Restaurante Abac en Barcelona
Restaurante Abac
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
170,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos y lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
204 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.9
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.1
Comida COMIDA
8.5
Precio medio entorno ENTORNO
7.9
RCP CALIDAD-PRECIO
5.9
Helado de queso de pastor ahumado, chips de cordero y brotes de pino
Pequeños guisantes del Maresme con grasa de jamón ibérico sin grasa
Restaurante Abac Barcelona, de Jordi Cruz
Restaurante Abac Barcelona, de Jordi Cruz
Restaurante Abac Barcelona, de Jordi Cruz
Opiniones de Abac
OPINIONES
30

Supuestamente el mejor restaurante de BCN según la prestigiosa michelin (dos estrellas). Empecemos: ubicación buena (Avda. Tibidabo, edificio precioso, acesso al parking perfecto, algo algo laberíntico en las circulaciones interiores). Local acogedor, elegante, gran vajilla, copas, decoración, sonoridad...perfecto (normal al ser un ** estrellas). Empezamos con los peros: servicio correcto, pero algo frío, mecánico y poco natural. Te sientes extraño en ese lugar. La carta sugerente con precios de escándalo (algún plato a 80 euros y la media 50). Nos decantamos por el menú clásico de 133. Vamos por la comida: Aperitivo bueno, algo raro y extraño que te pongan olivas de aperitivo por la noche por mucho que sean de Grecia y de Francia (como si no hubieran tan buenas por nuestro lares). De todas maneras, extenso y correcto (hubo dos acompañamientos más). Seguimos con unos entrantes correctos, no recuerdo muy bien lo que eran, uno me pareció un arroz y aguacate, plato frío para enero (mal enfoque), el foie bueno, pero sin alardes, y macarrones con bovagante buenos. Lo mejor la lubina salvaje, excepcional. El cochinillo, en cambio, una decepción. Normalito y con la piel durilla. Briox de vainilla bueno, pero un poco flojo por el restaurante que es. Una mención a parte tiene el pan (el mejor que he comido en toda mi vida) y la mantequilla, deliciosa. Nos cobraron 9 euros por barba, pero no me supo mal. Ahí les felicito. En definitiva, el global de la comida normalita, tirando a flojo por ser un ** estrellas. He comido mejor en el Neichel (septiembre), en el Omm o Hoffman, y eso que estos tienen solo 1 estrella. Lo peor, peor de todo...los precios de los vinos: Una vergüenza. Ejemplos: Remelluri a 70 euros! el Billecard Salmon a 140!!! (curiosamente en el Neichel, de similar categoria, nos costó 100 euros tres meses antes). Pedimos un Puntido, bueno, a 55 euros. Difícil degustar los vinos a esos precios, salvo, claro, que seas un millonario. Ah, 2 copas de cava y dos de champagne: 37 euros (ojo con los extras que salen caros)

Esperaba más de este sitio

El acceso es algo complicado. Accedes desde la calle llamando a un interfono, te abren y te encuentras en medio de un jardín con indicaciones de acceso al hotel y al restaurante. No me pareció muy cálida la recepción, no.

Cuando por fin llegamos, bien, nos acomodaron en una mesa de forma ovalada pero que tal y como estaba dispuesta parecía de forma elíptica, algo rara para tres porque quedaba un comensal algo desplazado. Cubertería, vajilla, vasos y ajuar en general adecuados a su categoría.

Hicimos el menú clásico que, además de los aperitivos recuerdo:
tartar de champiñones con buey de mar muy sabroso
El foie gras bien
Los macarrones relleno de bogavante,rico y sabroso
La lubina salvaje la encontré algo insípida y pasada de cocción
El cochinillo, que cerraba el menú, bien sin más
Los postres no nos gustaron, el brioix con vainilla y fruta de la pasión era ácido en extremo

Carta de vinos bien surtida y excesiva en precios
De beber optamos por As Sortes 2007 (inicialmente algo caliente) a 50 euros.
El café nos lo ofrecieron en el lounge. Algo complicado el acceso (hay que coger el ascensor y dar un par de vueltas, para quedarte encerrado en una sala bastante cerrada -para eso te quedas en la mesa-)

Para abandonar el local, debes volver al restaurante (ascensor arriba) recoger los abrigos y salir (ascensor para arriba otra vez)

Servicio de vino bien, a secas y servicio de sala eficaz.

Un poco laberíntico, parece muy supeditado al hotel

Ya se sabe que las comparaciones son odiosas pero seguramente se come mejor en Abac que en Can Fabes, inevitablemente el haber sido jefe de cocina de Can Fabes durante 7 años ha hecho que supere con creces a su maestro. Local muy bonito y super tranquilo al lado de la bulliciosa Plaza Kennedy, con una decoración minimalista pero elegante en todos sus extremos, con un servicio a su altura un poquito de rigido pero correcto. Nos ofrecieron tres menús: Normal, tradiciones y de temporada, los dos primeros a 125€ y el otro a 140€, optamos por el último debido a la atención que tuvieron de cambiarnos uno de los platos de un comensal (pichón) por otro (cochinillo). El menú estaba todo muy bueno en general, no desdecía ningún plato, las salsas óptimas, y por destacar algún plato: El "llorito", el pichón, el cochinillo y el parmentier, para beber nos sirvieron una copa de cava (detalle de la casa) y luego nos recomendaron un Rocallis 2002 (excelente) y un Templarí 2006 (bueno), eso sí, un poquito elevados de precios. Resumiendo: Restaurante elegante ubicado en un Hotel muy tranquilo enmedio de las ruidosas calles Barcelonesas, con una decoración muy acorde con el local, y con una comida elaborada y buenísima como para que se te escapen sin darte cuenta unos cuantos ummmmmmmmmms!!!

Abac es un restaurante elegante , distinguido, apacible y relajante. La puesta en escena de la sala sin duda es magnífica, con una iluminación cuidada al detalle, cálida y a la vez discreta e intimista , predisponiendo a la tertulia y a la concentración. El servicio es amplio, atento, servicial, algo frio y artificial, pero capaz de atender cualquier necesidad o situación que el cliente pueda precisar. La atención al vino es soberbia con un sumiller experimentado capaz de guardar un difícil equilibrio entre el saber, la atención al cliente, cordialidad y respeto.Suelen sacar el vino de la mesa y colocarlo a distancia, yo lo prefiero en la mesa, cerquita y tangible. La carta es amplia y por supuesto carísima. La vajilla de Versace resulta novedosa aq a mí particularmente no me gustó. Respecto a la comida , que debería ser lo más impte, a mi particularmente me decpcionó.Tiene personalidad, sin duda, pero resulta un tanto incómoda, sin emocíon, sin sorpresas incluso en lo que parece sorprender, no te hace vibrar( a mí entender claro). Las Alubias con tendones y croqueta de bacalao, me resultan insípidas, con un contraste de texturas demasiado livianos y con unas croquetas navegando en el plato que no logré entender. La construcción de los platos es complicada, a veces magnífica ( caballa con apio-nabo), pero le falta algo....corazón? sentirlo?. Esa sensación estuvo presente en todo la comida, incluso en algunos platos realmente riquísimos y gustosos como los guisantes y la vieira. En fín , es subjetivo para mí un gran restaurante, orientado a " grandes fortunas" donde el dinero importa poco y el saber gastronómico seguramente menos, algo artificial, con todos los recursos posibles, pero con poca pasión.

