Cal y arena a partes iguales

Hacía tiempo que teníamos ganas de comer en este, considerado por muchos, templo del lechazo asado. Así que aprovechando una escapada a la comarca de la ribera del Duero burgalés decidimos que ya había llegado el momento. Tras reservar dos cuartos de víspera, nos presentamos a la hora convenida. Nos saltamos los entrantes, yendo directamente al cordero. El primer cuarto (trasero) mostraba un exceso de horneado, con partes algo ennegrecidas, estando muy por debajo de lo que debe ser un asado de nivel. Menos mal que el segundo cuarto (delantero) resultó notable, acorde con la fama del local. La carne (40€ cada cuarto) se acompaña con una ensalada que cobran aparte (5,40€). Los postres, aunque no los recuerdo, no eran nada especial.

Respecto al apartado del vino, tienen una carta centrada en los Riberas, con una amplia e interesante variedad de éstos. Las copas no desmerecen y el vino se sirve a la temperatura adecuada. Pedimos una botella de María Alonso del Yerro 2009 (45€), que resultó excelente. Casualidades de la vida, en la mesa de al lado estaba la propietaria de la bodega (María del Yerro), que al ver que estábamos tomando uno de sus vinos, se acercó a saludarnos, aprovechando para invitarnos a visitar la bodega cuando quisiéramos.

Servicio amable, aunque quizás por estar el local lleno, algo acelerado.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar