Restaurante Nazareno en Roa de Duero
Restaurante Nazareno
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
35,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
42 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.6
Comida COMIDA
8.2
Precio medio entorno ENTORNO
6.4
RCP CALIDAD-PRECIO
7.1
Opiniones de Nazareno
OPINIONES
14

En Viña Pedrosa nos habian recomendado comer en el Asador Nazareno....y disfrutamos de una comida sensacional.Vaya lechazo.Carta de vinos correcta,aunque el 95% de la Ribera.Bebimos 2 botellas de  Aalto 2015,fantasticas.Si vais por alli...no lo dudeis.Solo comidas.

Mira que en navarra comenos de maravilla... pero estos de El Nazareno lo bordaron. El lechazo se partia con solo acariciarlo. En su jugo por dentro y tostadito por fuera. Menuda sinfonia.
De entrantes una morcilla sublime, y eso que suele empacharme. Unos esparraguitos de mendavia (navarra) toptop jajjaja.
Nos agasajaron con unos licores y un trato delicioso.
La cuenta? Lo que esperaba. Asi que no se puede decir que es caro. Otro dia ire al donner kebabh y me parecera barato, pero habre comido...kebabh

Si de lechazo de trata, por ahora este es el mejor que he probado.

Acudimos en pareja tras visitar las Bodegas Condado de Haza y Viña Sastre en Roa y La Horra. Como entrante elegimos una ración de morcilla de Burgos, ligeramente plancheada que era una delicia.

Aquí se viene por el lechazo, (creo que no tienen carta) y no defraudó en absoluto: tierno, jugoso, totalmente en su punto, realmente impresionante. Lo acompañan de la típica ensalada (lechuga, tomate y cebolla) al estilo de la zona. Maridamos con un Viña Sastre Crianza 2006 que aún tenían por la carta, en plenitud de facultades, sin indicios de declive, adoro esta añada.

El postre, hojaldre de milhojas, tambien espectacular. Café solo como digestivo, ya que había que conducir.

La cuenta ascendió a 80.20 (39.00 el cuarto, 22 euros el viña Sastre). Muy razonable.

Coincido con todo aquel que cita a Asados Nazareno como el templo del lechazo en nuestro pais.

Cinco personas con añoranza de Riberexpo, no vamos a pasar el día a la zona de Peñafiel, el lunes, en recuerdo de cuando el lunes era el día del profesional.

Visitamos al bodega Emilio Moro (nos agradó y hasta nos sorprendió muy gratamente) y a la hora de comer tenemos que decidir donde hacerlo, evidentemente lechazo y ante ser día de cierre en muchos lugares, entre otros el Mannix que era nuestra primera opción, pues encargamos en este restaurante y allá a que nos dirigimos a las 14.30 horas.

Buena recepción y acomodados en una mesa confortablemente (ya definí el entorno interior en mi anterior visita hace unos dos años y no ha cambiado nada) pedimos:

Morcilla frita y espárragos de Navarro templados, a compartir.

De plato lechazo al horno, dos cuartos convencionales (uno anterior y otro trasero) y el equivalente a un cuarto en chuletillas. Acompañados con dos ensaladas de lechuga y tomate.

De bueno a muy buenos los entrantes y de notable el lechazo.

Bebimos Emilio Moro tres botellas, creo que de 2008 , a 22 euros botella.

No hubo postres y solos cafés, ascendiendo la cuenta al final a un total de 230 euros: 46 euros pax.

Hasta ahora la exposición sencilla de lo comido, pero quizás ante el momento actual económico que vivimos, tras salir del restaurante hicimos una reflexión de la rcp, y esta fue el análisis, que creo puede ser interesante:

Morcilla, fueron 10 tajaditas, dos por barba, que costaron diez euros, o sea un euro por tajadita.

Espárragos, que eran de grosor medio a alto, pero sin ser ni mucho menos de los llamados c….dos, con una buena consistencia, fueron 5, costaron 12 euros, a 2.40 euros el esparrago.

La ensalada solo eran 4 o 5 rajitas circulares de tomate no gruesas, con lechuga, a 5.40 cada ensalada.

El cuarto a 40 euros, que hace dos años me cobraron a mí, en el mismo lugar a 37, o dicho de otra manera, valorado “grosso modo”, cada año se ha subido sobre un 4%, en mi negocio y en otros negocios, nos comentamos, que no hemos subido los precios en los últimos cuatro años a pesar de la subido de impuestos y sueldos.

