Restaurante Sambal en Noja
Restaurante Sambal
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
30,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
49 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.6
Comida COMIDA
8.1
Precio medio entorno ENTORNO
8.2
RCP CALIDAD-PRECIO
8.9
Chocolate Ocumare, leche de oveja y azafrán helado
Callos de bacalao, guisados con matanza y nueces
Raviolis de merluza y pack choi con cigalitas, caldo de jibión
Papada de Joselito, carabineros y jugo de sus cabezas
gyotza de gambón
Queso, aceite y pan
Huevo picante
Arroz
Cocina, sala y jardín superpuestos
Sala y jardín
S.M. La Nécora
Vinos dulces
Chocolates
Salmón
Opiniones de Sambal
OPINIONES
26

Sambal es un condimento asiático empleada en Indonesia, Malasia, Singapur y Sri Lanka, que está elaborado a base de pimientos comunes, así como chiles. Y también un restaurante de la localidad de Noja, ubicado en el campo de golf de este pueblo, donde ofician Javier Ruiz y Enrique Perez Malagón. El primero ha formado parte de diversos restaurantes de Cantabria como San Román de Escalante, Eneldo, Los Avellanos, Cruz Blanca, para finalmente en 2009 abrir su propia propuesta gastronómica.

Durante este 2013, se ha reformado para disponer de dos diferentes ofertas, por una parte una más enfocada al picoteo informal, y por otra la propia sala del restaurante gastronómico.

Utilizando las propias instalaciones del campo, resulta agradable llegar un mediodía de un día soleado, y tomar un aperitivo antes de comenzar la comida. Vermut preparado, aceitunas aliñadas, y unas patatas fritas recién hechas son una pequeña muestra de atención, y empeño.

Empezamos por una trilogía de aperitivos: mejillón tigre, foie con manzana, y tuétano con huevo de codorniz. Potente comienzo, entre los que destacó el primero por sabor, apariencia, textura. Ganas de agradar.

A continuación, una ensalada cántabra. Una sencilla combinación que si se realiza con buenos productos y mano, resulta infalible, buen tomate pelado, quesos de la Quesería Jarradillas ligeramente templados, y como acompañamiento lechugas, rúcula, cebolla. Todo, de nuestra tierra. Fresco, y apetecible.

Seguimos por el steak sambal, donde destaca su presentación en una especie de esfera helada sobre la que se abre un pequeño hueco de cara a depositar el contenido. Contraste en boca provocado por unas hierbas yodadas que dan un toque marino al conjunto, y con las cuales se maridan los encurtidos. Combinación de cierto riesgo, que aleja al plato de su sabor tradicional; aportando matices diferentes,; pero de la que Javier Ruiz sale más que airoso. Atrevimiento e ingenio.

Luego vendría el huevo picante, un huevo a baja temperatura con una salsa de tomate ligeramente alegre, junto con champiñón y algo de tocino. Meloso, y agradable. Se podría decir que le faltaba algo de chispa tanto en el picante anunciado como en el conjunto de ingredientes.

Posteriormente arroz marino, arroz en formato más risotto que caldoso, acompañado de diferentes tipos de algas, y un gambón pensando en aportar cierto crujiente, manteniendo el sabor de las hierbas marinas. Sabor a mar, buena idea en aportarlo a través de las algas, pero el resultado final del plato no es del todo satisfactorio por la pesadez del arroz. Ejecución no acertada, pero que tiene fácil remedio.

Se continúa con bonito con crema de ajo y roca láctea. Según nos comentó Javier, otra forma de recrear un pescado a la ondarresa donde el refrito de ajo se sustituye por la crema, y la roca (queso) hace las veces de la mantequilla. Simil arriesgado, donde la roca no se derrite como lo hace la mantequilla en la receta mencionada. Faltaba cierto equilibrio en el conjunto de los ingredientes.

Después de estos dos últimos platos que son un Guadiana dentro de la propuesta, cogeríamos un mejor ritmo con las codornices con verduras glaseadas. Pechugas, y muslos marcados a la plancha, bien de punto y sabor, y ligados con las verduras a través de una salsa de soja. Como mejora, las verduras no las glasearía de cara a reducir su contundencia, y que mantengan más su sabor original.

