Restaurante El nuevo molino en Puente Arce
Restaurante El nuevo molino
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
38,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
70 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.2
Comida COMIDA
8.1
Precio medio entorno ENTORNO
8.8
RCP CALIDAD-PRECIO
8.3
Vista parcial del comedor
Snacks de bienvenida
Vieiras  a la plancha y caldo de cocido Lebaniego
Rabas de calamar sobre espuma de ali oli de tinta (media ración)
Chipirones a la plancha (media ración).
Pescado del dia
Arroz con almejas
Rabas
Gazpacho
postre
Aceites
Carpaccio
Arroz meloso de carabinero y caracolillos
Hamburguesa de secreto ibérico, burrata y tomate deshidratado
Alcachofas escarchadas, coco, lemon-grass  y navajas
Este postre me ha encantado
Mirar el jamon de cerveza
Pedazo foie ,bien hecho
Opiniones de El nuevo molino
OPINIONES
28

Nueva visita 6 años después al restaurante El Nuevo Molino de Puente Arce, galardonado con una estrella Michelin y dos soles Repsol.

Podéis leer la descripción del restaurante en mi comentario en Verema del 07/09/2017. Desde entonces han habido algunos cambios, el hórreo asturiano se ha convertido en el Bistrot del restaurante y si no me equivoco el sumiller Rafael Prieto no forma parte de la plantilla.

En nuestra última visita a este magnifico molino del siglo XVIII, estuvimos ubicados en La Socarreña (galería acristalada con vistas al jardín) y esta vez cénanos en su magnifico comedor noble,  un museo, con grandes mesas bien separadas las unas de las otras, con buena vajilla y cubertería y buenas copas. Al frente de la sala sigue Elvira Abascal, que desempeñó al mismo tiempo el papel de sumiller. El servicio de sala a cargo de Elvira y de otra camarera fue muy bueno, amable, simpático, convivíal y profesional. El servicio del vino también lo fué, consejo, presentación, descorche, primera cata y buen servicio de llenado de copas durante toda la cena. Tienen una bodega con unas 130 referencias de diferentes países.

Antes de pasar a describir lo que cenamos, me permito hacer un recordatorio  de la cocina del Chef Toni Gonzalez  que corresponde a lo que ya escribí en mi comentario precedente . Cocina tradicional, actualizada con un toque de creatividad, a base de excelentes materias primas de proximidad y con un buen dominio de la técnica de la alta cocina .

Proponen dos menús degustación y la carta. Optamos por esta última.

Cenamos lo siguiente :

Primeramente nos invitaron a un aperitivo de bienvenida consistente en cinco buenos snacks acompañados de una excelente copa de sidra elaborada especialmente para el restaurante

De primeros tomamos :

Vieiras a la plancha y caldo de cocido Lebaniego. Un plato original y muy bien logrado. Referido como excelente

Rabas de calamar sobre espuma de ali oli de tinta (media ración). Un plato que descubrí en mi primera visita en el que han habido algunos cambios en su presentación, pero que no han alterado su calidad. Cuatro grandes rabas acompañadas con un "alioli" de su tinta y ligeramente rebozadas con un pan de gambas, que aportaba sabor sin alterar el del producto principal. Excelentes

Seguimos con

Chipirones a la plancha (media ración). Fresquismos. Muy buenos

Pescado del dia.  No recuerdo de que pescado se trataba, pero si que puedo decir que estaba perfectamente cocinado en su perfecto punto de cocción y que era muy sabroso.

(Las fotos de los siguientes platos, por imperativos técnicos de Verema apareceran en el primer comentario)

El Pan que acompañó la parte salada fue muy bueno.

De postres tomamos:

Torrija de pan caramelizada con helado de jengibre

Helado de queso, frambuesa y crujiente de almendra.

Ambos muy buenos, la torrija de 10.

