TAPA y SERVICIO A MEJORAR

En la parte dedicada a las tapas dentro del restaurante se sirve un menú (25.-euros) compuesto de varios entrantes y un arroz a elegir (mesa completa incluso para el arroz) y lo cierto es que a la mayoría no nos convenció.
Empezamos con almendras como aperitivo, seguimos con un vaso de hervido valenciano con bacalao, un vaso de ensaladilla con espuma de mayonesa, un vaso de empanadilla de tomate, un pequeño taco de turrón de foie, unos trozos de caballa (o eso creo) cruda en escabeche con encurtidos. El problema es que se abusa de la "deconstrucción" y de la presentación individual al centro en forma de vasitos para comer con la cucharilla. Además algunas de las tapas resultan insulsas (por ejemplo el hervido no dice nada o la caballa es un golpe de vinagre y nada más). Mucho trasiego de platitos y vasitos pero al final poco fundamento. Varias bandejas de pan salen a buen ritmo lo cual es un detalle de lo que realmente se está comiendo.
De segundo elegimos el arroz de cigalas y alcachofas que estaba realmente rico, meloso y con mucho sabor. Ración escasa que sirven ya emplatada.
De postre un sorbete de frambuesas (o frutillas similares) con quinoa al fondo y una bola de mousse cítrico-menta. Curiosa combinación con buen resultado final al mezclarlo todo en la boca. Por último y ante la falta de contundencia de lo comido pedimos al centro algo con chocolate para acompañar los cafés y sacaron unos pequeños brownies con helado.
La carta de vinos tiene variedad (blancos, tintos, espumosos, etc.) con precios razonables (algo menos de tienda x 2) aunque para mi sorpresa resulta que tienen otra carta adicional que no nos enseñaron (lo descubrimos al terminar la comida y ver que la cava tenían una selección mucho más amplia que lo visto en la carta).El servicio se limita a descorchar y como dice otro forero es muy lento. En la segunda tapa tuvimos que reclamar el vino con insistencia (Remelluri) pues la preocupación del servicio era dar salida a las tapas de la cocina. Igualmente pedimos un champan del que sólo tenían una botella (cosa que sería mejor advertir a una mesa de doce comensales) y cambiamos un magnum de Pol Roger y así nos aseguramos que había suficiente.
La decoración del local es espectacular pero el menaje, cubertería, etc. es promedio.
Como conclusión yo no puedo recomendar la zona de tapas. El servicio es atropellado y las tapas no son nada especiales a lo que hay que sumar la escasez de las raciones. Quizás el restaurante gastronómico si merezca la pena.

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