosa.

. Terciopelo de alcachofas con Cynar:* Les Vignes de Mon Pere Ganevat 00 Côtes de Jura Chave Blanc 99: Josep Roca nos explica este vino que tiene como variedad la uva más característica de esta zona, la savagnin. Su gran acidez no era un defecto sino una magnífica virtud para el plato que escoltaba. Muy buena estructura, amplitud y largura que combinadas con esa maravillosa acidez le quitaba gravedad y se mostraba ligero pero con gran personalidad. Me encantó.

. Colmenillas con velo de leche y nueces al curry: Decía anteriormente que este plato tenía muy buena pinta sobre el papel porque se me antojaba complicado el equilibrar un conjunto tan especiado como el curry con un ingrediente principal como las colmenillas. No encontré el sabor de las setas pero el conjunto era armonioso en sabores y colores. En este último capítulo he de decir que cualquier otro plato los hubiera resaltado mucho mejor que esa suerte de concha porosa, tienen desde luego una querencia por los fondos grises en el Celler...

La siguiente pareja tenía unos credenciales de altura:

* Pedra de Guix 2010 D.O.Ca. Priorat de Terroir al Límit: Esta bodega es muy especial, tienen una concepción de la viña y de donde procede que saca hasta la última gota de su carácter. Yo hasta ahora sólo había probado sus tintos pero esta garnacha blanca, que tan bien se está elaborando en toda Cataluña, en este Pedra de Guix tiene un plus de personalidad, de tierra y piedra, de hierba y de flor. Todo ello pasa de nariz a boca y baila con la fruta blanca, llenándote la boca con opulencia pero sin pesadez. Complejidad.

No sé si porque Josep Roca ya había dejado de visitar las mesas o porque el servicio empieza a mostrar signos de declive. A partir de esta botella el tema de las copas de vino se resintió puesto que pedí una copa más y aunque se me dijo que sí, nunca se materializó.

. Lenguado a la brasa con ajo negro fermentado, ajo blanco, jugo de perejil y limón: Este plato venía precedido de amplia fama y estaba a punto de comprobar si justificada o no. El ajo blanco no daña la delicadez del lenguado con ese punto de más sabor que le da la brasa y sí contrasta con la frescura del perejil y límon. Rico.

El cordero que seguiría al lenguado es una carne no siempre fácil de maridar y una vez más Josep Roca obtuvo un sobresaliente:

* Jamet 07 A.O.C. Cote Rotie: Syrah de raza, con intensa fruta madura pero sin ocultar sus ahumados, potente y fresco a la vez. Cambiante pero redondo. Maridaje cuadrado.

. Mollejas y ventresca de cordero a la brasa con berenjenas, café y regaliz: Excelente resolución de un plato en principio tradicional con ese guiño de modernidad que le aportaba su ejecución y la salsa de café y regaliz. Muy sabroso, te quedabas con ganas de más...

Uno de los grandes vinos del día sería emparejado con uno de los platos que menos entendí:

* Gratallops Partida Bellvisos 07 D.O.Qa Priorat: La inquieta e imparable Sara Pérez junto con su marido René Barbier, firman este tremendo Priorat cuyo origen era la recuperación de unas viejos viñedos de garnacha peluda y cariñena que habían sido dejados a su suerte. El resultado es un vino de muy marcada personalidad tanto aromática como gustativa; aromas muy frescos y mucha humedad, matorral, piedra mucha, mucha fruta negra. La boca es potente y suave a la vez, larga y sedosa, con unos matices licorosos al final de su recorrido. Una maravilla.

Por segunda vez, mi repetida solicitud de una segunda copa no fue atendida. Si lo que pedía excedía lo que incluía el Menú Maridaje creo que no hubiera estado de más que se me hubiera explicado

. Pichón con mole poblano y fresón a la brasa y rosas: Lo que más me gustó de este plato fue el fresón a la brasa, lo que menos entendí, el pichón. No encontré nada en su sabor que destacara cuando sobre el papel era muy interesante. El mole poblano tampoco me causó una especial impresión. Eso sí, visualmente estuvo acertado, con la carne del pichón enrollada a modo de rosa sobre las hojas del fresón.