El restaurante de Xavier Pellicer se ha convertido, sin duda, en la referencia gastronómica de la ciudad Condal. Un entorno decorativo sobrio y moderno que transmite nobleza; una iluminación extraordinaria que invita a la intimidad del comensal y, a su vez, favorece la visión de lo que ofrecen los platos; un servicio impecable capitaneado por un estupendo jefe de sala (Rubén); y una cocina incontestable, de factura perfecta, con profundidad gustativa, en la que la excelencia del producto es protagonista.
El menú es una verdadera delicia; un recorrido sin sobresaltos del que destacaría dos platos memorables: la vieira con crema de guisantes y trufa negra y el ragout de judías, butifarra, tendones de ternera y cromesqui de brandada. Ello sin desmerecer el resto de la cena, realmente sobresaliente (delicadísima la caballa confitada sobre pastelito de celeri y sopa de almendras; majestuosas las espardenyes con hamburguesa de pie de cerdo y butifarra del perol; tremendo el pichón en dos servicios: la pechuga a la brasa con jugo al cardamomo y el muslo relleno de sus menudillos)
El servicio del vino está a la atura del establecimiento: una carta muy bien estructurada, con una completa oferta. El sumiller, dispuesto a aconsejar de una manera divertida. Las copas Zwiesel 1872 colección The First by Enrico Bernardo. Tomé Champagne Pierre Gimonnet Fleuron 2002, tinto Bricco Asili Bernardot 2005 de Ceretto Aziende Vitivinicole, Barbaresco y un Oporto Taylors Tawny 10 años.
Abac completa la oferta gastronómica con unas habitaciones vanguardistas, luminosas, vestidas con los más nobles materiales en las que todo está pensado para el perfecto descanso del huesped, al que envuelve el más absoluto silencio.
Enhorabuena a Xavier Pellicer.

Una de las mejores comidas del año. Me sorprendió en positivo, pues la ultima vez que estuve, en la otra ubicación, me decepcionó algo.

Hicimos el menú degustación del chef. Que por cierto no estaba presente, lo cual para mi valora todo su equipo con el Maître Rubén a la cabeza.

Nos sirvieron de entrante un royal de carboneras. Muy suave, como para abrir el apetito. Siguió unos bombones de salmonete soberbios.
El tercer plato era muy atrevido, tendones de vacuno con almejas (casi crudas) y puré de brocolí con caviar.
Los "ous de reig" con puré ligero de almedras, fastuosos.
La merluza, con la piel crujiente, en su punto con "rovellons de botó".
Para finalizar con un pichón "saignant" con el muslo rellena de sus propias visceras. Espectacular.
De prepostre un bizcocho de vainilla con helado de vainilla y pomelo.
Y algo de chocolate y calabaza con helado de cerveza negra. Muy bueno.

Tomamos una botella de Ruinart Blanc de Blancs.

Pienso que la cocina de Xavier Pellicer ha alcanzado su plena madurez. Yo le hubiera dado ayer mismo la tercera Estrella. Si sigue asi, será de los próximos en obtenerla.

El local es una pasada. Que no me digan que esto es un negocio de hostelería, es otra cosa....

Tenia curiosidad por ver el nuevo Abac, del de la calle Rec tenia un gran recuerdo. lo primero que me llamo la atencion es que casi me paso desapercibido, cuando llego encuentro la carta puesta en la puerta y un timbre. llamo y me da la sensacion que me estan examinando, entro y me da la sensacion de que es un restaurante montado para la elite, como muy privado. el restaurante es bonito a destacar las lamparas me parecen espectaculares. el menu degustacion lo encontre un poco caro 120€ sin vinos, pero bueno es un dos estrellas¡¡¡ comi de forma correcta pero tambien tengo que decir que no destacaria ningun plato en especial, bueno quizas el cordero (muy bueno). dos personas sin vino 290€.