Conclusión, hace dos años que fue mi última visita, que también fue en día de labor, el restaurante estaba al 80-90 % y en esta ocasión estaba al 30-40 %. Hace unos años no se miraba ni se analizaban los precios y hoy en día sí.

Habrá que hacer un curso de maestro asador, comprar el horno(por cierto en la provincia de Zamora hay unos fenomenales) , pues el producto a día de hoy se consigue y te le acercan a casa fácilmente , pues el resto no tenia misterio su elaboración.
Y al final nos meterán o nos meteremos en casa.

Hacía tiempo que teníamos ganas de comer en este, considerado por muchos, templo del lechazo asado. Así que aprovechando una escapada a la comarca de la ribera del Duero burgalés decidimos que ya había llegado el momento. Tras reservar dos cuartos de víspera, nos presentamos a la hora convenida. Nos saltamos los entrantes, yendo directamente al cordero. El primer cuarto (trasero) mostraba un exceso de horneado, con partes algo ennegrecidas, estando muy por debajo de lo que debe ser un asado de nivel. Menos mal que el segundo cuarto (delantero) resultó notable, acorde con la fama del local. La carne (40€ cada cuarto) se acompaña con una ensalada que cobran aparte (5,40€). Los postres, aunque no los recuerdo, no eran nada especial.

Respecto al apartado del vino, tienen una carta centrada en los Riberas, con una amplia e interesante variedad de éstos. Las copas no desmerecen y el vino se sirve a la temperatura adecuada. Pedimos una botella de María Alonso del Yerro 2009 (45€), que resultó excelente. Casualidades de la vida, en la mesa de al lado estaba la propietaria de la bodega (María del Yerro), que al ver que estábamos tomando uno de sus vinos, se acercó a saludarnos, aprovechando para invitarnos a visitar la bodega cuando quisiéramos.

Servicio amable, aunque quizás por estar el local lleno, algo acelerado.

Mi mujer es de la zona, y hace 15 años que frecuento el asador Nazareno. Como tal asador, no tiene carta, ya que la gente sabe a lo que vá. Lechazo y ensalada, y de postre, el delicioso hojaldre milhojas de Aranda. Los de allí consideran que quitarse el hambre con morcillas y langostinos es una pérdida del mejor apetito, que hay que guardar para el corderito lechal.
Hoy en día comer lechazo no es barato. El producto tiene un precio ya muy alto en el matadero. Lo bueno de Nazareno es que los corderos son de calidad superior, seguramente de pastores del páramo, donde comen la hierba más rala y sabrosa.
La amplia selección de vinos tiene el precio aumentado en sólo un 50%, y eso anima a comer con buenos crianzas y reservas.
Cada día asan lo que se va a consumir. Por eso, no te puedes presentar sin reservar con varias horas de antelación, porque no habrá cordero para tí.
Os animo a todos a disfrutar de Nazareno, una magnífica opción después de una mañana de visitas a Bodegas en la Ribera del Duero.

Fuimos por recomendación de Paco Rodero, de Pago de los Capellanes, a quien quiero agradecer la sugerencia.

De entrada, hubo un pequeño problema que se resolvió sin grandes complicaciones: la reserva era para 4 y se hizo para 2. Nos dieron a entender que les costaría recolocarnos porque estaban llenos, aunque posteriormente vimos que quedaban varias mesas vacías. Se podrían haber ahorrado los comentarios, especialmente cuando sabían perfectamente que nosotros no habíamos hecho directamente la reserva.

Como ya se ha descrito el restaurante, me limitaré a decir que me dejaron echar un vistazo a la bodega de la planta altillo, ya que en la extensa carta de vinos no hay añadas y, después de pedir a la camarera varios vinos con sus correspondientes añadas y comprobar ésta que no los tenían, optaron por que fuese yo mismo quien subiera las escaleras hasta la bodega. La verdad es que me pareció que tenían de casi todas las bodegas de Ribera de Duero, además de algunos de Toro y una pobre representación de vinos del resto de España y algún vino francés e italiano, la mayoría bastante caros. Los tintos ganaban por goleada. Precios, por lo que conocía, bastante contenidos. Buenas copas y buena temperatura. Tan solo descorche.

El almuerzo, sin misterio. Unos langostinos congelados (20,-€) con una salsita aceptable y un par de trozos de morcilla para el niño (2,-€) de aperitivo, mientras se acababa de cocinar el lechazo.