Le tocaba el turno al pequeño de la familia, Jordi, con los postres. Para iniciar la ronda de tres se nos abren los ojos en sorpresa al comprobar al ver el

* Sake Dolç Hatshuyama: Era la primera vez que tomaba sake y por supuesto, la primera vez que lo tomaba dulce. Al no tener mucha experiencia en vinos dulces en cualquier caso poco me podré extender pero sí diré que su melosidad de néctar contrastó y resaltó las cualidades del

. Helado de masa madre con pulpa de cacao y vinagre balsámico: Yo no soy golosa y quizás por ello me gustó mucho este helado, discreto en el punto de azúcar, al que la pulpa del cacao se le encajaba como un guante y con esas deliciosas notas de vinagre balsámico que subliminaban el conjunto. Excelente.

Antes de pasar al siguiente vemos por la cristalera que se acercan dos veremeros con los que habíamos quedado para tomar los GTs después de comer ¡¿tan rápido se había pasado el tiempo?! Jerónimo y Maresme se acomodaron en nuestra mesa siendo recibidos con sonrisas por el personal que obviamente los conocía. Esta incorporación marcaría un antes y un después en la comida y no precisamente para bien.

Tarda en aparecer el vino del segundo postre y quiero achacarlo al revuelo que los nuevos comensales habían causado en la mesa. Por fin aparece y es un vino dulce catalán con gran prestigio, Caligo Vi de Boira

No os puedo dar muchos más detalles sobre este vino por una simple razón, no viene en el menú que nos facilitaron al final de la comida. Si me atengo a él, para el siguiente postre su compañero en vino debía de haber sido un Heymann Löwenstein Rottgen 2002 V.D.P. Mosel-Saar-Ruwer, pero este vino nunca nos fue presentado ¿Se les habría terminado también? ¿Error en el menú de maridaje? Lamento inclinarme por la primera opción puesto que el Menú de Maridaje es fijo, al menos para cada servicio, a no ser que cometieran ese error con todas las mesas del servicio de mediodía del 3 de mayo...

* Caligo Vi de Boira: Me cuenta el sumiller -porque todavía no entiendo mucho catalán- que el nombre significa Vino de Niebla y que hace referencia a las nieblas matinales que bañan los viñedos de chardonnay en época de vendimia. Es un vino dulce, fresco, muy untuoso y aromático.

. Adaptación del perfume Shalimar de Guerlain: Crema de chai con naranja sanguina, vainilla, mango y rosas. Sencilllamente prodigioso, visual, gustativa y por supuesto, olfativamente hablando. Sólo por probar esta maravilla merecía la pena el viaje a Gerona.

Nos llega el último vino del día y también el último postre.

* Franz Haas Moscato Rosa 10 D.O.C. Alto Adige: Vino dulce muy personal con aromas a rosas y piel de naranja, y un punto especiado en boca.

. Violetas: Esfera de canela y violetas con coco y toffee de miel. Muy ligero y cremoso sin llegar a ser helado. Soberbia armonía de aromas.

Toman nota de los cafés y nos los traen.

Pasado un rato en amigable conversación con nuestros amigos, y con un rato quiero decir al menos cinco minutos, observo que Javi no ha tocado su café, yo casi he acabado el mío. Me extraño y le pregunto, su respuesta clara y contundente:

No me han traído el azúcar

Abro los ojos como platos alucinada y me levanto para buscar a alguien que ponga remedio rápidamente. No encuentro a nuestra camarera ni tampoco al sumiller que nos venía atendiendo. Finalmente veo a otro miembro del personal por el pasillo y con una seña de la mano le insto a que se acerque y le cuento lo que ha pasado y el tiempo transcurrido, el café estaba ya frío.

No exagero si os digo que se puso totalmente rojo y tartamudeando nos dijo que inmediatamente nos los cambiaban. Yo le dije que a mí no me hacía falta puesto que como no tomo azúcar ya me lo había bebido, pero insistió y yo no quería más jaleo.

Al poco veo a nuestra camarera con cara azarosa y casi corriendo, con unos nuevos cafés y la bandeja con el azúcar.

Los deposita con cerelidad y vuelve a marcharse a la carrera. Pronto sabría porqué.