Pasamos al apartado dulce, donde desde nuestro punto de vista Javier Ruiz destaca, estando por encima en el este apartado que en el salado. De hecho, estaba en el equipo del restaurante de San Román de Escalante como jefe de pastelería cuando éste consiguió una estrella Michelin que perdería más tarde. Comenzamos con helado de mandarina, leche de coco y albaricoque. Este último en forma de carpaccio, combinación muy fresca, dulce y ácida a la vez que provoca limpiar el paladar, y volver a estar preparado para rematar la faena.

Seguiríamos con queso, aceite y pan; claramente el plato de la comida, una combinación de espuma y helado de queso, acompañado de un toque de acidez con el aceite, y un aporte crujiente. Una vuelta a la niñez en otras texturas que resulta totalmente adictivo. Sobresaliente.

Finalizaríamos con chocolate ahumado, chocolate fundido y en una especie de mousse que viene acompañado de un humo, que nos quiere hacer recordar el tueste del cacao, los orígenes del ingrediente principal. Sencillo y acertado.

Como resumen, Javier quiere desarrollar una cocina personal en clave gastronómica, lo cual es de agradecer, en un emplazamiento (Noja) que puede resultar algo complicado para su oferta. Por otra parte, algunas buenas ideas creemos que pueden mejorar de forma notable su resultado mediante una mayor precisión en la ejecución; y la eliminación de algún ingrediente que otorga demasiada contundencia a los conjuntos.

Destacar las ganas de agradar de todo el equipo, y los pequeños detalles en forma de aperitivos y entrantes. Y por encima de todo, esa trilogía dulce que además de resultar una sorpresa, nos dejó un postre para el recuerdo.

Restaurante Sambal: Un Guadiana con dulce final

Como siempre post completo y fotos en
http://www.complicidadgastronomica.es/2013/09/restaurante-sambal-dulce-final/

Aunque la idea no era esta, un encuentro fortuito con mi primo ha hecho que nos animemos a llamar para reservar en este restaurante del que tenemos buenos recuerdos.
El no haber pedido copia escrita del menú y además el hecho de no haber ido solos hace que mi memoria hoy me vaya a fallar en alguno de los platos pero creo que en general y ayudado por las fotos, voy a ser capaz de describir con bastante exactitud el menú.
En principio nos presentan un pan muy rico, de harina de maíz, color amarillento como manda los cánones.
Unas aceitunas y patatas fritas mientras esperamos la cena y la elección de la bebida donde mi primo me ha "llevado al huerto" con dos cavas: Agusti Torrello uno de ellos rosado. No me han terminado de convencer pero imagino que será sin más el gusto personal.
Comenzamos con unas Croquetas caseras y capaccio de pescado las croquetas están finísimas, magistrales, de las mejores que he probado y el carpaccio suave y sabroso.
Ensalada de quesos este ha sido el plato del que menos he disfrutado, para mi gusto le faltaba sabor, hubiese necesitado algún queso "más poderoso".
Arroz con algas y cigalas el arroz en su punto exacto de cocción, con muchísimo sabor. Las algas con puro sabor a mar, si cierro los ojos y me dicen que son percebes, me quedo tan ancho.
El marisco, de los de comerte dos docenas y quedarte bien satisfecho.
Huevo picante a baja temperatura nuevamente un plato destacable, hay que mezclarlo todo para degustarlo en su justa medida. El toque de picante sin "molestar" , de untar pan.
Taco de bonito acompañado de un fino puré de patata y una bolita de queso de cabra. El punto del pescado inmejorable pero hemos coincidido todos en que le faltaba un toque de sal, con un par de trozos de esos que te encuentras en boca hubiese ganado un par de puntos.
Codornices preparadas por separado las pechugas y los muslos, con un toque de picante conseguido con pimienta. Perfecto punto de la carne, fino, jugoso, sabrosos. Me ha parecido también uno de los platos de la noche. Muy bien conseguido.
Pasamos al apartado dulce y comenzamos con el que para mi ha sido el plato estrella de la noche: Queso, aceite y pan presentado en una copa era simple y llanamente espectacular. Sabor a raudales y sabor rico. El aceite se deja percibir sin molestar, el pan, crujiente, le da un toque bien logrado. Un postre del que me hubiese comido media docena sin rechistar.
Helado con mango y crema de queso fresco, de los de "limpiar boca", el problema es que el anterior le ha hecho sombra.
Chocolate al humo no será este su nombre pero es lo que es. Presentado con tapa de cristal tipo quesera. Al abrirlo nos lo dan a oler, el humo que se utliza para curar chorizos me ha venido a la mente. Al comer el chocolate queda ese toque ahumado, curioso pero bien logrado.
Unos ricos cafecitos con unos detalles de chocolate y los acompañamos de dos vinos dulces, uno ya catado en año pasado gewurztraminer vino dulce catalán que como no, me ha encantado. El otro Hielo de picos un vino cántabro que tiene muchísimo aroma y que no está nada mal. me quedo con el primero aunque mis tres compañeros de mesa han preferido el segundo. Cuestión de gustos.
Charla con los protagonistas de la noche y de nuevo sensación muy satisfactoria de la experiencia vivida. Espero que las cosas les vayan bien y por supuesto que consigan mantener esa RCP que es de las mejores que conozco.

