Restaurante Sambal en Noja
Restaurante Sambal
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
30,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
49 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.6
Comida COMIDA
8.1
Precio medio entorno ENTORNO
8.2
RCP CALIDAD-PRECIO
8.9
Chocolate Ocumare, leche de oveja y azafrán helado
Callos de bacalao, guisados con matanza y nueces
Raviolis de merluza y pack choi con cigalitas, caldo de jibión
Papada de Joselito, carabineros y jugo de sus cabezas
gyotza de gambón
Queso, aceite y pan
Huevo picante
Arroz
Cocina, sala y jardín superpuestos
Sala y jardín
S.M. La Nécora
Vinos dulces
Chocolates
Salmón
Opiniones de Sambal
OPINIONES
26

Aquí, en el Restaurante Sambal de Noja, tuvo lugar lo que supuso el acto central del apretado y apasionante programa de la “Quedada Cantabria Infinita 2012”.

No fue solo una cena. Fue mucho más que eso.

El evento comenzó a las 7 de la tarde, hora a la que nos había citado Javier Ruiz, reputado cocinero y copropietario de este ya justamente reconocido restaurante.

Javier nos explicó minuciosa y gráficamente qué nos iba a dar de cenar, cómo, cuándo y porqué. Fue un placer escucharle. Se entretuvo con nosotros casi una hora, deleitándonos con su saber hacer, su pasión y su capacidad de comunicación. Un crack este Javier, un “animal mediático”.

Acto seguido nos pasó a sus privilegiadas cocinas, donde continuó atendiéndonos, mostrándonos el género, contestando preguntas… ¡Qué paciencia! Infinita, como su Cantabria.

Posteriormente nos cedió una sala para que, mientras él y su equipo nos cocinaban las viandas, nosotros lleváramos a cabo una animada cata de los vinos que generosamente nos había hecho llegar el forero y viticultor Jamf.

Y a las 21,30 horas, después de un intervalo en el que algunos nos tomamos un aperitivo y otros se acicalaron y descansaron, comenzó el verdadero espectáculo: la cena.

Sambal es un pedazo restaurante, de los pies a la cabeza. Magnífico el entorno, las instalaciones, el equipamiento, el servicio y la cocina. Lo tiene todo para ser un grande.

Cocina cántabra aventajada, de mercado, con geniales toques de autor que en modo alguno disfrazan la altísima calidad del producto que trabajan: lo mejor de lo mejor de Cantabria… y otros mundos.

La cena estuvo, como toda la quedada, gobernada, dirigida, salpimentada y comentada magistralmente por esa extraordinaria pareja de monstruos: Argug & Jacomur, Jacomur & Argug.

Argug, el “alma máter”, el promotor del encuentro, ejerciendo brillantemente de maestro de ceremonias, y Jacomur comentando sabiamente cada vino que catábamos, además de conseguir que los vinos fueran cortesía de las bodegas. ¡Lo que sabe este hombre de vinos!. Esa sabiduría adquirida con los años y que, unida a su inteligencia, le facultan para sintetizar la esencia de cada vino en dos palabras. Cómo se aprende con estos dos monstruos.

Pero… ¿y qué cenamos?... se preguntará el aburrido lector a estas alturas…

¡Ahí va!:

Frutos de mar aliñados con mahonesa de algas y hojas del huerto. Maridado con un cava, Elyssia Rosado Brut Nature de Freixenet.

Ratatuille. Acompañada de un petit verdot, también rosado, de Pago del Vicario.

Cabracho con arroz omelette. Que para mi sorpresa fue un estupendo compañero de viaje de un coupage zamorano, Juan García/Tinta de Toro, La Cathedral de Zamora.

Guiso de Carne Sorpresa. Aquí se optó por la madurez de un reserva riojano del 2004, Onomástica de Carlos Serres.

Texturas de quesos cántabros. Seguimos con el rioja.

Chocolates con especias. Vino dulce merlot de Pago del Vicario.

Polkas de Torrelavega. También con el merlot dulce.

Una cena maridada espectacular, que paso a comentar.

La ensalada, delicada, fresca, sápida. Un entrante realmente acertado.

La ratatuille, plato que Javier nos había comentado previamente que había tenido grandes dudas antes de decidirse a ponerlo en carta por la aparente sencillez del mismo, estaba formidable. La textura era casi cremosa, pero dejando algún atisbo de crujido, homogénea en el punto de cocción de todas las verduras, y sabrosa. No lo dudes, Javier, sácala a carta.