Vuelve con el carrito de los helados que tanto me había gustado cuando lo ví junto a la mesa de al lado, también se le había olvidado traérnoslo. Roja como un tomate y sin atreverse a mirarnos a la cara, nos hace la selección de golosinas, la deposita sobre la mesa y vuelve a marcharse. La verdad es que me da algo de pena porque tiene todo el aspecto de haberse llevado un buen rapapolvo.

No los pruebo, se me han quitado las ganas.

Miro a mi alrededor, apenas queda nadie en la sala. La sensación que me llevo es que se ha producido una desbandada generalizada y no alcanzo a entender que nadie se esté ocupando de nosotros. Tengo la impresión de estar llevándonos un servicio de segunda categoría en un establecimiento no sólo de primera, sino que es el "supuestamente" mejor restaurante del mundo.

Jerónimo nos intenta conseguir una vista a la bodega guiada por Josep Roca pero justamente ese día le daban un premio en el Ayuntamiento por lo que es imposible. Insiste varias veces y sé que lo hace por mí, porque sabe que disfrutaría. Parece ser que lo consigue y nos levantamos.

Nuestra camarera vuelve y no sé si por voluntad propia o aleccionada por alguien, nos ofrece visitar la cocina, propuesta que declinamos al estar pendiente de Jerónimo, en cualquier caso ya no me apetecía. El regustillo amargo se me había quedado definitivamente en la boca y me entretengo mirando los tomos de las cartas de vino.

Salimos fuera y nos sentamos en el patio. A mí sinceramente ya no me apetece nada más, he quedado defraudada en muchos aspectos. Aún obviando los imperdonables fallos cometidos, la vivencia distaba mucho de ser lo mágica que yo había esperado. Sí, comimos muy bien, sí bebimos muy bien, pero siempre faltó algo. La sensación que tengo es que he experimentado una vivencia por apartados, algunos excelentes, algunos sólo muy buenos, pero en la que fallaba una línea de continuidad.

Gastronómicamente esperaba sorpresas en cada plato y sólo las encontré en algunos y desde luego creo que, que cuatro snacks y un entrante tuvieran como ingrediente principal a los perrechicos era un síntoma de falta de originalidad. Globalmente, el maridaje estuvo más a la altura de mis expectativas.

Finalmente Jerónimo me dice que tenemos visita a la bodega pero que nos guiará un sumiller del equipo de Josep Roca. Voy a regañadientes, esa bodega no es nada si no la enseña su autor, pero en deferencia a los esfuerzos de nuestro amigo accedo y la visitamos, con casi nulo interés por mi parte a pesar de su tremenda envergadura. No, no era el momento, no era el día, simplemente no era...

¿Conclusión?
Sin ahondar en los hechos concretos y centrándome en las sensaciones que El Celler de Can Roca debería provocar, me faltó ese plus de encanto que entiendo que este restaurante debería tener:

¿Estaban a otra cosa? ¿Tan llenos del premio estaban que lo demás no importaba? ¿O quizás concentrados en la ópera gastronómica Somni que presentarían a los pocos días?

Me despido con una frase que me sale del alma:

Si el Celler de Can Roca es el paraíso, me parece que a nosotros nos dejaron a las puertas...

PD: Merece la pena verlo con fotos, pinchad aquí

  • Adaptación perfume Shalimar de Guerlain

    Adaptación perfume Shalimar de Guerlain

  • A comerse el mundo

    A comerse el mundo

  1. #41

    Craticuli

    Impresionante crónica, y de honestidad abrumadora. La perfección no existe, y el ser humano por naturaleza se equivoca, por eso es humano, lo cual no le quita ningún mérito a este restaurante y a su trayectoria. En la percepción de una comida así influyen muchos factores, subjetivos y objetivos, y todos ellos determinan el resultado, esto nos ha pasado a todos los que nos gusta la gastronomía, y es la prueba que evidencia que se puede disfrutar igual en un tres estrellas que en un restaurante más modesto. Me ha encantado leerte, y espero que la próxima vez tengas más suerte y por supuesto que nos lo cuentes.
    Gracias y saludos.