Cuando un restaurante como el Abac abre sus puertas de nuevo en la parte totalmente opuesta a su antigua ubicación y con aires totalmente distintos se merece una visita como mínimo y así ha sido, hoy he ido a comer al nuevo Abac situado en el no.1 de La Av. del Tibidabo:Para entrar hay que llamar al timbre y previa identificación te abren y accedes al lugar:hotel de 15 habitaciones de lujo, restaurante, bar para cafés copas y puros, dentro de un todo al que también puedes acceder por el parking privado.Todo ello en una especie de búnker, un búnker de diseño eso sí.Comida de altísimo nivel: guisantes de llavaneras con tripa de bacalao, trompetas de la muerte y "espardenyes", y de segundo pulpitos con hamburguesa de pie de cerdo y buti esparracada:Un diez.La carta de vinos extensa y carísima: x3y x4, quizás cuando Dani, el superprofesional somelier me ha visto la cara, me ha ofrecido la posibilidad del maridaje a copas:con el aperitivo un B.deB. de Le Mesnil, con los guisante un Auslese G.G. del 2002, y con los pulpitos un crates de tenerife 2004 y una stout del montseny, con el queso he repetido de auslese.Indispensable.Pero allá cada uno con su cartera....

EL ABAC, Nº1 en la Avenida Tibidabo?
Pero vamos a lo importante, solicitamos el Menú degustación ( 125€ ), mi mujer escoge el Pago del Vicario Blanco de Tempranillo, curiosidad por probar y que a mí particularmente me parece una aberración de la naturaleza, a ella le gusta.
Dani, el Sumiller, estuvo al quite y donde otro hubiese dicho, ah! Se siente ¡ dio una lección de cómo estocar a un cliente “toca....” y ganárselo a vinos a copas, donde no erró en disfrute plato-vino. Buen y despierto profesional.
APERITIVOS
Olivas de Kalamata, cortezas Chips con Jamón laminado y surtido de panes.
Butifarrilla casolana
ENTRANTES
Copa de Garotas, setas y espuma de regaliz.
Salmonete en su punto con salsa Blody Mary.
Guisantes Tiernos, con trufa negra y tripa de bacalao.
Ceps con Navaja y espuma verde. Otro mar y montaña,
PESCADO
Lomo de Atún ( en su punto ) con chispeantes chips de Alcachofas.
Lechal a la vainilla con Verduras y Picadillo de las mismas.
Pasamos a la tabla de Quesos, correcta sin más. Nos gusto un Azul elaborado en Lerida, pero no recuerdo su nombre......
Postres y Petit Fours y cafés
CONCLUSIÓN Y CIERRE.
1º-Achaco un poco de desorganización en el ambiente de sala.
2º-Los vinos desorbitados de precio, más cerca de Marte que de los mortales con poco poder adquisitivo y que nos gusta disfrutar comiendo con vino.
3º-Comida expuesta con arte, sabor y buen hacer.

No entiendo el comentario de Eudald, el día de hoy hemos ido a celebrar el 17 cumpleaños de mi hija, el tarto ha sido exquisito, atento y familiar, sin que se les haya subido ninguna estrella a la galaxia ( cabeza).
El metre ha sido distendido y próximo, no toma nota, lo memoriza todo convirtiendo el hecho algo anecdótico y simpático, se moja poco al sugerir ya que no sugiere simplemente confirma tu elección.
Los camareros no han sido pesados ni empalagosos,.
La carta de vinos es extensa y original, nuestra elección de platos combinado con nuestros gustos nos creaba cierta dificultad al elegir y el somelier, muy atento, sin permitir que te sientas mal, nos sugirió un vino exquisito, nuevo y rompedor ya que se trata de un Rias Baixas, tinto algo inusual en la zona, se trata de un vino tiento que combina perfectamente con pescado y con carne sin tapar los platos que degustas se trata de GOLIARDO AÑO 2005 loureira tinta D.O RIAS BAIXAS.
Aunque parezca raro quizás los platos sean demasiado abundantes en el caso de las carnes
El próximo día 5 de diciembre tengo pensado volver con mis dos socios y esposas para pedir el menú degustación ya que me quede con las ganas de probar mas platos.
Simplemente me queda felicitar a Xavier y todo su equipo de cocina y sala.

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