Para beber tomamos dos botellas  de agua mineral Solares de 1 l y una botella de vino blanco de Cantabria que me aconsejó Elvira Abascal, Mar de Fondo, Vino de la Tierra, Costa de Cantabria 2022. Bodegas Miradoiro. Cepajes : Riesling, Hondarribi Zuri, Albariño  y Godello. Crianza : 6 meses sobre lias.. Vino de color amarillo brillante, fresco, ligero, elegante y equilibrado, con buena acidez. Fue nuestra primera toma de contacto con un vino cantabro que nos pareció interesante.

Finalizamos con dos buenos cafés y unos deliciosos petits-fours.

La cuenta ascendió a 69,25 €/persona. Muy buena RCP. Buena cocina, buen servicio y buen entorno. A tener en cuenta en un próximo viaje a Cantabria

  • Vista parcial del comedor

    Vista parcial del comedor

  • Snacks de bienvenida

    Snacks de bienvenida

  • Vieiras  a la plancha y caldo de cocido Lebaniego

    Vieiras a la plancha y caldo de cocido Lebaniego

  • Rabas de calamar sobre espuma de ali oli de tinta (media ración)

    Rabas de calamar sobre espuma de ali oli de tinta (media ración)

  • Chipirones a la plancha (media ración).

    Chipirones a la plancha (media ración).

  • Pescado del dia

    Pescado del dia

Un clásico de la cocina moderna. De lo que hace 20 años entendíamos por cocina moderna, claro. El Nuevo molino mantiene una cocina interesante, actualizada , bien ejecutada y sin perder la vista atrás. Puede que no alcance la excelencia, que no sorprenda o impresione demasiado pero su base es sólida y consistente .Desde la provocadora ostra con leche de tigre del inicio hasta el chocolate con mango del final , la tónica de la cocina es esa: consistencia y  continuidad . Esa tendencia la he percibido cada vez que he comido aquí. El servicio sigue liderado por Elvira y eso garantiza una estancia y servicio eficiente, amable, educado e informativo ( a pesar de  algún despite con el mismo). El local ha cambiado tras la pandemia. Han instalado un bistró (necesidades del guión)perdiendo cierta elegancia e interés exterior. Es lo que hay¡¡¡. El servicio de vinos correcto , pero la carta necesita actualización. Creo que puede optimizarse un poco más. En cualquier caso , resulta suficiente y adecuada para la estrella. En definitiva y como en ocasiones anteriores, buena experiencia gastronómica-global

Hacia tiempo que teníamos ganas de descubrir el Nuevo Molino, y en este viaje a Cantabria no perdimos la oportunidad y fuimos a cenar el jueves 17 de agosto, tras previa reserva.

Antiguo molino del siglo XVIII, con una importante historia gastronómica de mas de 40 años (el restaurante "El Molino" que así se llamaba antes cerró sus puertas en el año 2000, y las reabrió nuevamente en el 2004 con nuevo nombre, el actual y nuevos propietarios). El restaurante, situado en Puente Arce a orillas del Pas, está inmerso en un magnifico jardín, con una capilla (espacio Hennessy)  y un bonito hórreo asturiano,. El interior del restaurante, de decoración rustica, es un verdadero museo. Nos preguntaron si queríamos cenar en el comedor noble o en la Socarreña, galería acristalada con vistas al jardín. Nos decidimos por esta ultima..

En el comedor en el que nos situaron, las mesas eran amplias, bien vestidas, muy bien separadas las  unas de las otras, con buena vajilla y cubertería, copas Schott y disponían de cómodos sillones. El servicio de sala está dirigido por Elvira Abascal, secundada por Pilar y por otra persona de sexo masculino que fueron quienes se encargaron principalmente de nosotros, el servicio fue impecable, nos sentimos como si fuésemos los únicos clientes del recinto. El Servicio del vino fue perfecto. El sumiller es Rafael Prieto, pero no estuvo presente, se encargaron del servicio del vino las mismas personas del servicio de sala y lo hicieron de manera impecable. Tienen una bodega, con mas de 300 referencias de diferentes países, a donde entras a escoger tu vino. Me hubiese quedado adentro. Una vez escogido, éste es tratado convenientemente en función de la elección, es presentado, descorchado, se da a probar y se continua de manera sincronizada el servicio de llenado de copas durante toda la cena.