  2. #42

    Ddnt

    en respuesta a Mara Funes
    Ver mensaje de Mara Funes

    por ese duende inquieto. una vez más mi enhorabuena.(no es por hacerte la pelota)tu manera de narrar los hechos es novelistica(estoy leyendo un libro de AVENTURAS)."Las aventuras del duende inquieto"
    espero curarme en breve de mi aversión a los quesos.
    salu2. david

  3. #43

    Joan Thomas

    Hola,

    Como preámbulo quisiera precisar que yo no soy ni un gran entendido en vinos ni un experto en gastronomía, simplemente me considero un amante de la buena cocina y de los buenos caldos que no cesa de aprender en cada nueva visita a un restaurante.

    Tras leer tu comentario, que no pude dejar indiferente a nadie que conozca El Celler, primeramente querría felicitarte por tu maestría redaccional para transmitir tu vivencia y darnos a conocer tus impresiones.
    A continuación querría expresarte que siento mucho que tu experiencia en el Celler no te haya permitido entrar en el Paraíso.
    Mi vivencia ha sido muy distinta a la tuya, en mis 2 visitas a los hermanos Roca ( previsión de una 3era en marzo próximo) tanto el servicio, como la comida, como los vinos, han rozado casi la perfección ( la perfección no existe y además su percepción es subjetiva).
    Como anécdota quisiera comentarte, que en mi primera visita, cuando el restaurante se encontraba al lado del de los padres de los Roca, y tenia 2 estrellas Michelín tomamos uno de los menús e hicimos cambiar uno de los platos para un comensal porque éste no apreciaba el presentado en el menú ; la vianda fue cambiada sin ningún problema. Lo mismo ocurrió el mes de octubre pasado con el Menú festival, uno de los comensales solicitó que le cambiasen un plato del menú y sin ningún problema le efectuaron el cambio proponiéndole lo que deseaba en su lugar.
    Te digo esto, porque pienso que si el número de platos a base de perrechicos te pareció excesivo pienso que podrías haber solicitado que te hiciesen un cambio. Pienso que hubiesen estado encantados de proponerte otros manjares.
    Es verdaderamente incomprensible, lo que te ocurrió con el servicio del maridaje de vinos, tanto a nivel de los errores como en cuanto al silencio por parte del servicio a tu solicitud de una segunda copa de "Gratallops Partida Bellvisos 07 D.O.Qa Priorat". Francamente parece que me estés hablando de un restaurante diferente del que yo conozco. Ante una situación así, que me parece realmente ubuesca y mezquina pienso que deberías haberte dirigido, antes de pagar la nota, directamente a Pitu, y si, como dices, éste no estaba en el restaurante, a Joan Roca. Si aun así no hubieses obtenido satisfacción , al menos de índole moral, con una explicación coherente por su parte, creo francamente que deberías haber solicitado la hoja de reclamaciones a disposición del cliente ( creo que en España, existe este servicio...).
    En cuanto al azúcar del café... que decir... seguramente ese no era... tu día...
    Para finalizar mi speech, decirte que creo verdaderamente que lo peor que puede ocurrirle a alguien desde un punto de vista gastronómico es salir de cualquier restaurante con una frustración. Espero que un día, atravesarás nuevamente la puerta del paraíso, que para mi lo es, y podrás disfrutarlo al 100 % con todos tus sentidos.

    Un cordial saludo

  4. #44

    Mara Funes

    en respuesta a JaviValencia
    Ver mensaje de JaviValencia

    Creo que con esta reseña he cubierto mi cupo en la sección de Restaurantes por una larga temporada... ;-)

    Mara
    https://www.verema.com/blog/el-bosque/
    https://www.verema.com/blog/puck/

  5. #45

    Mara Funes

    en respuesta a Craticuli
    Ver mensaje de Craticuli

    Estoy de acuerdo en parte de lo que dices Craticuli pero no en todo. Yo he trabajado muchos años en hostelería de lujo, no en restauración pero en hotelería y créeme que sé mejor que nadie lo que es un error humano porque todos los que trabajábamos allí lo éramos.

    Lo del azúcar podría haber tenido un pase si hubiera sido lo único, pero que en un restaurante de esta categoría descontrolen el inventario de vinos en su faceta más básica, el menú de maridaje, me parece que es una falta y no un error humano. Que no sólo ocurra una vez sino dos ¿con qué palabra lo denominarías?