  • Queso, aceite y pan

    Queso, aceite y pan

  • Huevo picante

    Huevo picante

  • Arroz

    Arroz

Hacia un año aproximadamente que no pisaba este restaurante. La verdad es que teniéndolo a escasos 600 metros de casa voy poco, mucho fui al principio pero bueno las cosas de la vida son así. Hoy vas mucho a un sitio y mañana vas a otro.

La cosa es que unas amigas de Laredo venían a Noja y me preguntaron por algo e cocina creativa, no había muchas dudas de a donde enviarlas... Al final me he animado y también he asistido al evento.

El trato como siempre, excelente.

Yo he llegado algo más tarde, ya había una botella de tattinger encima de la mesa así que con eso hemos comido (41€ la botella me parece. Al servicio le ha costado algo arrancar, pero una vez el menú en marcha ha ido todo sobre ruedas. Nos hemos decantado por el menú degustación que contenía lo siguiente:

- Ceviche de chicharro. Excelente!!!

- Ensalada de queso. Muy rica la verdad, quesos de jarandilla.

- Arroz con alga y langostino. Espectacular, para quitarse el sombrero!.

- Huevo con picante. El huevo a baja temperatura lo comí aquí por primera vez el dia que abrieron el restaurante, sigo teniendo un grato recuerdo de aquel plato la verdad.

- Bonito con crema de patata y verduras. Cocinado en su punto, realmente espectacular.

- Carne con pimiento. Sinceramente, el plato mas flojo de todos. Ni fu ni fa.

Los postres:

- Queso con aceite; por sabor me ha recordado muchisimo al Divirin. Estaba realmente bueno!

- Historietas de chocolate. Bueno, el queso lo deja atrás.

He terminado la cena con un Absolut + tónica y cafe solo.

La verdad es que como siempre, en la buena dirección! hay un par de detalles que deberían solventar, como son el cristal roto y las sillas. Una persona normal entra bien, pero una persona como yo entra algo justita jajajaj.

De precio creo que hemos rondado los 60€, se que el menú era a 39,00€ (muy bien de precio) pero como no me han dejado sacar la cartera pues nada.

El restaurante se halla en el Club de Golf de la localidad costera, en una bonita y exclusiva zona residencial. Se dobla la esquina de unas instalaciones claramente deportivas y te encuentras con la entrada flanqueada por vallado de piedra tras al cual un sugerente pasillo ceñido por altos y frondosos árboles invitaba al paso.

El restaurante está, iba a decir decorado pero no me parece el adjetivo adecuado porque cuando lo recorres no te da la impresión de decoración, podría decir que está conceptuado para sacar el máximo partido de la luz y la frondosidad del entorno a base de líneas puras y colores neutros en tonalidades claras.

Se entra pasando por un corto pasillo que deja la cocina acristalada a tu derecha y casi inmediatamente se accede a la terraza enfrente del green del hoyo 9. A la izquierda se encuentra lo que sería la sala habitual que está un poco patas arriba por las obras de renovación que están llevando a cabo para acondicionar espacios y hacerlos más polivalentes.

