Restaurante La Seu en Denia
Restaurante La Seu
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
23,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
domingos noche y lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
34 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.7
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.7
Comida COMIDA
7.7
Precio medio entorno ENTORNO
8.5
RCP CALIDAD-PRECIO
7.5
Arroz a banda
Sala
Sala
Postre del taller
Guiso de setas, huevo poché y trufa
Salteado de alcachofas con presa de "Angus Black"
que buena pinta
Opiniones de La Seu
OPINIONES
33

Hola, estuve en este restaurante en Pascua, pedimos el menú de 22 euros, con seis entrantes, un principal y postre.
Nos gustó mucho el vino, un Albariño, creo que Pazo de Señoráns, estupendo, entrantes correctos también y no tanto el arroz a banda, esperaba más sabor marinero y el postre riquísimo.
El trato excelente
Problemas, más que nada por ser un sitio tan bien catalogado:
-nos sentaron al lado de la bodega (la puerta está sujeta con una goma y cuando cierran la puerta o pasan se mueve) que es un sitio un poco oscuro, digo yo que nos podrían haber dado a elegir, o tonta yo por no intentar cambiarme,
-cubiertos normales,
-sillas con un cierto trote ya
-no rellenan copa
Yo creo que precio y caché no van de la mano

He ido a La Seu muchas veces y la verdad es que cada vez me sorprende más. No sólo tiene una carta variada y elegante, sino que cada día hay un menú que además de exquisito, es variado y abundante. No te quedas con hambre.
El local es precioso y muy luminoso. Van variando la vajilla empleada en la presentación de los distintos platos, así como la cuberteria (los cuchillos parecen navajas).
Los mejores platos son el tartar de atún, el ravioli de ibérico y los postres!! son espectaculares!

Singular local de vanguardia, con un espacioso y luminoso patio acristalado cubierto a tres alturas y distintas estancias a diferentes niveles. Audaz combinación de elementos modernos, como el acero y el cristal, en contraste con las arcadas de piedra originales del edificio y las paredes pintadas en negro. Constante guiños al diseño como la inmensa pared blanca principal de la zona central, que crea un efecto de ondas, o la recepción, con una decoración de marcado carácter nórdico enfrentada a la rompedora zona de bodega. Cocina vista con una gran cristalera al patio.

Cocina mediterránea con brochazos de autor.

Era mediodía, íbamos con niños, y nos apuntamos al menú-degustación diario que anunciaban en la entrada del local.

Pan con tomate y ali-oli. Deliciosa tostada en la que el ali-oli era como un flan aplastado, ya que iba pasado por la plancha.
Texturas de calabaza con berberechos. Bien buscado el nombre del plato, pues la “textura” era peculiar. Cremosa, con un punto como parafinada, con algún grumillo dentro del berberecho… No sé cómo lo consiguieron, pero sabía a calabaza y no resultaba nada dulce, sabía a berberecho y no marcaba demasiada sal. La calabaza y el berberecho se resaltaban uno a otro. Muy logrado. Un plato de los que te acuerdas.
Ensalada con uva, caballa y helado de vinagreta. Curiosa, fresca.
Gratinado de erizos de mar. Bien presentados, con el erizo cortado por la mitad, sin embargo se apoderada la bechamel, fagocitaba el sabor del erizo.
Patatas a lo pobre con jamón ibérico y huevo a 63 grados. Bueno, pues los que están ahora en las cartas de todos los restaurantes. Nada nuevo bajo el cielo.
Arroz meloso de sepia con alcachofas. Correcto. La alcachofa siempre da un toque a los arroces que me encanta.

Todos los platos con diferentes y cuidadas presentaciones.

Para beber, un Enrique Mendoza Chardonnay FB, refrescos y aguas. Sin mimos especiales, pero había donde elegir y el blanquito estaba a buena temperatura. La cubitera era preciosa.

Servicio prestado por gente joven con buena presencia. Rápidos y educados.

Sin lugar a dudas, un restaurante para repetir. Volveré de noche, a ver cómo se transforma a esa hora del día.

