Restaurante Zalacaín (RESTAURANTE CERRADO) en Madrid
Restaurante Zalacaín (RESTAURANTE CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
100,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Sábados al mediodía, domingos, festivos, Semana Santa y agosto.
Nota de cata PRECIO MEDIO:
133 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
9.6
Comida COMIDA
8.1
Precio medio entorno ENTORNO
7.8
RCP CALIDAD-PRECIO
6.3
Opiniones de Zalacaín (RESTAURANTE CERRADO)
OPINIONES
22

Sencillamente espectacular. autenticos profesionales a tu servicio. gran menu degustacion con aperitivos, entradas, lenguado, perdiz, quesos y postre.96€.Agua mejor de precio que en Toledo ,y Jean Leon cabernet 2001 a 36€. Posiblemente la mejor experiencia gastronomica ( servicio de vino , entorno y cocina ) junto a Calima , que he disfrutado. Felicidades . Custodio es un maestro .

Esta ha sido mi segunda visita a Zalacaín, y la misma satisfacción que sentí la primera la he tenido ésta. Es todo lo que acompaña a la comida lo que hace que la experiencia sea fenomenal: el lugar, la decoración, el servicio, los detalles del personal,...el maitre es un profesional de los pies a la cabeza. Hicimos 4 medias raciones: ensalada de bogavante, lasagna de boletus con foie, chipirones de Fuenterrabía en su tinta y poularda. Ibamos 9 y hubieron 9 postres diferentes, a cual mejor. De la carta de vinos escogimos un Imperial. Yo creo que Zalacaín es a Madrid como la Tour dÁrgent a París, aunque no he estado en éste último, pero lo digo porque creo vale la pena ahorrar una temporada para ir al menos una vez a este templo de la gastronomía, para experimentar lo que es un "clásico" para el que no pasa el tiempo.

Cocina clasica pero sobresaliente en todos sus conceptos. Materia prima excelente con sabor pleno . La coccion y la combinacion de sabores impecable. Servicio de sala perfecto con cristaleria, cuberteria y vajilla acordes. Tal vez mesas demasiado juntas, pero el local es intimo y acogedor. Buena carta de vinos, quizas con pocas innovaciones , pero con servicio perfecto. Sin duda una referencia en Madrid.

Clasico entre los clásicos. La cocina no brilla por su modernidad pero maneja unas muy buenas materias primas. Imprecindible el steak tartar. Servicio del vino casi perfecto si no fuera porque Custodio decanta los vinos sin preguntar, pero al Maestro se le perdona todo y carta de vinos espectacular.
Precios altos pero acordes con la calidad y nivel del sitio. Clintela de lo mas variopinta, turistas, parejas, familias y los clientes de toda la vida, eso si todos encorbatados (es obligatorio) que hace que tenga un ambiente especial. Es la cuarta vez que voy y nunca defrauda. El personal muy amable y educado que hace que en ningún momento te sientas incomodo o fuera de lugar. el servicio excelente, de los que ya casi no se ven.
Dispone de sala para fumadores.

He ido por primera vez, y la verdad es que la experiencia ha merecido la pena. De hecho, ni siquiera me ha parecido caro dada la relación calidad precio, y sorprendentemente para nosotros las cantidades son bastante razonables. La fama del restaurante le precede y es verdad que impone sobre todo si no estás acostumbrado a frecuentar restaurantes de este nivel (como es mi caso, aunque espero que con el tiempo no sea así), pero objetivamente hablando y desde una prespectiva meramente gastronómica, tanto la comida como el trato son merecedores de la fama que tiene. Tuvimos la suerte de entablar una agradable conversación con Custodio acerca de la viticultura actual y nos aconsejó un Chardonay fermentado en barrica que estuvo a la altura de las circunstancias. Seguro que repetiré otro día.