Nos lo explica el propio Javier Ruiz que salió a recibirnos. Javier Ruiz no es sólo el chef del Sambal sino su alma creativa y el 50% de su impulso. Nos da a elegir una mesa de la terraza y escogemos la que mejor vista ofrece, con manteles blancos inmaculados y ningún adorno que entorpezca su línea recta.

Nos acomodamos y Javier nos abandona para volver con dos estupendísimas nécoras del mar de Noja vivitas y coleando:

Me ha costado conseguirlas y más de este tamaño, estamos en veda...

Javi le comenta que él no es muy aficionado al marisco y Javier instantáneamente le asegura que tendrá una opción alternativa y tras preguntarle por sus preferencias y por nuestras posibles alergias desaparece por la cocina.

Ángel María Carabias, Jefe de Sala y Sumiller hace las veces de maestro de ceremonias y empieza el espectáculo:

Aperitivo:

* Dos Dry Martinis: Debido a un pequeño mal-entendido acabamos con dos vermouths más potentes de lo que habíamos previsto pero de excelente factura ;-)

* Chips de patata caseros y olivas aliñadas.

Mientras lo degustábamos elegimos el vino que nos acompañaría durante la mayor parte del viaje, 100% cántabro y que yo había conocido en la Edición 2013 de Enofusión:

- Ribera del Asón 2012: 80% albariño y 20% chardonnay

Y empezó el festival:

* Tratamiento de pollo Tataki: Preparación de pollo con soja, tan tierna que pareciera casi un paté. Delicioso.

* Ensalada de quesos de la Granja Jarradilla: La Granja Jarradilla es una pequeña explotación que elabora auténticos quesos pasiegos de manera totalmente artesana. Este plato fue el que tomó Javi en sustitución a la nécora y citándole a él:

...una deliciosa ensalada templada con un queso tierno y casi untuoso, hojas y brotes muy frescos y un aliño realmente refrescante. Excelente contraste de sabores y texturas.

* Su Majestad La Nécora: Esta joya del norte vino envuelta como corresponde a un regalo valioso, y yo disfruté al abrirlo como si mi propio regalo de cumpleaños hubiera sido, deshaciendo con sumo cuidado el lazo rojo y descubriendo su interior al apartar el bonito ¿celofán?. No, no es celofán, es un papel especial venido de Italia y llamado "fata" que tiene como virtud principal más allá de la estética, la capacidad de aguantar extremadamente altas temperaturas lo cual a su vez permite cocinar la nécora en un horno de vapor en su propio jugo, sin ningún aditamento ni condimento, tan sólo a veces unos cuantos crustáceos u otros elementos marinos de la misma zona para que potencien aún más el insoportablemente celestial sabor a mar de esta rojo tesoro.

¿Y por qué tanto mimo? La respuesta es sencilla, la nécora de Noja es tan excepcional que cualquier otra preparación hacía que perdiera parte de sus propiedades tanto en textura como en sabor y aromas, algo a lo que Javier Ruiz le venía dando vueltas desde hacía tiempo, tratando de encontrar la forma de cocinarla aplicando la mínima intervención para así preservar su personalidad única que la ha llevado a batirse y ganar el embite contra famosas nécoras como las gallegas. Y debemos dar gracias a los pescadores locales que pensando en el largo plazo no caen en la tentación de esquilmar el producto de su bello y rocoso litoral, auto-imponiéndose vedas que permiten un fruto suculento y extremadamente sabroso a la par que delicado como tuve la dicha de comprobar:

La carne firme y tierna a la vez, en un punto de cocción que no raya, sino que es la perfección. Los jugos del caparazón son otra historia, sin necesidad de ningún aporte externo ni aliño de ninguna clase, están pletóricos de sabor marino con esa fuerza que le da la concentración del vapor y que te traslada a su habitat rocoso. Sin palabras.

* Huevo picante: Se trata de un huevo de granja cocinado a baja temperatura acompañado de una rodaja de morcilla y rodeados ambos por una salsa picante con base de verduritas y caldo de carne.