El cabracho… ¡ufff! ¿Cómo iba a estar malo? Nos enseño las piezas antes de cocinarlas, como también nos enseñó la jibia que le acompañaba en daditos, y casi me sacan un ojo porque saltaban de la fuente. Una pura delicia.

El guiso de carne sorpresa era solomillo de buey, pero de buey de verdad y además de Noja. Nos contó que le había comprado dos bueyes a un paisano que tenía varios, y que estaba estudiando su evolución en cámara y en boca. Una carne roja ennegrecida, sabrosa, tierna… acompañada por una crema como de leche y patata y una reducción de tinto, que no adquirían especial protagonismo, simplemente acompañaban al actor principal.

Quizás el único “pero” de la noche fue la temperatura del pescado y de la carne, un pelín tibios. Éramos un grupo de 25 y se entiende, pues no se trata de un restaurante de BBC, pero hay que decirlo.

Los postres… ni recuerdo el de chocolate, y mira que me gusta, pero es que al pobre le tocó bailar entre la textura de quesos y las polkas. Imposible destacar así.

La textura de quesos… “no me la dejan quitar de la carta, quiero renovar, pero se me echan encima” nos dijo. ¿Y te extraña? ¡Pero si eso es una obra de arte! Cuatro quesos cántabros, cuatro, compitiendo para sobresalir en una fresca crema-mousse-pomada… Un deleite, un absoluto deleite. La vaca por aquí, la cabra al fondo… y los tímidos asomos del Picón de Tresviso dándole “vidilla”… Un postre para el recuerdo. Dicen que un restaurante no es grande si no recuerdas tras mucho tiempo al menos un plato del mismo. Pues bien, yo jamás olvidaré esta Textura de quesos cántabros de Sambal.

Y el fin de fiesta, las Polkas, fuera de carta, tuvimos el honor de que nos las sirvieran dos de los reales miembros de la Cofradía del Hojaldre de Torrelavega. ¿Adivinan ustedes quienes eran? ¡Premio! Argug y Jacomur, Jacomur y Argug, quienes se engalanaron con el uniforme oficial de cófrades ante el asombro y divertimento de la parroquia. ¿Y qué es una Polka? Oigan, acérquense a Torrelavega y averígüenlo. Háganme caso, no se arrepentirán.

Los vinos alcanzaron todos una gran altura, no podía ser de otro modo si los había seleccionado Jacomur. Ya los comentaremos en el apartado que toca. Los sirvieron, con mucho mimo, en copas Schott de alta gama.

El penúltimo apunte va para el servicio, que fue estupendo: hiperprofesional, discreto y solícito.

Y el último, para los comensales. Una delicia. Allí se respiró “buen rollito”, alegría, ganas de agradar, de compartir, de comunicar…

¡Qué gran noche!

¡Que se repita!

¡VIVA CANTABRIA INFINITAAAAA!

Lo primero , felicitar y agradecer a Javier y a Gabriel , la organización , de este fin de semana en Cantabria ,y a la gente que a colaborado , profesionales de la hostelería , que nos han hecho pasar un sábado maravilloso , comiendo comida mas tradicional y de sustancia y cenando cocina creativa , las valoraciones de los dos locales , se las dejo a los foreros de la zona , su prosa es , para mi , mas interesante que la mía , con lo que espero ansioso vuestros comentarios , yo solo decir que he salido encantado de los dos sitios , que sobre todo valorare de 10 , la compañía , cosa que en esta ocasión , me ha parecido mas importante que lo comido y bebido , me lo he pasado de pu.. madre , con perdón , pero es la expresión que me sale del corazón, podía haber dicho maravilloso , de lujo , estupendamente , pero no serian expresiones que completasen mi velada en Cantabria infinita , los vinos de lujo , y prácticamente todos , patrocinados por Javier, el hotel increíble , el bufet de la leche ,y la gente de la osti.a , todos , no destaco a nadie , pues con todos me lo he pasado bomba , lo dicho , gracias y a poner fecha para la siguiente , un saludo.

En esta ocasión , solo puntuare el entorno , entendiendo como tal , la compañía , y el trato de los profesionales .