    ¿Y qué palabra se merece el que a partir de que Pitu abandonara la sala nuestros requerimientos para que rellenaran nuestras copas fueran desatendidos?

    Hay veces que es cuestión de buena o mala suerte pero aquí creo que hubo más que esto.

    Y muchas gracias por tus felicitaciones :-)

    Mara
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  6. #46

    Mara Funes

    en respuesta a Ddnt
    Ver mensaje de Ddnt

    ¡Pues lo que me dices es un piropazo!

    Pronto comprobaremos los resultados de tu terapia anti-queso ;-)))

    Gracias David,

    Mara
    https://www.verema.com/blog/el-bosque/
    https://www.verema.com/blog/puck/

  7. #47

    Abreunvinito

    De las mejores crónicas que he leído. En la parte descriptiva y en la parte, más importante, de impresiones. Todo detallado y justificado.
    Lástima que no entraras al paraiso. En cualquier caso, felicidades porque no todos llegan al paraíso y tú has estado muy cerca.

  8. #48

    Mara Funes

    en respuesta a Joan Thomas
    Ver mensaje de Joan Thomas

    Hola Joan,

    También como preámbulo decirte que nosotros nos catalogamos exactamente igual que tú, somos grandes aficionados tanto a la buena mesa como al buen vino y aprendemos con cada restaurante que visitamos y cada botella que descorchamos.

    Con relación a solicitar un cambio en los entrantes, debo admitir que ni se me pasó por la cabeza, en primer lugar porque los perrechicos me gustan y mucho, simplemente me parecieron demasiados platos con este ingrediente, por lo que mi comentario no iba en contra de este ingrediente sino apuntando a que yo me hubiera esperado algo más de creatividad, sobre todo en un restaurante tan galardonado por la Guía Michelin que suele premiar la imaginación.

    Respecto al servicio del vino, fueron dos y no uno los vinos de los que pedimos nos sirvieran una segunda copa. Tampoco aquí se nos ocurrió pedir una hoja de reclamaciones porque tal y como dije en el texto, no sé si lo habitual es servir sólo uno y que nos habían hecho un favor antes, aunque tampoco creo que sea eso porque las primeras veces que lo pedimos el sumiller nos dijo que por supuesto, que no faltaba más. De ahí que no entienda muy bien el paso de una actitud a otra y que me tema que sea debido a un declive en el servicio al llegar a su final, algo que sinceramente un restaurante de este nivel no se debe permitir.

    Incluso estando en lo cierto no creo que sea razón suficiente para pedir una hoja de reclamaciones. Yo he trabajado en un hotel de lujo durante veinte años y me harté de ver hojas de reclamaciones por cualquier cosa, lo que me ocurrió (añadiendo la falta de existencias de dos de los vinos del maridaje) fue grave por el nivel del establecimiento pero no es un fallo capital, una experiencia de hoja de reclamaciones no la hubiera calificado con un 8,5.

    No sabes cuanto me alegro de que tu experiencia haya sido y repetidamente, tan radicalmente diferente a la mía y lo creo a pies juntillas porque si no, es inexplicable que este restaurante haya conseguido unánime e internacional reconocimiento. Vuelvo a repetir lo que ya decía en el texto, no sé si por el reciente premio recibido o porque estaban preparando la ópera gastronómica Somni, la sensación que tuve es que no estaban a lo que tenían que estar, que tenían la mente como en otra cosa. Por supuesto es una sensación personal e intransferible.

    No descarto volver como no descarto nada en la vida, pero de momento no lo veo como algo a corto, a medio o a largo plazo.

    Muchas gracias por tu extenso comentario y tus felicitaciones.

    Un cordial saludo,

    Mara
    https://www.verema.com/blog/el-bosque/
    https://www.verema.com/blog/puck/

  9. #49

    Mara Funes

    en respuesta a Abreunvinito
    Ver mensaje de Abreunvinito

    Gracias AV, viniendo de alguien con tu experiencia y criterio, tus palabras son muy apreciadas.

    Una vez estuve un paso más cerca del paraíso, en el RCR...