Al frente de los fogones está el chef Toni González (copropietario del restaurante con Rafael Prieto y Fernando Sainz de la Maza que lo es asimismo del Serbal) antiguo chef del Hotel del Oso en Cosgaya y del Serbal de Santander. Su cocina es creativa, y se basa en la cocina tradicional, que conoce bien, hace una puesta al día la cocina cántabra. domina la técnica de la alta cocina y utiliza excelentes materias primas de proximidad . Su cocina, de mercado, evoluciona, según he leído,  al ritmo de las estaciones. El restaurante tiene un sol Repsol y una estrella Michelin.

Paso pues a detallar nuestra cena (2 comensales). Proponen dos menús y la carta . Optamos por esta ultima.

Primeramente, como aperitivo nos ofrecieron una copa de cava  y pusieron sobre la mesa un cuenco de aceite y  una selección de panes que pienso que elaboran ellos.  Muy buenos.

Siguió un aperitivo de bienvenida, invitación de la casa,  que solo recuerdo que estaba muy bueno, pero que soy incapaz, 23 días después, de detallar, acompañado de un cocktail Bloody Mary.

 

Como entrantes tomamos y compartimos, servido en medias raciones individualmente :

Rabas de calamar sobre espuma de alioli de tinta. Cuatro grandes rabas cada uno, dentro de una copa tulipa, bañados en un "alioli" de su tinta y ligeramente rebozadas con un pan de gambas, que aportaba sabor sin alterar el del producto principal, supongo que debería tratarse de grandes calamares No dejé ni rastro, estaban  excelentes. Para MC fueronlas mejores que probó en Cantabria

Arroz carnaroli cremoso, algas y moluscos. Muy bien ejecutado, sabroso y con buenos tropezones.  Muy bueno.

 

Siguieron como platos principales, dos de pescados del día (van diariamente a la lonja). No existe carta escrita y cambian diariamente :

Lomo de atún en su jugo con patatas. Buena pieza, en su buen punto de cocción. Hacia tiempo que no había comido un atún así. Excelente

Machote asado sobre tagliatelle  y frutos del mar. Muy bien cocinado. MC lo encontró delicioso.

 

Como postres escogimos :

Esfera de chocolate con leche, crema madame de café  cremoso de miel y strussel de jengibre. Que os voy a contar, estaba para comérselo y eso hice con extremo placer. Excelente

Hojaldre de mango , fruta de la pasión y avellanas  Otro postre de campeonato, un hojaldre como saben hacerlos en Cantabria y muy bien acompañado. Excelente

Para beber tomamos una botella grande de agua Km 0 y  una buena botella de vino blanco que tuve el placer de escoger en la bodega, a la buena temperatura, que pusieron en la cubitera para que alcanzase una temperatura óptima para poder después retirarla y ponerla encima de la mesa ( con posibilidad de meterla nuevamente en la cubitera si se calentase... pero no tuvo tiempo). Se trataba de un  Viña Tondonia Reserva 2003 DOC Rioja. Bodegas Lopez de Heredia. Cepajes 90 % Viura y 10 % Malvasia. Crianza de 72 meses en barricas de roble. Digo lo mismo que dije en mi anterior comentario del Remedio, sobre este vino, me faltan palabras para definirlo, pues no soy un conocedor, pero lo que me viene en mente es que lo encontré muy estructurado, sabroso, muy elegante, fresco, consistente, con un buen final en boca. Lo seguiré pidiendo  cada vez que lo vea en la carta de vinos.

Finalizamos con dos buenos cafés y unos también buenos  petits fours

La cuenta ascendió a 74,25 €/persona. Muy buena RCP. No voy a insistir sobre lo dicho ya anteriormente sobre la cocina creativa de Toni González, que se merece perfectamente su estrella Michelin y su sol Repsol. Es un restaurante al que seguro que volveremos cuando volvamos a Cantabria, nos trataron muy bien en todos los aspectos. Muy recomendable.

PS : Siento no poder haber hecho ninguna foto.

 

Tres personas (dos adultos y una niña). Perfecta recepción por parte de una maitre encantadora. Del local nada que decir, salvo que es uno de los más bonitos restaurantes de Cantabria. El servicio de sala, más que bueno.