Hay que pinchar su yema para que se expanda y funda su melosidad y suculencia con el picante de la salsa. Al bañar la morcilla en esta armoniosa alquimia su sabor se amaina y se consigue que la morcilla no sea la protagonista sino una marioneta más de este potente y al mismo tiempo equilibrado teatro.

* Arroz Marino: Imposible denominarlo de otra manera. Es un arroz caldoso a base de caldo de marisco de la zona y algas Ogonori, muy populares en Japón. El arroz con un punto impecable está aderezado con una mahonesa de algas y culminado con un carnoso gambón. Lo salpican unas curiosísimas algas Codium de color negro que se asemejaban a la cornamenta de un ciervo en miniatura y que son una auténtica explosión de sabor intenso y salino. Otra de las joyas del día.

Anécdota: Mientras degustábamos el arroz se acercó Javier para preguntarnos nuestra opinion y al oir nuestras alabanzas suspiró aliviado reconociendo una cierta preocupación por no conseguir estar a la altura de unos comensales acostumbrados a los excelentes arroces valencianos ;-)

* Pulpo de Roca: Este cefalópodo era de tal calidad que se cocinó puro, tal cual, siendo la salsa que le acompañaba la que emanó durante la propia cocción y llevando como único atavío una crema de patata y cebolla morada. Uno de los mejores pulpos que he probado.

El último plato principal del día nos devuelve a la carne en un penúltimo giro del menú, pero ya habíamos terminado el albariño cántabro y deseábamos un acompañante digno para esta última etapa. La carta no nos ofrecía tentación suficiente y al recurrir a Ángel torcimos el gesto cuando nos preguntó por preferencias ribereñas o riojanas. Captando el sentido con rapidez nos rogó esperáramos y retornó con una botella de Cumal 2006, el rico Prieto Pricudo de Dominio de Tares. Ya sí podíamos continuar.

* Lomo de vaca: En Cantabria no se andan con tonterías y no llaman buey a lo que no lo es, y es que no les hace falta con las fabulosas vacas que pastan por sus prados. Esta excelente pieza ha sido cocinada con esmero exquisito dando un resultado tierno y sabroso que se realza con un espeso y concentrado jugo de la propia carne.

La fiesta concluiría con dos postres totalmente diferentes entre sí e igualmente deliciosos:

* Queso, pan y aceite:Cremoso de excelente queso pasiego con la untuosidad del aceite y el crujiente del pan. Corto en azúcar como a mí me gusta, exquisito.

* Fresas con mousse de té y chocolate con leche: Las fresas siempre se han llevado bien con el chocolate pero con el té era algo que no tenía muy claro, infeliz de mí... Fresco, armonioso y rico, rico, rico, una vez más sin exceso de azúcar.

Compartimos sobremesa y vino con Ángel mientras Javier atendía a proveedores. A él también le convencimos para que se sentara con nosotros y pasamos un rato muy agradable discutiendo sobre lo divino y lo humano, y de esto último centrándonos en la compleja actualidad del mundo de la restauración, la incertidumbre y como no, sobre la diversidad de puntos de vista desde el del restaurador hasta el del consumidor entrando en una sana polémica que nos dió como para que Ángel volviera a levantarse regresando con un tremendo Taberner 2005 en plenas y pletóricas facultades.

Nos despedimos del green del hoyo 9 con la sensación de haber vivido una experiencia memorable que traspasaba el umbral de lo gastronómico para instalarse en el de los recuerdos atesorados en el área de los sentimientos. Y todo ello es debido gracias a la sinceridad, honestidad, inquietud e impecable profesionalidad de estas dos magníficas personas, Javier Ruiz y Ángel María Carabias.