No describo el rte. pues el amigo Argug lo ha descrito anteriormente y muy bién.
Si es cierto que debido a las buenas críticas y al historial de Javier Ruiz, mejor plato de pescado en el Campeonato Bocuse d´Or en 2008, conseguir en el rte. Los Avellanos la estrella Michelín, Big-Gourmand en la Roja,, tenía interés en acercarme a su establecimiento de Noja y así lo hicimos acompañados de unos amigos el día del Pilar.
Disfrutando de un día idílico, sol, 24º de temperatura y en octubre, escogimos para comer la terraza. Eramos 4 personas y dijimos al cocinero que nos diera de comer a su criterio. Es un sistema que me falla muy pocas veces.
Oferta de 4 tipos de pan: De maiz, chapata, de pasas y el normal.
De aperitivos:
Anchoa del Cantábrico en un canapé de harina con gilda y perejil.
Cucurucho de maiz con queso espumoso.
Colino con jamón ibérico.
Sopa de tomate con aceite de arbequina.
Chorizo criollo a la plancha.
Todos ellos nos gustaron y especialmente, la sopa de tomate, la anchoa y el cucurucho de maiz.
Carpaccio de remolacha, con queso zamorano, foie-gras y aceite de trufa. Sorprendente la magnífica y creativa combinación.
Marinada de frutos de mar, compuesta de: almeja, mejillón , gambón, navaja y pulpo. Impresionante, sorprendente y todo mar.
Huevos al plato poché con crema de patata, sopa castellana y espárrago. Una nueva visión de la entrañable sopa castellana.
Lomo de chicharro con huevas de trucha, foie y tomate.Hacía 50 años que no comía chicharro, con platos y combinaciones así me reengancho. El pescado tenía un perfecto punto.
Entrecot de lomo bajo de buey con salsa Royal. Buén punto tenía la carne.
De postres:
Helado de queso al humo de encina. Nos gustó.
Helado de: Chocolate con leche, Chocolate blanco y mousse helada de chocolate negro. A los chocolateros les encantó.
Quesada de manzana a la menta y galleta de almendras. Magnífica.
Brownie de chocolate y tejas. Expléndido.
Cafés, un orujo blanco gallego. Agua mineral 3 botellas. Acompañamos la comida con dos vinos tintos: Paso a Paso 2009. Tempranillo de la D.O. Mancha, todo fruta nos encantó y Atalaya 2008. De la D.O. Almansa, era una garnacha y monastrell, estupendo vino, nos sorprendió muy gratamente. Ambos vinos acompañaron extraordinariamentre la comida.
El servico a cargo de Angel Carabias muy bién.
Sin duda un rte a tener muy en cuenta.

Local agradable y acogedor. Servicio dispar, amable, pero con aspectos a mejorar en la atención correcta a la clientela. Loable el intento de aportar una oferta gastronómica diferente y algo más avanzada en esta localidad. Menú de 39 euros, barato, pero en mi opinión y refiriéndome al actual , decepcionante, sin aportaar nada nuevo, más allá de las intenciones, sin convencer o impresionar en nada y rozando cierta mediocridad. Quizás destacar las croquetas de tomate por su diferenciación y pq están ricas. Decepcionante la croqueta de erizo, pastosa y con demasiado sabor a aceite usado.Interesante bonito a la plancha con una excesiva base de soja, algo molesta y que ensombrece el buen punto del bonito. Las presentaciones se cuidan, pero el producto y el manejo no alcanzan en ningún caso el sobresaliente. Por tanto en mi opinión, aplaudir el intento de mostrar una oferta más desarrollista y creativa, pero esta cocina debe mejorar en su excelencia y en la calidad de dicha oferta. No vale tan ssólo, con mostrar cierta creatividad y cuidar presentaciones, si lo que degustamos no está a la altura o roza lo vulgar ( veáse el postre de texturas de manzana). No todo vale. No obstante, y por lo descrito previamente otros menús anteriores , podrían haber sido mejores. Buen servicio de l vino y ganas de hacerlo bien, pero la carta necesita renovación y actualización, cuestión ésta que parece plantear dificultades

Tras ser valorado en la última edición de Michelin, como merecedor de un bib gourmands, tras una evolución muy corta (un año y medio). Visita de nuevo a este restaurante en el primer día de este puente de diciembre.

Como se puede comprender, entorno, cristalería, vajilla etc., igual que la descripción anterior.

Dos comensales también, optamos por el menú degustación, que esta vez comprendió:

Aperitivos que constaban de: aceitunas negras aliñadas, chips de patatas de la casa y canutillos de maíz rellenos de queso fresco (estos últimos, sorprendentes a la par que excelentes.

Crema de calabaza, con ibéricos crujientes.

Crema de queso Divirin (queso blando de la zona que creo obtuvo hace poco en un certamen mundial celebrado en Canarias, la medalla de plata) con polvo de nueces y aceite de miel: perfecto punto y buena conjunción.