P.D.: pese a que el servicio, la vajilla, cubertería, cristalería, mantelería no son de 10 (serían de “7”), me decido a calificar con la puntuación máxima el apartado de entorno por la singularidad mencionada.

Por la noche fuimos a este lugar en el casco viejo de denia

no teniamos reserva y muy amablemente nos ofrecieron cenar a loos 8 en una mesa pegada a la barra del interior, enfrente de la cocina.

Del local muy bien para una casa de pueblo con 3 alturas y reformada para restaurante. Cocina vista super limpia y ordenada.

Cenamos 3 entradas de carpaccio de gamba de denia, bombon de foie, pulpo plancha con patata cocida y verdudas rebozadas con romesco, todo perfecto.

Platos principal denton horno y solomillo a la piedra, raciones algo cortas, pero como no era necesario mas bien.

Tomamos tinto Villa Pedrosa crianza y gintonic varios.

Todos pesanmos que fue muy buena la eleccion para la noche

servicio super amables y simpaticos.

...al menos en el menú de mediodía: 6 entrantes, un arroz en caldero y postre por 18€¡¡¡¡¡¡y encima bueno. Nos sentamos junto a la cava de cristal(nos dio a elegir entre el patio interior frente a la cocina donde puedes ver cómo trabajan,o en una especie de casita interior de piedra), y tras pedir el vino (blanco de los hermanos Lurton 19€, los vinos no son nada baratos)comenzaron a desfilar los entrantes, de tamaño medio y, afortunadamente, nada microscópicas como ocurre casi siempre; un gazpacho muy sabroso, tortita frita con deconstrucción(je) de guacamole,incluía el aguacate, tomate y anchoa(pelín salada)por separado, un extraordinario pulpo braseado con base de patata y pimiento choricero(este sí era un bocado, lástima)...con 2 grandes tostas de pan con un suave alioli, y otras dos con tomate, y un estupendo arroz caldoso de verdura(coliflor y brócoli)y boquerones adornando el caldero de hierro donde lo sirvieron; la otra opción del menú era arroz a banda.
El servicio del vino, muy correcto, el camarero nos iba sirviendo sin prisa pero sin pausa, aunque el cristal de las copas era algo grueso.
Muy recomendable para ir al mediodía

Me he llevado una gran decepción desde la ultima vez que estuve, llevé a unas amigas a cenar y la impresión general fue de absoluta tomadura de pelo. Después de pedir las tapas y varios platos principales que íbamos a compartir, los camareros vinieron en 3 o cuatro ocasiones a decir que no les quedaba de esto o de aquello, teniendo que cambiar de plato continuamente. Cuando empezaron a traer platos, la raciones eran ridículas por no decir minúsculas. El colofón final fueron los platos principales, los cuales tenían la misma cantidad de comida o menos que los entrantes, sin embargo el precio estaba cuadruplicado con respecto a alguno. ¡Siempre recordaremos esos salmonetes al limón que nos recomendaron!, los dos lomitos de UN salmonete sobre salsa de limón, eso sí, muy bueno el micro bocado. Lo mismo sobre el atún, cuatro trocitos en un plato alargado. ¡Gracias que tuvimos el acierto de pedir las raciones de pan!, así aplacamos el sonido de nuestros estómagos. Ya no nos atrevimos a pedir postre, todos pensábamos que la ración sería la de la cucharita de los cócteles. Aqunque la comida fue buena, la sensación de broma no me la quito de encima. Me gustaba hasta ahora, pero lo he decidido, no volveré, y menos me llevo a alguien.

Fuimos a comer este domingo , y es verdad que ha cambiado la filosofia del local antes era de tapas muy bien elaboradas o podias elegir un menu ahra parece ser que ya no esta el antiguo cocinero y alma mater ,miguel ,tampoco estan los antiguos camareros que se han ido a otro restaurante que esta en la misma calle ,solo nos ofrecieron el menu de 25 e.que consistia en uno paquetitos de almendras y altramuces,la caballa que ya han comentado, la minima expresion ,patatas asadas en fin entraditas sin mucha imaginacion, solo resaltar que acabamos con un arroz meloso de calabaza y bacalao que estaba realmente bueno ,la carta esta vez no la vi pues tomamos cervezas,Apuntar que el restaurante gastronomico ya no existe solo el de tapas