Nota sobre la carta de vinos: La pertinaz e interminable crisis que padecemos ha obligado al Sambal -como a tantos otros restaurantes- a reducir drásticamente la carta de vinos por la falta de rotación que la radical caída de la demanda ha provocado. No obstante os recomiendo preguntéis a Ángel por las opciones fuera de carta y os encontraréis con cositas interesantes como fue nuestro caso

PD1: Esta crónica gana muchísimo con fotos, la podéis ver aquí

PD2:Muchas y sinceras gracias al forero Argug que fue quien me habló por primera vez de este restaurante haciendo que me picara el gusanillo de la curiosidad y que posteriormente gestionó personalmente nuestra visita :-)

  • Cocina, sala y jardín superpuestos

    Cocina, sala y jardín superpuestos

  • Sala y jardín

    Sala y jardín

  • S.M. La Nécora

    S.M. La Nécora

Día primaveral que invitaba a realizar una pequeña excursión por la bonita costa de Noja. Después de un paseo decidimos ir a comer a nuestro viejo conocido el rte. Sambal. No describo el local por haberse hecho, y muy bién, anteriormente.
Allí nos esperaban Javier y Angel.
Nos sentamos en el comedor de la terraza, el día invitaba a hacerlo en la calle, y le pedimos que nos dé de comer, y esto es lo que nos ofreció :
El menú 5 sentidos:
- Aperitivo: Unas cervezas con aceitunas arbequinas aliñadas, patatas fritas quebenec
. Y Ravioli de pasta remolacha roja con queso de braniza. Este último nos sorprendió muy gratamente, bién equilibrados los productos.
- Escabeche de pollo. Sutil, suave escabeche.
- Arroz con gamba roja con codium. Todo sabor a costa, percebe, yodo. Gran plato, nos entusiasmó.
- Huevo de gallina "salvaje" picante a baja temperatura con tocino iberico y champiñones. Muy bueno.
- De pescado : Sama con una semideconstruida tortilla de patatas. Sorprendente. No sabíamos cual estaba mejor si el pescado o la tortiila. Pero juntos eran una maravilla.
- Tuetano con una textura de carne roja de vaca vieja, era entrecot de lomo alto. Gran carne, marcada, tierna, aterciopelada y entreverada de grasa.
- De postre :
- Helado de chocolate con caramelo de pera y maracuyá. Refrescante, cremoso y con el punto exacto de dulzor. Gustó mucho
- Queso dos texturas. Eran una mousse y un helado de queso y aceite. Sabroso. Fué muy alabado.
Acompañamos la comida con dos vinos: Un blanco Ribera del Asón 2010(15,40). Que estaba extraordinario, fresco, glicérico, elegante, con viva acidez. El amigo Mikel cada año hace mejores elaboraciones. Para mí es la bodega referente de Cantabria. Y un tinto: Campus Gran Colegiata-2003(28,60). Muy buén vino. Perfecto, elegante, carnoso con cuerpo y domado. Agua mineral (4,18). Cafés y licores invitación de la casa.
Gran nivel de cocina, con ritmo entre plato y plato. Servicio de sala por parte de Angel Carabias, perfecto. Tan gratamente salimos de la comida, que ya nos ibamos emplazando para volver dentro de unas semanas.