    Mara
    https://www.verema.com/blog/el-bosque/
    https://www.verema.com/blog/puck/

  10. #50

    Maresme

    en respuesta a Mara Funes
    Ver mensaje de Mara Funes

    Hola,ahora entiendo vuestro mal gesto cuando al llegar os pregunte por el Tondonia :-(
    Realmente tengo que decir que ese dia se notaba en el ambiente cierto nerviosismo,
    evidentemente no tiene explicacion ninguna lo ocurrido,supongo que solo en vuestra mesa.
    Espero y deseo que para la proxima (en este caso hay que intentarlo) y no por darles una
    segunda oprtunidad ;-) lo paseís en grande y lo disfruteis muchisimo ´´es lo mas normal´´.
    Abrazos

  11. #51

    Mara Funes

    en respuesta a Maresme
    Ver mensaje de Maresme

    Hola Diego,

    La verdad es que lamento que esta mala experiencia haya coincidido con quedar con vosotros porque efectivamente, había algo de tensión en el ambiente y creo que puedes entender porqué.

    Siento no haber podido estar de la manera que me hubiera gustado puesto que no nos vemos mucho pero qué se le va a hacer. Ya veremos lo de la segunda oportunidad, nuestra cartera no es infinita :-(((

    Un fuerte abrazo,

    Mara
    https://www.verema.com/blog/el-bosque/
    https://www.verema.com/blog/puck/

  12. #52

    JaviValencia

    en respuesta a Maresme
    Ver mensaje de Maresme

    Al fin y al cabo de momento y aunque el vino va tomando posesión, la sangre sigue corriendo por las venas y nuestras dotes como actor/actriz no son muy buenas precisamente. Tal y como dices no hay justificación a dicho fallo, pero lo que tendría menos justificación es otorgar un 10 cuando la experiencia no ha sido así. Creo que con semejantes errores el catalogar el servicio como "muy bueno" es mas que suficiente. Tendría algún motivo para ocultar esa información? NO.

    Aprovecho para agradecerte los detalles que tuviste para con nosotros, y extiendo mi agradecimiento al Gran Jefe en cual no ha aparecido por aquí todavía. Gracias a ambos, ya sabéis cada uno el porque ;-)

  13. #53

    Maresme

    en respuesta a JaviValencia
    Ver mensaje de JaviValencia

    Hola Javi,al comentar que ese dia se vivia cierto nerviosismo no es en referencia a vosotros,
    es en el plano general del restaurante.
    Supongo que nadie os impide expresar vuestro mal estar ´´ocultar informacion´´NOOOOO....
    Gracias a vosotros ;-)
    Un abrazo

  14. #54

    JaviValencia

    en respuesta a Maresme
    Ver mensaje de Maresme

    Ya, pero eso no quita que esos fallos también afectaran a nuestro nerviosismo ;-) En cualquier caso ya ha pasado todo y quien sabe si hay una siguiente vez y todo esto queda en una anécdota.

    Un abrazo

  15. #55

    Craticuli

    en respuesta a Mara Funes
    Ver mensaje de Mara Funes

    Si, si, estoy totalmente de acuerdo. Una cosa es un error y otra una secuencia de despropósitos que además de ser fácilmente subsanables enturbian una velada, los detalles son imprescindibles en un sitio de esta altura, y muchas veces es lo que diferencia a unos restaurantes de otros.
    Me refería más al hecho de que no creo que sea la tónica habitual del restaurante, lo cual no quita que no sea admisible a estos niveles.

  16. #56

    MrHank

    Hemos conseguido hoy reserva para 2014, me dejaré sorprender!

  17. #57

    Mara Funes

    en respuesta a MrHank
    Ver mensaje de MrHank

    Es imposible no creártelas y es que además creo que debes creártelas y ellos están en su obligación de estar a la altura y si me apuras de superarlas.

    Quiero y deseo pensar que en aquel día se juntaron demasiadas cosas a la vez, unas comprensibles, otras imperdonables, pero todas humanas al fin y al cabo.

    Te deseo lo mejor, que tu experiencia sea memorable y un ruego, cuéntanosla...

