Restaurante Casa Manteca en Cádiz
Restaurante Casa Manteca
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
8,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
12 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.8
Comida COMIDA
8.1
Precio medio entorno ENTORNO
7.3
RCP CALIDAD-PRECIO
8.1
Aurelio_Gómez-Miranda_Taberna_Casa_Manteca_Chicharrones_Especiales
Chicharrones especiales de Chiclana
Viejo peso
Pared
Morcilla de hígado de El Bosque
Simpático detalle para fumadores
Queso y detalle de la carta
Pared
Opiniones de Casa Manteca
OPINIONES
17

Nueva visita a la ciudad y de nuevo es irresistible hacer visita al local. Pasamos por la puerta cuando estaban abriendo (11.45h) y al voler (12.15h) ya estaba todo lleno: pocas mesas de dentro, barra, mesas altas de fuera y hasta el nuevo local, ampliación, de la acera de enfrente. Paciencia y en pocos minutos tenemos la mesa del rincón que, apretados nos colocamos los 6 en el espacio de 4.

No hay cambios en la decoración y por favor que no los haya nunca. Rapidez (la lista de espera apremia), amabilidad y efectividad. Hay que acercarse a la barra a pedir y tomamos lo mejor dela casa:

. tortitas de camarones: las mejores del mundo. Si hay que exagerar, se exagera y más en Cais (léase Cádiz), pero no creo que haya otras mejores. Buen tamaño, casi no hay pasta, son todo camarones, bien frita, nada aceitosa. Espectaculares.

. chicharrones: queríamos la versión de fritura pero nos viene la cruda: Muy bien de sabor, corte fino pero sin pasarse; amplia ración.

Acompañamos cervezas de presión y vermuts Yzaguirre. Desconozco precio porque invitaron los amigos locales.

Pues es lo que tienes cuando vas con grupo con gente nueva: vuelves a recorrer los sitios imprescindibles y aunque la comida está prevista en El Faro, viene de camino para allí pasar por un imperdible de Cádiz.
Lugar con encanto especial, lleno como siempre, aunque con renovación rápida ya que estar de pié o medio apoyado en barra alta, hace aumentar la frecuencia de paso.

Lo comido:
. decepción por ausencia de chicharrones calientes, pero nos permitio conocer los frios, también muy frecomendables. Pedimos dos raciones
. ración de hueva de atún: perfecta de sabor y de sal, algo pequeña de tamaño aunque la ración suficiente
. ración de cecina: buena, perfecta de sal, bien cortada

Lo bebido:
. tres cervezas
. dos finos iniciales básicos que no recuerdo nombre
. dos finos especiales La Cala de Albert Adriá, una maravilla aunque caro como una copa de vino blanco básico y no hay color.

Prohibido ampliar pedido. A unos metros nos espera la comida en el Faro. Es la ruta perfecta.

Asunto pendiente, que luego (G-M) me saca cantares.

Costumbrista. Cabezas de toro y fotografías de Rafael de Paula, del diestro de Camas, de José Monge y Nelson Mandela. Rima la soledad, con el atún en aceite vegetal en oferta. ¡Vaya precios sin competencia!

Media de chicharrones muy ricos y media de mojama de atún; rica como la que recuerdo de mi muy lejana infancia. Esto y un par de copas de La Guita y más a gusto que en brazos.

¿Quién no conoce en Cádiz el popular ultramarinos "Casa Manteca", situado en pleno barrio de La Viña? Su ambiente distendido, pero cargado de historia, y sus paredes llenas de fotografías con temática taurina invitan al disfrute; allí va uno a alegrarse la vida y disfrutar tapeando gran variedad de chacinas, conservas y ensaladas tomando como base el tomate (carta con 1/2 raciones y tapas). En una de las paredes, hay un plato de barro que dice: “A Pepe Manteca: No hay nada de lo ideado, hasta ahora por los hombres, que produzca tanta felicidad como una taberna".

Nos tocó un camarero la mar de simpático y atento, además de eficiente. Nos invitó a un par de PX con la cuenta.

Tapeo a base de medias raciones para 3 personas después de una paciente espera de unos 10 minutos para conseguir un hueco en la barra:

Primer envite:

-Timbal de ensaladilla de ahumados: Muy buena, sí señor, coronada tiras de salmón y bacalao ahumados.
-Mojama de atún: Lo único que no nos entusiasmó; poca curación.
-Mejillones al natural: Media docena de moluscos muy hermosos y muy bien cocidos; disfrute.

Segundo envite:
-Lomo de caña: Muy buena curación; impecable.
-Paletilla de ibérico: Bien cortada y perfecta de curación.
-Chicharrones: Una locura lo de este embutido; cortado muy fino que entra de maravilla.

Tercer envite:
-Chicharrones: ¿Cómo no íbamos a repetir?
-Butifarra: Un pecado procedente de Chiclana que se perdona habiendo paseado antes y después del tapeo durante al menos un par de horas por Cádiz.
-Morcilla de hígado: Otro pecado del pueblo de El Bosque por el que no estoy dispuesto a hacer penitencia alguna ya que de por sí es una bendición.

Cuarto envite:
-1xFlan de higos con PX: No puedo evitar seguir pecando a pesar de los pisotones de mi mujer. Un grandísimo postre: intensa dulzura pero sin llegar a ser empalagoso.

Disponen de una oferta de vinos escasa pero suficiente para un local así. Lástima de no disponer de unos cuantos generosos más. Nos decidimos, para beber, por un par de cañitas, un par de refrescos y seis finos de Chiclana de la Frontera: Arroyuelo de la Bodega Primitivo Collantes (sencillo pero punzante y de fondo almendrado).

Precio total: 60.70€ (incluido IVA)

Nota: Evidentemente, mis valoraciones tienen en cuenta que se trata de una taberna popular sin grandes pretensiones.

Nota 2: En el precio por persona indicado no entran las bebidas, solo tres medias raciones.

Grupo de 8 amigos a los que me llevo de tapas y con parada obligatoria en un lugar destacado de Cádiz, que además nos pilla cercanos al parador tras un agradable paseo de pocos minutos.

El local es muy auténtico andaluz, paredes llenas de fotos y recuerdos hasta no caber ni uno más. Mesas altas en la zona de calle que rodea la esquina que forma el local, con una gran barra de forma de L y alguna mesa pegada a la pared.

Enorme suerte (la hora tardía influyó) porque tal y como llegamos se vacía una parte de la barra y luego la cercana mesa con lo que nos distribuimos bien en el fondo del local.

Una carta de comidas (tapas) suficientemente amplia de opciones, recomendaciones del día y algunos vinos por copas y botellas, bastante interesantes. Empezamos por 4 cañas de cervezas y 2 coca-colas light más un vermut Yzaguirre con algunos picos y panes normalitos; seguimos con una botella de Ynocente un buen fino, y luego un Garum, un vino local recomendable por su RCP.

Con inquietud por si se acababan, solicitamos un par de raciones de chicharrones que se sirven (como las demás tapas frías) sobre un papel de estraza. Hubo quien los esperaba crujientes, hubo quien los esperaba calientes, hubo quien los esperaba más grandes, pero nadie dejó ni uno en la mesa.

Solicitada el resto de la primera comanda y mientras llegaba, otras dos raciones de chicharrones cayeron.
Con algo de demora vinieron:
. dos raciones de mojama de atún: poco intensa de sabor, muy ligera, buena ración.
. dos raciones de tomate con ventresca: muy buen tomate y ventresca, buen adobo.
. dos raciones de costillas al romero: tiernas, bien hervidas, buen sabor del caldo.

Se reagrupa la tropa y encargamos otra refriega y mientras sale de cocina, otras dos raciones de chicharrones, a la espera de:
. dos raciones de butifarra: en realidad es como nuestro blanquet, cortada en lonchas, bien de sabor sin más.
. dos raciones de jamón de paletilla: cortado en loncheador pero bueno de sabor y calidad.
. dos raciones de queso de mezcla de orígenes, curado y un punto picante ¿?

Servicio desde la barra, trabajador y efectivo. nos quiso invitar a chupitos pero estábamos decidimos a rematar con algo de fritura andaluza, por lo que los declinamos con lamentos.
Sitio muy recomendable.

Tras la parada en Úbeda y en Baeza, fuimos, bueno, fui, algo estresao el resto del viaje por un solo motivo: quería llegar a disfrutar esa misma noche del tapeo gaditano. Así que no paramos “ni a hacer pis”. Que ojone, que hay que llegar como sea.

Y llegamos, ¡hombre que si llegamos! Una pechada de kilómetros, pero a las 21h estábamos en el hotel, a las 21'30h con el check in hecho y duchaditos…. Y a las 21'50h en la puerta del Manteca. Iupiiiiiiiiiiii!

Eran varias las fuentes de las que habíamos bebido para hidratarnos con consejos gastronómicos de la tacita, alguna realmente apreciada, y en todas ellas había un factor común: la Taberna Casa Manteca, más conocida en los foros como “El Manteca”. Cuyo fundador, por cierto, es uno de los legendarios jándalos.

Pues cómo no, tenían razón los recomendadores. Qué taberna tan “vivida”, qué rancio saborcillo, qué tipismo. Mmmmmm. Dos pequeños habitáculos (unidos por la barra y un estrechísimo paso) de techos altos, abigarrados de arriba a abajo de fotos y recortes de prensa antiguos enmarcados, botellas de vino, algún motivo taurino... Creo que no hay ni taburetes. A tomar el vino y la tapa de pie, oño, como mandan los cánones, como a mí me gusta. ¿Qué es eso de sentarse?

Mucha gente dentro, y también fuera, sin agobios pero llenito. Curiosa simbiosis la que observé un par de días después (sí, no me pude contener y regresé al lugar del crimen) pero a la hora del aperitivo: un señor mayor monta en la calle, apoyado en las mismas paredes de la taberna, ocupando buena parte de su terracita de barricas-mesa, un improvisado chiringuito ambulante de venta de marisquitos de la bahía, como si fuera una pequeñita parada de mercado. Siete u ocho cajas blancas atiborradas de diferentes marisquitos, que te servía en vasitos de plástico. Le pregunté si era empleado de Manteca y me contestó que no, que era “independiente”. -"Oño", le dije -”¿y cómo es que le dejan los de la taberna ponerse aquí?” -”Porque saben que llevo género bueno” -"Pero al final usté les está haciendo la competencia, venden menos tapas” -”Pero venden más vino”.

El Manteca limita su oferta a dos epígrafes: chacinas y conservas. Pero qué rico todo lo que tomamos.

Mejillones en escabeche
Bonito curado
Morcilla de hígado
Chicharrones especiales
Queso curado en manteca

Divina la presentación, en papel de estraza parafinado, sobre la barra, como antaño. Ni platos ni gaitas, oiga. Y si pides cuatro cosas, te las dejan en la barra una encima de la otra. El trocito de papel de estraza con la morcilla, encima de ésta otra capa con los chicharrones y encima otra con el queso, otra con el bonito…. Lo agarramos todo y nos lo llevamos a una minibarra-repisa que recorre las paredes del local, y lo extendimos.

Los mejillones, “de categoría”; el bonito era muy curioso, como seco, ahumado y en salazón; el embutido de morcilla de hígado, no podía tener más sabor, qué curioso embutido, parecido a una butifarra negra pero exponenciando el sabor a casquería; y el queso, un buen queso curado de oveja, "mantecoso" (jeje, cómo no!) y potente. Pero, amigo… esos chicharrones… Un absoluto deleite esos chicharrones especiales, un manjar de los dioses. Se trata de mazas de panceta de cerdo que son adobadas y fritas enteras en manteca y por último cortadas en finísimas lonchas. No sé cómo se puede hacer algo tan fresco, jugoso y ligero en boca, partiendo de una panceta frita en manteca, todo de cerdo. ¿¿?? El adobo tiene mucha culpa. De verdad, son adictivos, puedes tirarte tres días comiéndolos.

-"¿Tienen manzanilla o fino en rama o alguna cosita especial?". Y me sacaron una muy agradable Manzanilla en rama Yuste. Amo la crianza biológica.

Pues eso, señores, que ir a Cádiz y no visitar el Manteca… es como comerse un huevo frito sin sal.

Barra, martes noche y por lo tanto tranquilo.
Chicharrones especiales (una especie de bacon o panceta ahumada con sal y limón) y buena mojama, ambas sobre papel de charcutería. De acompañamiento, una cesta de picos. Dos cervezas bien tiradas y a dormir con tranquilidad.
Se cena bien, eso sí, casi todo son chacinas -charcutería-. Yo sin duda lo recomendaría para un aperitivo o una cena muy informal.

Poco más se puede decir de este local, enclavado en una esquinita nos encontramos con unas mesas libres en la terraza, para tomar algo despues de un rato en la playa.

Unas cañitas acompañaron una ventresca con tomate fresco, un poco de lomito, unos mejillones y queso de arte que estaba de rechupete, todo con esa tranquilidad y bienestar que se tiene siempre en Cadiz.

Pa` volver.

No creí que iba a haber una reseña de este lugar, de lo más típico de Cádiz, aquí ni vajilla ni cuadros ni florituras, pero el entorno es inmejorable, la gracia de las gentes de Cádiz en estado puro. Y es que tener éxito poniendo el jamón, el lomo, el queso, chicharrones o huevas etc en papel indica que hay mucho arte, además es un lugar al que no dejan de acudir personalidades, los propios gaditanos los llevan, es un sitio memorable.

Me gustaría hacer mención al queso Payoyo, de la sierra de Cádiz, con numerosos premios esta impresionante. Para beber cañita y fino muy bueno lo justo para este entorno.

Local ya perfectamente definido, en cuanto a entorno, tipo de clientes y comidas.

Esta vez me acerqué, a quizás fuera de hora en términos generales, pero a buenas horas para poder estar sin sufrir agobios: algo más de las 13 horas de un jueves laborable.

Las barras con media ocupación y así pudimos los cinco que nos acercamos al local, acomodarnos a nuestra manera y gusto.

Pedimos de comer: dos medias de paletilla de jamón, una media de lomo, una de chicharrones y ventresca de bonito en conserva sobre una base de tomate fresco.

De beber: cuatro finos, dos cañas, un agua y una coca cola.

La comida una vez mas para exclamar ¡c..ñ.¡que bueno está y la bebida a buen nivel.

Los camareros con gran diligencia y amabilidad, sin olvidar su gracejo, del cual puede dar una idea , le comentario de mi nieta de poco mas de tres años y medio que me preguntó al rato de estar en el local ¿ abuelo, por que están tan contentos los camareros?.

La cuenta le falto poco para llegara a los cincuenta euros.

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