Como aperitivo un tartar de salmón excelente y una copa de cava (mosto para la niña, buen detalle).

A compartir

Tres medias raciones de rabas con espuma de alliolli de tinta. Buen y gran calamar empanado con pan de gambas que se añade, ya en mesa, sobre la espuma. Bien. (24,55)

Individuales

Arroz con cuco. Excelente el punto del pescado, jugoso y rico. Arroz, hecho con los restos del cuco y verduras) servido en cuenco aparte. Otro cuenco con alliolli por petición de la comensal. Gran plato con un pescado poco frecuente en cartas. (19,09)

Arroz con conejo. Muy bien. Olor a monte. Por poner una pega, me hubiese gustado algo más de cremosidad en el arroz.(16,36)

Presa Iberica con toques picantes y ahumados. Demasiado hecha por petición de la comensal, lo que perjudica a la carne. Pese a todo, rica.(21,82)

Postres

Magnun de queso, peras y bizcocho. Muy rico según la persona que lo tomo. Curioso el trampantojo, ya que se presenta como el Magnun blanco de toda la vida.(8,18)

Esfera de chocolate. La pequeña de la mesa lo devoro, nada más que añadir.(8,18)

Yo pasé.

Bodega

Como había un cava que no conocíamos y la referencia de la maitre/sumiller fue buena, y la botella es preciosa, pues a probar. Nuria Claverol, de Sumarroca, excelente, pequeñisima y persistente burbuja, muy buen vino. (34,55)

Oporto Calem 10 años para la adulta que tomó postre. Enorme Oporto.(5)

Agua, muy buen surtido de panes y deliciosos cafés cerraron una muy agradable comida.

A los precios sumar 10% Iva.

Y aquí estaba yo de vuelta, dos años (por lo menos) depués a este mítico restaurante de la provincia. El recuerdo sigue imperturbable, clásico comedor con pilares de marmol, etc. Y luego el zulo de fumadores (como lo denominaba mi padre), con algo más de luz y donde decidí sentarme.

Dos personas a disfrutar, ocupación del restaurante total 3 mesas. El Cenador de Amos completo, por lo que mí amiga tuvo que dejarlo para otra ocasión.

La bienvenida, con la selección de aceite y 4 porciones de pan. Copita de champagne para ir haciendo el paladar mientras miras la carta. Comimos de carta, porque hay dos menús y uno es muy corto y el otro nos parecío demasiado largo para una cena.

Nos traen un aperitivo, una crema de queso con pato demsigado (si mal no recuerdo), muy correcto. Comenzaba bien la historia.

Para beber, mí amiga es de burbuja y después de preguntar sí estabamos preparados para gastar 1600 o 2300€ en una botella de champagne decidí poner los pies en la tierra y pedir una botella de G.H. Mumm (48€, cerca de mi tope por botella). Detalle a indicar, como estaba aún un poco caliente nos fueron regando con el rosado de bienvenida. En cuánto a su sevicio, perfecto. Bien descorchado, bien servido, bien enfriado y en ningún momento falto un cl en nuestras copas.

De comer, que aquí se viene a comer y a disfrutar!! Compartimos lo siguiente:

- Calamar a la plancha con tempura de verdura. Estaba muy bien preparado, buen sabor y buena textura.

- Setas de temporada. Constaba de tres especies; lengua de blanca, no se que de violetas y la otra no recuerdo (soy un desastre). Iban a la plancha, cortadas muy finas y con un caldo de levadura. Si hubiesen sido con ajo y perejil mucho mejor, pero hay que decir que estaban muy buenas.

De segundo:

- Dorada a la plancha; no tenia para nada mal aspecto y viendo la velocidad a la que desapareció creo que mala no estaba.

- Carrilleras. Hacia mucho que no comía yo fuera de casa carrilleras y me anime. Estaban muy bien de sabor pero quizás algo duras. Ojo, no menosprecio el plato, porque como bien indico de sabor excelente.