Risoto de pulpo y espinacas, con caviar de arenque y una crema de perejil: perfecto.

Merluza a la plancha con gambones y espárragos: junto al postre plato estrella de la comida, pues la merluza estaba con todo su sabor y tersura (difícil es éste pescado de elaborar de forma sencilla) y los espárragos, verdes y blancos, al natural con su punto al dente.

Rehusamos el plato de carne, ante la generosidad de la raciones servidas, creo que se trataba de carrilleras sin saber el apellido del plato.

Postre servido en una copa sobre un soporte tipo trípode, con crema de queso fresco y membrillo con una bola de queso manchego al centro: suena sencillo, pero a nosotros que no nos suelen impresionar la postres, este lo logro.

Dos café por persona con petit fours, agua y otra vez un Cumal 2005, completo la comida.

El menú descrito junto al plato de carne, sin agua y vino ni café, sigue a 23 euros.

En conjunto se nota una consolidación y como dicen los profesionales de las guías, consolida la calificación.

En la costa oriental de Cantabria, mas concretamente el localidad turística de Noja (como dato valorable de su capacidad turística detallo que en invierno cuenta con unos 3000 habitantes y hay quien llegar a asegurar que en verano la población llega a los 100.000) se encuentra este restaurante.

Enclavado en la sede social del Golf Noja, su acceso es através de un sendero con árboles autóctonos cantabros, mas algún detalle foráneo y desde el comedor se divisa a través de una amplia cristalera el Green del hoyo nº 9. Su andadura es de un año. No así la experiencia de los responsables en la cocina , la cual es mucho mas prolongada.

Mesas amplias, con vestimenta y detalles perfectos, buena cristalería y vajilla de color blanco son diseños variados, adaptando las formas al contenido de cada plato.

Carta de vinos con buena presentación, destacando la presencia de vinos de nuestro país, con casi todas las denominaciones presentes, pero además con vinos de Francia, Alemania, Italia y nuevos países emergentes en el mundo del vino etc.

2 comensales nos hemos decantado, sin animo de maridaje, por Cumal 2005(24 euros) y en el postre Vi de gel riesling muscat 2008. Como detalle de precios: Vega Sicilia Unico 1998, 195 euros.

Buen servicio del vino, con su punto de temperatura, copa de cata previa al servicio, soporte para el tapón etc.. No ha habido envinamiento de copas, que por otra parte por esta zona es algo bastante excepcional.

Tras una cerveza de tipo caña, bien tirada con unos entretenimientos de chips de patata y yuca, comenzamos un menú degustación especial.

Aperitivo de gazpacho de sandia, croqueta de jijas y aspic de langostino con Val de Reyes y mango: el gazpacho, con todo su sabor y personalidad sin que hubiese ninguna duda de su relación con la sandia, la croqueta cuadrada con el sabor de las jijas y sin resultar nada grasienta y el aspic ¡ que aspic¡ todo sabor al langostino con una conjunción perfecta con sus acompañantes.

Pseudocarpaccio de carne roja a la parilla con tomate a la plancha y fresa: muy buena carne y muy buen tomate, cosa tan difícil hoy en día de encontrar. Nos explicaron que se trata de carne pasa primero por la brasa. Muy buena carne.

Falso foie de aguacate con caldo de ave: ocurrente plato con una gran presentación y que da un sabor especial al aguacate.

Ensalada de foie escabechado, sobre un fondo de queso de Jarradilla , con jugo de carne de buey: para mi ha sido el plato rey de la comida.

Huevo pochado con trufa, en un fondo de patata y virutas de jamón: muy buen punto del pochado(cosa a veces difícil de conseguir) y ¡ la trufa ¡ todo olor.

Bacalao fresco confitado con grasa de jamón y compota de cebolla roja de Cantabria y tomate: El punto perfecto, las lascas generosas y la compota muy buena, el sabor de fondo el de un bacalao fresco que se diferencia y mucho del tradicional.

Postre bizcocho borracho en crema de orujo y helado de canela: el bizcocho suave, sin apreciar el alcohol y con helado que sabia dentro de su cremosidad , a eso a canela.

La comida se cerró con sus cafés y un GT.

No me toco hoy pagar, pero ante los precios que vi en la carta, los vinos y los menús degustación que en las mesas vecinas oí ofrecer a 23 euros sin vino, con este tipo de cocina, me atrevo a catalogarle como excepcional en la rcp.

Por cierto el servicio: muy profesional

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