Siempre que caigo por Madrid y tengo la oportunidad de escaparme acudo presto a Zalacain. Y con gusto digo que sigue como siempre. Decir que es un restaurante clásico es una boutade, asi que mejor no repito otros comentarios, pero lo que no acabo de comprender es por qué un restaurante asi debe ser "casposo" o "rancio". En total y absoluto desacuerdo. Y lo argumento: un extraordinario servicio de mesa, con el mejor sommelier del país, y el probablemente numero uno en sala, jimenez blas, que aun ejerce como tal, aunque ya no en primera linea. El menu, soberbio: la menestra de verduras, los raviolis de setas y trufas (delicadisimos), la lubina horneada con calabacin buenisimas y las manitas de cerdo, una delicia. Los postres, como siempre, fantasticos.
Evidentemente, nada es gratis y lo excelente se paga, pero la relacion calidad-precio es muy buena. Para mi Zalacain es uno de los restaurantes mas baratos de España, asi de claro. Y mas si tengo en cuenta las barbaridades a las que cada vez con mayor frecuencia nos someten los supuestos nuevos templos de la gastronomia patria. Eso sí es caspa.

La cocina quiza este algo anticuada, su genero es mas que aceptable, y el punto que le dan a los platos es bastante bueno, también sus generosas las cantidades. Hecho de menos algo más de creatividad y mejor presentación en sus platos.
El local es antiguo, aunque bien distribuido, su mayor problema es la antiguedad de sus lozas, aunque con todos los utensilios necesarios para trabajar a la perfección, puesto que desarrollán el mejor de los servicios. Todo está perfectamente equilibrado,(no suele se facil)algo anticuado pero perfectemente acorde con el local.Un lugar de corte clasico.
Tan solo por el servicio del vino, y por lo que a mi me parece el desarrollo del trabajo del sector sala a la perfección recomiendo encarecidamente este lugar.
Aún realizan platos vista cliente(es una pena no ver ya a los jefes de rango terminando los platos o realizando los aderezos de las diferentes carnes), no les falta un detalle, todo resulta a la perfección. Un trato esquisito que puede sorprender al mas crítico de los gourmets.
No solo podemos destacar el gran esmero de los mettres y somelier, sino el gran hacer y esmero de sus jefes de rangos y camareros. Nunca vi algo igual.Excelente receptión y despedidad.

Un restaurante clásico en toda la extensión de la palabra, con sus conotaciones positivas y negativas, cocina clásica de la mejor calidad, un local sin alardes decorativos, tranquilo y discreto. Impresionante carta de vinos en la que te puedes perder facilmente, claro que para rescatarte siempre esta Custodio, convertido en institución ya. Lo que más me gusta es el cuidadisimo servicio, siempre pendientes de todo lo que puedas querer y necesitar y con la suficiente discrección para pasar desapercibidos y no agobiar. Sin duda es un restaurante de esos que se pueden recomendar porque siempre te va ha dejar bien.

Rancio abolengo en la decoración clásica y recargada del Zalacaín, con caspa por todos lados. Así que la primera impresión no fue muy buena.
Ahora sí, servicio excepcional, clásico, meticuloso y muy cuidado, siempre pendiente del comensal.
Cocina de corte clásico, afrancesada, pero muy buena, el steack tartar es una maravilla, los pescados un espectáculo... en fin que se te va olvidando la decoración poco a poco. Muy buena repostería, con lo que eso cuesta últimamente.
Carta de vinos completa, de nuevo clasicismo por los cuatro costados, pero servicio llevado a la perfección, esmero, explicaciones, temperatura... todo en su justa medida. Custodio nos explicó detalladamente cuál sería la mejor opción de maridaje, así que le hicimos caso y acertamos.
Muy recomendable, sin esperar filigranas en la cocina.

Es la cuarta o quinta vez que visito el restaurante y en esta ocasión me decepcionó sobremanera. A pesar de que la comida, sobre todo la materia prima, es maravillosa. Lo único que parece nunca falla, es Custodio, siempre amable y siempre acertando en el vino que tú quieres tomar. Sin embargo, a diferencia de tiempos pasados, el metre no ofreció ninguna ayuda ni sugerencias a la hora de elegir el plato. A pesar de mi insistencia en que me ayudara en la selección de platos que iba a degustar, no me ofreció ninguna ayuda. Todo lo demás más que aceptable, pero parece que tiempos pasados fueron mejores, y sin duda pierde en comparación a restaurantes de su misma línea como el Vasco Arzac.

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