Llegados al postre, nos indican que hay una variedad de quesos a probar .... Me lo pense y repense (estabamos a explotar) para al final declinar la oferta y meterme por el pecho un yogur de tapioca, con frambuesas. Pense, algo ligerito para el cuerpo... de ligero poco pero hacía tanto que no disfrutaba de un postre sin chocolate como en esta situación.

Completamos la cena con dos cafes y maldiciendo no poder beber algun Brandy o Cogñac e la carta, muy buenos los precios. En fina, la proxima vez me voy en taxi desde Noja o me cojo un hotel enfrente.

El total de la nota fueron 140 y pico€

Este año no me hacían falta recomendaciones de ningún tipo para visitarlo. Estaba previsto hacerlo más tarde y en buena compañía pero circunstancias laborales han hecho que hayamos tenido que adelantar la visita y perdernos la estupenda presencia de unos buenos amigos.
Aunque lo solucionaremos en breve, no lo dudo.
A mi el entorno de este restaurante me encanta, exterior e interior, así que seguiré pensando que es mejorable, como todo pero impresionante.
Las dos más que profesionales y encantadoras chicas que nos atienden, nos reconocen enseguida, cosa que siempre se agradece y más cuando sólo nos hemos visto una vez y hace ya un año.
Nos ofrecen una copa de cava como invitación de la casa, además un Gramona, que a mi me gusta muchísimo.
Colocan en la mesa la degustación de aceites con una selección de panes muy ricos para comenzar la velada.
De vino, prácticamente repetimos el del año pasado,Alda Selección 2011 al parecer lo hacen ellos mismos para sus restaurantes y es un vino blanco pensado para eventos, para que incluso la abuela pueda echar unos tragos sin "morir" en el intento. Tiene 9 grados, una entrada facilona, un toque dulce y una nariz muy expresiva. Como diría alguno: "vino para chicas" a mi me gusta, qué narices.
Hoy, de nuevo he cometido el fallo de no pedir escrito el menú y con la charla no recuerdo algunos nombres y componentes de algunos platos con lo que volveré a ser "autodidacta" con lo que ello conlleva.
De aperitivos nos ofrecen una galleta muy rica y un pequeño botellín de zumo de zanahoria y algo más. Refrescante cien por cien, muy rico.
Gazpacho presentado en una coqueta sartén, acompañado de alguna verdura. No se como lo hacen pero está muy suave, con un sabor nada exagerado y aunque le añaden tomate, el color es muy pálido. Un plato ideal para comenzar un menú.
Tartar de bonito con sandía y mostaza en el punto exacto del tartar, pura "carne" sin "marear", la mostaza con un sabor muy intenso pero tremendamente comestible. Soy un enamorado de este pescado y más aún en sus preparaciones menos "pasadas". De nuevo un plato muy logrado.
Rabas de calamar y espuma de ali oli de tinta plato perfectamente explicado por Isaac en su comentario con el que coincido plenamente. Ese crujiente es ideal.
Arroz con almejas y manitas otro plato a destacar, el punto del arroz impecable, las almejas de un tamaño y un sabor de categoría y el toque de las manitas, no demasiado marcado. Buen producto y buena elaboración.
El pescado, sintiéndolo mucho, no recuerdo cual era, no era de los habituales, me recordaba un tanto a los salmonetes pero quizás me haya engañado el crujiente de la piel. Volvemos a un producto de alta calidad, a una cocción sin escasez o excesos.
Alas de pollo de corral, salsa Thai y polvo de maiz no habia probado jamás yo las alas de pollo de esta guisa. Bonita presentación. La carne sabrosa donde las haya, sin hueso alguno, todo se come. Se nota que el pollo es de excelente calidad y tamaño. Buena idea para sacarle partido a una parte que muchos consideran "menor" que en este caso ha sido superior.
Flan con frutos rojos postre fresco que ayuda un tanto a limpiar la boca. No es que sea uno apasionado de este tipo de postres pero cumple su cometido a la perfección.
Esponjoso de caramelo, sorbete de mango y sopa de melocotón y anís la fruta muy fría y con un sabor muy intenso. Quizás haya echado yo hoy de menos algo más dulce. Aunque como el menú es contundente y más para una cena, se agradece algo no tan pesado.
Con los postres hemos vuelto a probar algo distinto Alda selección 2012 dulce al parecer de nuevo hablamos de un vino creado por y para ellos y que por fin han conseguido después de algunos años intentándolo. En nariz no me dice gran cosa pero en boca si que aparecen las notas frutales, nos dice la sumiller que pera de San Juan, yo a eso no llego pero está rico y además con ese toque "burbujeante" que tanto me ilusiona. Un vino agradable.
Un cortao muy bien preparado con unas galletas de remate, un cigarrito en la terraza exterior y de nuevo agradable despedida de las estupendas chicas que saben lo que se hacen.
Pues el año pasado fué nuestra despedida estrellada de Cantabria y este año de nuevo lo ha sido.
Ninguna duda al respecto, volveremos a colgar La Guinda 3, sin duda.