En la parte dedicada a las tapas dentro del restaurante se sirve un menú (25.-euros) compuesto de varios entrantes y un arroz a elegir (mesa completa incluso para el arroz) y lo cierto es que a la mayoría no nos convenció.
Empezamos con almendras como aperitivo, seguimos con un vaso de hervido valenciano con bacalao, un vaso de ensaladilla con espuma de mayonesa, un vaso de empanadilla de tomate, un pequeño taco de turrón de foie, unos trozos de caballa (o eso creo) cruda en escabeche con encurtidos. El problema es que se abusa de la "deconstrucción" y de la presentación individual al centro en forma de vasitos para comer con la cucharilla. Además algunas de las tapas resultan insulsas (por ejemplo el hervido no dice nada o la caballa es un golpe de vinagre y nada más). Mucho trasiego de platitos y vasitos pero al final poco fundamento. Varias bandejas de pan salen a buen ritmo lo cual es un detalle de lo que realmente se está comiendo.
De segundo elegimos el arroz de cigalas y alcachofas que estaba realmente rico, meloso y con mucho sabor. Ración escasa que sirven ya emplatada.
De postre un sorbete de frambuesas (o frutillas similares) con quinoa al fondo y una bola de mousse cítrico-menta. Curiosa combinación con buen resultado final al mezclarlo todo en la boca. Por último y ante la falta de contundencia de lo comido pedimos al centro algo con chocolate para acompañar los cafés y sacaron unos pequeños brownies con helado.
La carta de vinos tiene variedad (blancos, tintos, espumosos, etc.) con precios razonables (algo menos de tienda x 2) aunque para mi sorpresa resulta que tienen otra carta adicional que no nos enseñaron (lo descubrimos al terminar la comida y ver que la cava tenían una selección mucho más amplia que lo visto en la carta).El servicio se limita a descorchar y como dice otro forero es muy lento. En la segunda tapa tuvimos que reclamar el vino con insistencia (Remelluri) pues la preocupación del servicio era dar salida a las tapas de la cocina. Igualmente pedimos un champan del que sólo tenían una botella (cosa que sería mejor advertir a una mesa de doce comensales) y cambiamos un magnum de Pol Roger y así nos aseguramos que había suficiente.
La decoración del local es espectacular pero el menaje, cubertería, etc. es promedio.
Como conclusión yo no puedo recomendar la zona de tapas. El servicio es atropellado y las tapas no son nada especiales a lo que hay que sumar la escasez de las raciones. Quizás el restaurante gastronómico si merezca la pena.

2 personas 30 euros iva incluido en el menú nocturno. Imbatible¡. Además nos sentaron junto a la cristalera de la cocina para ver cómo preparaban las tapas. Todo estupendo, desde la sorprendente esencia de tomate para tomar con pajita, al bombón de hígado de pato, pasando por el ravioli crujiente de queso y la mussaka de cordero. En total 10 tapas y postre en un entorno muy agradable. El local es estupendo, muy bonito, mezclando toques de decoración moderna con elementos arquitectónicos antiguos. La atención fue cordial. Habrá que repetir ¡¡¡...además me ganaron con una selección musical de los 70 que incluía lo mismo a Lou Reed que a Fleetwood Mac o 10 CC.

  • que buena pinta

    que buena pinta

Local ahora reconvertido en lugar de tapas de calidad todas muy bien ejecutadas por miguel,como platos nuevos ,tomamos la caballa con melon a la plancha bien conseguida ensaladilla rusa la mejor que me he comido en mi vida,anchoa con tomate ,el pan sobre la que iba no nos dijo nada. bacalao sobre bizcocho y pimiento .el kebak valenciano y palitos de morcilla y sobrasada para terminar un postre de tres chocolates buenisimo .La unica pega es que aunque los platos salian rapidos de la cocina( habian 7 personas) el servicio de camareros a veces se resentia ,sobre todo al final de la noche que estaba todo lleno pese a ello lugar en el que se come bien y diferente .rcp buena

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