Hoy le ha tocado el turno a este restaurante de Noja, precedido por un montón de buenos comentarios realizados por gente que es de fiar y la verdad es que ha merecido la pena.
Es verano y tienen acondicionada una estupenda terraza que no parece tal pues realmente es prácticamente un comedor a no ser por la puerta que da al jardín y el techo tipo toldo.
Las mesas correctas, de buen tamaño, con una separación suficiente para no molestar a los vecinos.
Lunes, hora de cenar, pues ni tan mal, con cuatro mesas de parejas y otra más de 6 comensales.
Nos animamos con el menú denominado 5 sentidos que consiste en 5 platos de la carta a elección del cocinero.
De aperitivo unas patatas chip y unas aceitunas con una salsa que estaban muy sabrosas, la verdad.
Empezamos con los entrantes.
Sopa de pepino y un par de croquetas. Muy fresca la sopa, con sabor pero sin empalagar, el pepino a veces..... pero no es el caso.
Las croquetas muy finas, con un ali-oli que les daba un toque original.
Carpaccio de remolacha con queso y foie. Mira que a mi la remolacha como que no me va mucho pero el conjunto quedaba realmente sabroso.
Un arroz con langostinos. Los langostinos parecían cigalas, muy ricos, una textura de lujo. El arroz tipo risotto, un pelín tieso como mandan los cánones.
Huevo, tuetano, trufa y jugo de carne: para mi de lo mejor del menú, un justo toque el tuétano, sin quitar al huevo el protagonismo del plato. Un conjunto muy, pero que muy acertado.
Salmón, caldo de tomate y soja, verduras de temporada. Producto, bien hecho, la piel exquisita, crujiente.
Rabo guisado y deshuesado: otro plato muy rico, fino, bien realizado, con sabor, la textura de la carne ideal.
Quesos cántabros en texturas,pan dulce y aceite de oliva: un postre fresco para pasar al dulce, textura tipo mousse. Tal vez para mi gusto poco marcado el sabor a queso, muy light pero que conste que estaba rico.
Rematamos el menún con chocolates, texturas varias, con un toque de chocolate blanco y un crujiente que me recordaba a ese turrón de chocolate con arroz inflado que me vuelve loco.
Para beber un José Pariente 2011, que como siempre, nos ha encantado, bien servido, bien presentado, bien fresco al sacarlo para luego refrescarlo más en la cubitera.
Un pan de chapata correcto pero mira que soy de comerme todo el pan pero es imposible.
Café cortado muy rico, voy acertando con los cafés últimamente.
Detallito para después del café consistente en una copa de sopa de coco que estaba muy fina y sabrosa y unos detallitos en forma de galletitas que se ha comido la que te digo porque a mi no me entra absolutamente nada más.
Sorpresa a la hora de los vinos dulces. El sumiller me ha ofrecido dos vinos catalanes que desconocía totalmente.
Uno, con esa fama que tienen los catalanes, siempre sospecha de que en vez de un kilo de pasas igual echan medio y luego, claro no va a saber igual (tenía que decirlo o reviento.:-)) )
Pero la sorpresa ha sido muy grata, ricos ambos dos, uno riesling el otro gewurztraminer. A mi me ha gustado más el segundo y a mi chica el primero así que no hemos tenido pelea. Por cierto, invitación de la casa.
Agradable charla con los 2 cocineros y el sumiller al terminar de cenar, nos comentan que van a reducir aún más el comedor para dar a menos gente pues según ellos es mejor una clientela satisfecha y fiel. Pues habeis ganado 2 clientes que por lejanía no irán tanto como quisieran pero que hablarán estupendamente de vosotros.
Gracias por el rato que hemos pasado, seguir así que vais bien.

  • Vinos dulces

    Vinos dulces

  • Chocolates

    Chocolates

  • Salmón

    Salmón

Nos acercamos de nuevo a Noja para una comida de trabajo.

Estabamos solos, aparte de otra mesa de 2 comensales. Nos atienden Teresa y Javier. Logicamente les decimos que nos den de comer, dicho y hecho.

Snacks variados con aceitunas aliñadas, patatas fritas, pan cristal, aceite, matequilla especiada, croqueta de jamon, canutillos de queso, tartera de queso Divirin al horno.

Carpaccio de remolacha con virutas de queso y foie, abundante, fresco y rico. Quizas pecaba de algo de exceso de sal gorda.

Guiso de garbanzos con pulpo, potente sabor, para mojar pan.

Bacalao con pil pil de erizos, rico el pil pil, correcto el bacalao.

Huevo frito con patatas, pues eso, un buen huevo con sus pataticas para entonarse, que el dia era de perros.

Coulant de avellana, maravilloso, cremoso y adictivo.

Petit fours.

Aguas, coca colas y copas de vino Edulis Crianza.

Lo unico malo es que tienes que ir con tiempo, Javier lo va haciendo todo al momento y es el unico inconveniente.

Volveremos.

Acudimos el viernes Santo a este restaurante de Noja por las buenas críticas leidas en esta página y por lo leído en alguna revista especializada. Pero la decepción fue total. A continuación os explico el porqué. Fuímos con mis dos hijos y la espera para su comida, una tortilla francesa con puré de patata, fue de 1 hora, con el problema que conlleva tener esperando a dos niños de corta edad tanto tiempo. En cuanto a nuestra comida nos decantamos por su menú degustación que no nos supo a gran cosa por culpa de la espera reseñada. Gran detalle de no cobrar los platos de los niños pero gran decepción con la espera entre plato y plato. El servicio muy correcto y voluntarioso pero la cocina falta de recursos y rapidez, porque no es un restaurante donde se aglomere muchos comensales. En definitiva desilusión total.