    Saludos,

    Mara
    https://www.verema.com/blog/el-bosque/
    https://www.verema.com/blog/puck/

  18. #58

    JaviValencia

    en respuesta a MrHank
    Ver mensaje de MrHank

    Hombre Ángel, cuanto tiempo sin verte por aquí ;-)

    Tal y como ha comentado Mara es imposible no ir con altas expectativas a los mejores restaurantes y dosificar las emociones cuesta horrores. Nosotros por ejemplo mañana vamos a DiverXO y vamos muy ilusionados aun a sabiendas que puedes tener un mal día y toda esa ilusión se puede derrumbar. Yo te recomiendo que vayas sabiendo perfectamente a donde vas y pensando que la experiencia va a ser única e irrepetible.

    Saludos y ya nos cuentas!!!

  19. #59

    MrHank

    en respuesta a JaviValencia
    Ver mensaje de JaviValencia

    Saludos!!!
    Perfecto lo que comentas.
    Os tendré informados.
    Nos vemos por los foros, aparezco cuando tengo algo de tiempo libre, como es el caso... ;-))

  20. #60

    Ferran_Molto

    Primero, felicitarte.., ha sido un verdadero placer leer tu crítica. Escribes realmente bien, tu crónica está muy bien estructurada y el relato es perfecto.

    Nosotros acudimos al Celler en 2006, cuando tenía 1 o 2 estrellas, y realmente salimos los dos bastante decepcionados. Muy especialmente con la cocina, que valoramos en su día como buena, por supuesto, pero carente de brillo, de chispa.

    Si lo deseas, busca en mi historial por nuestra experiencia en Bras, el restaurante que escogimos para constituirse en epicentro de nuestro corto viaje de bodas. Desde entonces que, la verdad, desatiendo por sistema las valoraciones tipo "el primero del mundo" e incluso las estrellas Michelín, que bien pueden servir como guía, te van a garantizar unos mínimos, por supuesto, pero no una experiencia singular. Porque en Bras, por ejemplo, el personal de sala que nos atendió era claramente insuficiente (atendían a las mesas corriendo arriba y abajo), demasiado joven (parecían ser becarios) e inexperto. Tu crónica también me transmite, por lo menos, algo de esto. Y el detalle de las copas de vino no atendidas, si no lo han sido por pura inexperiencia e incompetencia, que podría ser, da, a mí entender, una aún más penosa sensación de contrato: tú has contratado esto y esto es lo que se te va a dar. Por no obviar el detalle del blanco Viña Tondonia. Aún entendiendo que se les agotara, rápidamente lo tendrían que haber sustituído para garantizar cantidades, porque lo contrario consiste en dar traslado al comensal de un error más de sala. Es sorprendente, por decirlo suave, que en un local así se te venga a decir "te tendrás que conformar con esto...., porque se nos han agotado las existencias" Describes una concatenación de errores y una dejadez en el servicio insoportables. Y no vamos a ir de puristas, pero aparte del dinero (para nosotros un restaurante de este tipo puede caer, como mucho, una vez al año), este tipo de establecimientos deberían ser conscientes de que una visita a su sala suele implicar muchas ilusiones depositadas, expectativas..., y en la mayoría de los casos, incluso un largo viaje. Es decir, que recorras kilómetros y kilómetros para luego encontrarte que te sirven los escasos restos de una botella o que dejan en el olvido, sin más explicaciones, tus peticiones de segundas copas (dejando abierta la lamentable posibilidad, como bien dices, de que todo se trate de una cuestión de dinero no resuelta, es decir, que desconocen si luego estarás dispuesta a pagarlas) pues, sencillamente, no es de recibo y es una descortesía que no se corresponde, ya no con lo que pagas, si no con los esfuerzos previos que tú ya has realizado para visitar su local

    Sobre el debate que se ha abierto en los comentarios acerca de tu valoración. Todo es un tema de percepciones, aunque yo también creo que has sido en exceso magnánima y creo que lo has sido porque aún debe faltarte conocer esa experiencia culinaria cumbre, ese "paraíso". Para mí fue el The Fat Duck, ese es para mí, en mi escala, el 10 (dudo mucho, muchísimo, de que allí pudiera producirse un solo error de servicio como los que describes). Situados en restaurantes "estelares", creo que sería capaz en estos momentos de valorar a la baja, por lo menos en términos de cocina, al Celler (visitado, eso sí, en 2006) poniéndolo en relación con la visita que hicimos al Fat Duck en 2011

    Saludos,
    Ferran

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