Como plato fuerte, un cuarto de lechazo (39,-€) de la parte delantera (nos dejaron elegir) acompañado de una sencilla ensalada (5,40€) de lechuga, tomate y cebolla que no pedimos pero sí nos cobraron. Pan para 4 (4,80€) que acabamos con el caldito del lechazo, 3 postres que no recuerdo (15,-€), incluyendo un helado industrial para el niño, una botella de Numanthia 2002 (50,-€) y un par de botellas de agua (2,-€/ud.) completaron la comida.

La verdad es que el lechazo está delicioso. Me tocaron las costillas (había poca hambre). Las dejé peladitas del todo. Me tomé casi una hora para dar cuenta de ellas, del caldito y de casi toda la botella de vino.

Pegas: como el plato principal es por encargo, no vimos la carta, ni los precios. Nos cantaron los aperitivos y nos "colocaron" la ensalada sin preguntar. La cuenta, escrita a mano.

Me parece bien que se dediquen a la cocina tradicional, pero el nivel del local merece una puesta al día en servicio.

Un sitio muy recomendable si vas a Roa, visitas la sede de la DO y de paso comes tradicional y rico, rico. Hay que reservar par auqe cuando llegues ya esté tu lechazo en marcha.
No sabíamos muy bien como iba, pero el asado como plato principal, es fijo. Tienes, eso si, varios entrantes sencillos para empezar. Nosotros nos definimos por espárragos, riquísimos, templados con sal maldón y aceite de oliva, me sorprendierosn y me gustaron mucho. Queríamos hacer espacio para el segundo, un cuarto de lechazo muy rico, yo soy de Valladolid, pero la verdad es que el de Burgos, está considerado el mejorcito, y la verdad es que el maestro asador, lo borda. Está en su punto de sal y la materia prima es muy buena.
Nosotros tuvimos la suerte de sentarnos al lado del horno y además del calorcito, que se agradecía mucho en Enero, veíamos de primera mano al "animalico" dentro del horno de leña y al maestro manejando. Muy acogedor y muy profesional.
De postre, todo es casero, nosotros nos tomamos el hojaldre...no os lo perdáis, es el remate perfecto.
El vino, con variedad, aunque priman los Ribera, precios ajustados.

Ah, y con vistas al Espolón del Duero.

Por el momento es así. Excelente recepción ( a las 2 y 10 y porque llovía ya estábamos sentados). Balbas crianza 2006. Muy buen vino para acompañar al cuarto delantero que nos cruspimos, jugoso, tierno, meloso, racial, en su punto justo de cocción y temperatura. Sublime. De primero morcilla, muy bien frita y nada grasa y una de jamón que acompañó perfectamente. Postre insustancial (no era el hojaldre), sino una cuajada comercial. Repito, excelente servicio. Local amplio y con muchas mesas.

Visita a este local ante su fama por su lechazo al horno, tras reservar un cuarto antes de las 12 de la mañana.

Local amplio, con generosos ventanales que dan a la Vega del Duero, con buena luminosidad natural por tanto, techos altos y decoración clásica castellana, con sus fotos de famosos incluso. Buena recepción con amabilidad, buen servicio y sobre todo con ganas de que se salga con buenas sensaciones (“si es la primera vez que acuden, les aconsejo esto a entradas y que prefieren ¿delantero o trasero?, ante el vino me traen 3 añadas a la mesa a decidir”).

Mesas con separación aceptable bien vestidas, con vajilla adecuada así como la cristalería.

Se observa al maestro asador atendiendo el horno, con gran atención por cierto y con mas entusiasmo en que la carne quedase en su punto, que en saludar a todo el que dirigía a el.

Carta de vino, en la que destaco: creo que casi todos los vinos eran de Ribera de Duero y otros de la zona que no acogen a dicha denominación y que en muchos de los vinos no se hace mención al año. No decidimos por Alonso del Yerro cr 2006. (26 euros). Servicio del vino que cumplió.

La carta consta de:

Entradas: queso, espárragos de Navarra, langostinos al ajillo y morcilla frita. Éramos dos comensales y nos decidimos por media de morcilla y media de langostinos: la morcilla fenomenal y los langostinos aprobadillos.

De plato un cuarto delantero (37 euros), con una ensalada de las de siempre (lechuga y tomate) que se presentó ya aliñada: el lechazo de lo mejor que he comido o que mi memoria tienen en archivo buenísimo. La ensalada buena.

La no tener postres propios ese día (nos comentaron que lo habitual es tener hojaldre) prescindimos de ellos.

Cafés y agua fue el resto.

Sensación: excelente lechazo, local amplio al que se va a comer eso, una morcilla buena y muy bien frita y una gran profesionalidad e ilusión en el servicio.

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