Dentro del programa que nos hicieron nuestros dos anfitriones el plato fuerte era la cena marirada en el Sambal.

Despues de una buena comida clásica en el Mijedo nos encaminamos para ver que nos prepara Javier en esta ocasion. Nos dio una charla acerca de los platos de la noche, todo bien explicado, a lo que sigui una cata comentada de los vinos de nuestro amigo JAMF.

Ya sentados en una gran mesa cuadrada, bien vestida y con gran coperio empezamos el acto, ayudados de un babero muy cántabro:

Ensalada de frutos del mar, servida en una incomoda copa de martini, incluia un suave bocarte, una gamba apenas blanqueada y un fondo de jugo de mar y erizo muy sabroso. Además tenia unas hojas verdes y una mayonesa de algas.

Ratatouile con berenjena, calabacin, patata y una salsa de tomate, todo muy fino.

Lomo de cabracho con arroz, magano y su tinta. Quizas lo que menos me gustó, llegando algo frio a la mesa por la complicacion de ser muchos comensales. El cabracho algo seco, desde mi punto de vista quizas era preferible un lomo de salmonete por ejemplo. El arroz bien.

Guiso de solomillo de buey con reduccion y puré/parmentier de patata, la carne bien y el acompañamiento tambien, conjuntado.

Texturas de quesos cántabros, exitazo total por lo bien ejecutado, los sabores y la cremosidad de la espuma y de helado. Excelente.

Postre de chocolates, muy logrado, con varias texturas y diferentes sabores, me gustó mucho tambien.

Como final un café y unas polkas realmente buenas, como aire dulce, crujientes y especiales.

Toda la cena maridada con diferentes vinos ya comentados, quizas el que más me gusto fué el Carlos Serres Reserva del 2004, muy buen caldo.

La verdad es que lo pasamos de cine despues de toda la currada que se han pegado nuestros anfitriones. A ver para cuando la próxima.

Hacer un comentario de la cena, tras la exposición tan acertada que ha realizado Aurelio, se que va a quedar deslavazada, pero a pesar de la sentencia, voy a dar mis sensaciones de lo comida y bebido.
Frutos de mar aliñados con mahonesa de algas y hojas del huerto. Maridado con un cava, Elyssia Rosado Brut Nature de Freixenet. Plato arriesgado pero que resultó un acierto. El fondo tenía un sabor a mar logrado y los componentes, bocarte y gamba conservaban todo su sabor y tersura. Quizás yo le presentaría en otro tipo de copa o plato. El vino cumplió con creces lo esperado

Ratatuille. Acompañada de un petit verdot, también rosado, de Pago del Vicario. Otra apuesta de Javier Ruiz, que demuestra que hay formas muy distintas de elaborar una salsa de tomate y esta estaba muy lograda. En cuanto al vino, fue este rosado que no lo parece (como dice Oscar) para mi el rey de los vinos de la cena.
Cabracho con arroz omelette. Con el vino La Cathedral de Zamora (tinta de Toro y Juan García). Buen trato del punto del pescado (una pena que salió algo frio) y me gusto mucho la tortilla acompañante. En cuanto al vino, reconozco que era yo su padrino en la cena y por tanto algo imparcial, pero me resulta a la vez potente con un buen equilibrio.
Guiso de Carne Sorpresa. Onomástica de Carlos Serres reserva 2004. Carne, carne, con una base que para mi estaba aun mejor que la misma. En cuanto al vino, un clásico que nunca falla.
Texturas de quesos cántabros. “El Rey” de la noche.
Chocolates con especias. Creo que este postre no se aprecio lo suficiente al venir tras el rey, pero estaba muy logrado
Vino dulce Merlot de Pago del Vicario, para los postres.

El servicio muy diligente, con buen ritmo, a pesar de cambio constante de copas, ser un restaurante que no se dedica en absoluto a grupos y que nosotros éramos 25(quizás por ello algunos platos salieron algo mas templados de lo requerido).

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar