Nuestra primera vez en Segovia y nuestra primera comida.
Local enorme y muy masificado, con mucha rotación de mesas aunque, eso sí, perfectamente atendidos por la cantidad de personal que hay.
De comida unas verduras y el magnifico cochinillo asado, troceado "al plato" por el mismo José María, persona amable, cercana y campechana.
Nos pareció buenisimo, sabroso, bien asado y crujiente. Una delicia.
De vino Pago de Carraovejas reserva 2005. Muy buen vino, aunque servido de manera "regular", con mucha prisa.
En este punto está mi discrepancia del local, ya que además del servicio del vino y la temperatura (con algún grado de más) el precio fué de 53€ la botella, cuando compramos 3 para llevar al precio de 31.5€, por lo que el servicio nos costó 22€, que creo no los vale.
Es una pena que algunos restaurantes sigan empeñados en hacer mucho dinero con el vino, cuando este debería ser un elemento de atracción y no de disuasión.
Por lo demás pasamos un rato muy agradable y volveremos.

Es tradición de obligado cumplimiento, sobre todo si te pasas de uvas a peras por Segovia degustar el tradicional cochinillo de la ciudad.

Inducido como casi siempre por las oportunas sugerencias de este foro, la acertada elección en este caso fue el citado restaurante.

Lo que más nos gustó aparte del cochinillo, fué la magnífica , concurrida y surtida barra para poder degustar unas buenas tapas con el nombrado carraovejas y blanco nieva. Después de la opípara comida en el citado restaurante y de completar la visita a la ciudad, por la noche, ya de regreso al hotel, repetimos tapeo en la mencionada barra.

Al tema , el local es un típico mesón castellano con servicio eficaz a la vez que rápido, hay que dar de comer a mucha gente. Tomamos mollejas, muy ricas, chorizitos muy suaves y el mencionado cochinillo, que por cierto es el mejor que he probado, muy tierno y con la piel completamente crujiente por fuera.
Seguimos acertadamente la recomendación de elegir el citado Carraovejas a 12€ botella , que marida a la perfección con el guiso nombrado. No necesitamos postre .
Los gintonics, preferimos degustarlos en la terraza, al solecito, hacía un tiempo espléndido, en uno de los restaurantes con vistas a la plaza y la Catedral a unos pocos metros del restaurante.

Para no volver a repetir, pues ya se ha comentado mucho, lo exquisito del cochinillo,la combinación estupenda del membrillo casero con crema de nueces y quesos de la región,la maravillosa ventresca casera de atun ( en tierras de la meseta...)y lo bien que queda con el pago de carraovejas, quisiera destacar el sorbete de vino, de pago de carraovejas, con zumo de mandarina, toda una delicatessen y que puso el broche de oro a una cena en la que todo estuvo bien.

Poco que añadir a los comentarios que ya aparecen aquí. De primero jamón (Joselito) y judiones de La Granja. El jamón perfectamente cortado y delicioso, y los judiones magníficos. Del cochinillo sólo puedo decir que era un espectáculo de sabor por la melosidad y dulzura de su blanca carne y por la perfección del punto crujiente de su piel, que tras pasar por el horno a 200º durante una hora, para mí se convirtió en un auténtico deleite para el paladar. El vino, el de la casa, Pago de Carraovejas, expresión de lo clásico para una cena más que clásica.

Añadiré que la barra de la entrada al restaurante creo sin duda que es la más frecuentada de toda Segovia. Era sábado, y antes habíamos tomado 3 ó 4 vinos en los típicos bares de la plaza Mayor y los alrededores, y sin duda la barra de José María era la más llena. Todo un lujo, sin duda, tomarte un vino (pago de c.) con 10 ó 15 jamones Joselito frente a tí. Para los que nos gusta "ir de vinos", "chatear", "ir de potes", sólo la barra del bar, ya merece la pena.

Visita fugaz desde Madrid con la intención de probar el mejor cochinillo de Segovia y éxito rotundo, no solo por el cochinillo. Reserva de una mesa para 4, con una semana de antelación, tuvimos que llamar indicando que nos demorábamos y nos mantuvieron la reserva unos minutos pese a haber unas 40 personas esperando al acecho o segundos turnos.. el local enorme, varios salones bien distribuidos, sorprende la capacidad para servir cada plato en el tiempo adecuado pese a la gran cantidad de comensales.

Entrante de la casa consistente en Ventresca de bonito con cebolla y aceitunas negras.

Pedimos Jamón ibérico “Gran Reserva D.O. montanera 2005” con pan de llamera y "Foie de pato” fresco y gratinado con ciruelas pasas y reducción de vino tinto, este último simplemente exquisito, ambas raciones generosisisisisimas!

Para continuar dos comensales nos decantamos por el cochinillo, sabor a raudales, carne que no necesita de cuchillo por su ternura y piel crujiente. Un plato de "presa de ibérico a la brasa con queso suave fundido y jugo de trufa", sin palabras, al igual que el "frite de corderito lechal deshuesado con ajos y berenjenas crujientes".

Todo esto regado con el consabido Pago de Carraovejas, 2 botellas "tinto autor José María" cosecha de 2007 a recomendación del maitre tras haberle pedido el crianza 2006, recomendación sorprendente que se agracede en el paladar y en el bolsillo. Temperatura idónea y copas "bien". El servicio atento y difícilmente mejorable, familiar incluso el mismisimo Jose Mª. Si a todo esto añades el ritual del corte del cochinillo con platos, que es todo espectáculo, convierte a este restaurante en una experiencia digna de vivir en alguna ocasión.

De postre: "natillas conventuales y crujiente con nueces de Castroserna" y "tarta de queso suave con arándanos al estilo de Ismael Oter".

Mas aguas y cafés, 180€ iva incluido.

Multitudinario, sobre todo en los fines de semana, por su barra, la mas popular de la ciudad y por su excepcional cochinillo, probablemente también el mejor de Segovia, el Mesón de Jose María ofrece una cocina contundente y tradicional.
Pedimos unas cuantas entradas para compatir, con algunos problemas para pedir medias raciones (¿realmente cuesta tanto hacerlo?).
Destacables las ancas de rana y la sopa de melón con jamón. No conviene pasarse con las entradas, sobre todo si se quiere disfrutar de lo que viene a continuación, un extraordinario cochinillo, lleno de sabor y jugosidad, con una carne tiernísima y una piel tremendamente crujiente. El secreto quizás esté en que Jose María tiene su propio criadero de cochinillos a los que alimenta a base de cebada, maíz, trigo y soja.
Respecto al vino, ya se ha hablado en anteriores comentarios lo del Pago Carraovejas. Parece un crimen no pedir un vino que no sea ese. Servicio prácticamente inexistente y copas mejorables.
Precios altos que compensa con unas raciones abundantes. El tema del precio de los postres es algo ya habitual, pero en este caso se pasan tres pueblos: 6 y 7 euros por unos postres sin apenas elaboración. Nosotros pedimos el sorbete de vino tinto.
Servicio de sala que derrocha familiaridad y buen humor.
Hacen pedidos (de cochinillo) para llevar a casa.

José María tiene la fama en Segovia de ser el sitio al que acuden los propios segovianos a comer, siendo los turistas o foráneos los que acuden en masa a Cándido o El Duque. Vaya por delante que ambos son buenos restaurántes, aunque considero que en calidad con los años han ido a menos, pero la minuta a más. En cambio José María se ha mantenido fiel en sus conceptos.
Cierto es que la carta es más extensa pero mi recomendación es simplista: judiones de la granja o sopa castellana de primero (ambas de fábula con raciones generosísimas) y de segundo cochinillo (aunque se dispone de cordero asado que no desmerece, el cochinillo es segoviano como Perico Delgado). Excelso.
De postre, el ritual de pedir naranja preparada, la trinchan en sala pelándola con un cuchillo jamonero (naranjas, porque suelen poner 2 aunque sean enormes, con lo que da para 2 comensales), con aceite de oliva virgen y espolvoreado de pimentón dulce. Deliciosa.
Para beber: no penséis en otra opción que el vino de la casa. Ellos son los dueños de la Bodega del Pago de Carraovejas. Calidad de sobra conocida. Y no es necesario siquiera pedir Crianza, disponen del cosechero, que por 13€ (guau!!!) la botella está delicioso.
Se pueden comprar cajas del vino (lástima que el cosechero no, lo reservan para su uso en el restaurante) de 3 botellas a un precio aceptablemente competitivo.
Ultimo consejo FUNDAMENTAL: tiene 2 turnos de comidas, siendo muuuucho más recomendable asistir al primero que al segundo. El restaurante tiene muchísima capacidad (varios centenares de comensales) pero en el segundo turno suele encontrarse un ambiente considerablemente más bullicioso, y a veces, el punto del cochinillo es algo peor (que nunca malo).
Como dato, decir que de promedio, en fin de semana, José María da unas 600 raciones de cochinillo al día (sus estadísiticas dicen que el 80% de las personas que asisten a su restaurante lo piden).
Disfrutadlo!

Poco que añadir a las numerosas valoraciones ya realizadas hasta la fecha, un gran sitio para degustar cochinillo y judiones de La Granja, pero con una diferencia, la carta es mucho más extensa y versátil que en otros lugares de mucha más tradición y renombre, quizás si tuviera que quedarme con alguno, lo haría con "el otro", pero sin duda están fantásticos ambos platos.

En lineas generales todo lo accesorio está más que correcto, tanto el servicio, mesa, montaje de la misma, al propio José María, se le ve una persona cordial, amable y cercana, es posible ver el ritual del corte del cochinillo con plato, la carta de vinos no fue posible ojearla, ya que optamos por el vino de la casa (Pago de Carraovejas Crianza 2006, unos 30 €).

De lo que pudimos degustar, Jamón ibérico (unos 20-22 €), muy bueno, foie a la plancha (también sobre los 20 €), ensalada de lechazo y boletus (sobre los 17 €), más normalita, y aunque el lechazo (en fiambre) no estaba mal, quizás la encontré unm pelín escasa de hongo, y los ya citados judiones (sobre los 12 €), y de segundo Cochinillo (sobre los 20 €) que como ya dije, fantástico.

En total, de dichos entrantes, refrescos, postres, 2 botellas de vino, agua, y casi todos cochinillo, unos 367 € de 7 personas, RCP correcta, un pelín más caro que otros sitios, pero pagados bien a gusto.

Se hace publicitar, de forma muy acertada, como "la nueva cocina segoviana", y un sitio perfectamente compaginable con el Mesón de la Plaza de Azuguejo nº5, de hecho destacaría ambas visitas como fundamentales, y aunque 8 de cada 10 veces iría a cenar a José María, si sólo dispusiese de una única oportunidad de comer en Segovia, me decantaría por Cándido, tradicional que es uno, o quizás me pierde el folclore.

En mi fugaz visita a Segovia visite el restaurante Jose Mª destacando del mismo su excelente cochinillo,manjar de dioses en mi impresión,lo disfrute sobremanera ya que posiblemente sea el mejor cochinillo que halla comido y que posiblemente comeré.Lo maridé como era de esperar con el vino de la casa "Pago de carraovejas" cosecha 2006 para mi gusto bueno.Recomendable para todo aquel que visite la ciudad monumental de Segovia y quiera disfrutar de una buena mesa.

Local tipico y agradable. el servicio rápido y atento. Aunque los entrantes están preparados no desmerece nada la calidad de ellos, y comentar que son amplias las raciones. Jamón ibérico, mollejas y alcachofas rellenas de setas para terminar con cochinillo y el ponche segoviano de postre. Todo excelente, y con un Matarromera crianza a buen precio en comparación con otros sitios de Segovia. Todo ello por 75 euros por persona. No es mi primera visita, y no será la última.