  • Arroz con almejas

    Arroz con almejas

  • Rabas

    Rabas

  • Gazpacho

    Gazpacho

El Molino se inauguró en 1970 por Victor Merino, uno de los artífices de la renovación de la cocina en España, que nos dejaría en accidente de tráfico en 1.987. Junto con el Molino, Victor gestionó la Bodega del Riojano, La Sardina de Plata y Cabo Mayor en Madrid donde envió a su yerno Pedro Larumbe.

EL Molino cerró en el 2.000 para volver a abrir como Nuevo Molino en el 2004 de manos de Rafael Prieto, Fernando Sainz de la Maza, y Jose Antonio González. Este último había compartido con Fernando los fogones de EL Serbal desde 2000 a 2004. Cuenta con una estrella Michelin desde la guía 2009 (anunciada Noviembre 2008). Dispone de un gran entorno incluyendo horreo, capilla, y un salón ovalado para celebraciones.

Gran recepción, en la entrada tienen una chimenea encendida que aporta cercanía y calor. Mesa para seis personas (incluidos dos niños). Elevada flexibilidad para que dos de los comensales pudieran elegir un menú más corto, y otros dos un menú más largo, denominado “largo y estrecho” que de alguna forma es un homenaje a Victor Merino; uno de los precursores de este tipo de menús.

Comenzamos con un trío de aperitivos. Crema de boletus, un maki de salmón y queso, y una coca con curry; llegando el curry en un tubo tipo dentífrico. Esto lo ví hace unos años en La Terraza del Casino de Paco Roncero; saliendo del tubo una especie de crema de aceite de oliva. La crema correcta, el maki tirando a seco, y el tubito de curry original, pero sin más. Aperitivos inconexos que no reflejan, ni comunican dónde está uno comiendo.

El primer entrante es una ostra plancha con sándwich de manzana y caviar. Servida con un poco de su jugo, atemperada a la plancha y manzana verde en juliana, se acompaña con un sándwich que contiene manzana y caviar. Destaca este plato, se contrarresta el sabor marino con ese “paseo” por la plancha y los toques ácidos de la manzana. En relación al sandwich, gran textura la del pan y sabores que aparecen de forma escalonada e inversa al primer bocado ,primero la manzana y luego los toques marinos del caviar. Gran comienzo; ante todo una combinación diferente, y un planteamiento de aparición de sabores muy intencionado. Sobresaliente.

Seguimos en el mundo marino con unos chips marinos, romescu y caldo de roca. Pulpo y vieria finamente laminados y totalmente deshidratados. La salsa es de categoría, pero para nosotros tapa a los chips, ya que éstos son de sabor muy tenue. EL caldo de gran nitidez potencia el conjunto, que consideramos un poco deslavazado. Creemos que podría funcionar mejor como aperitivo tanto los chips como el caldo; dejando la salsa para otros menesteres.

Como entrante cántabro y sobre todo santanderino, (ya nos posicionamos en relación a donde estamos comiendo), nos llegan unas rabas de calamar con alioli de espuma de tinta. Se utiliza harina de arroz y una especie de pan de gambas picado, que aporta cierto crujiente. Destacan por su longitud y anchura, muestra que se utiliza un cefálopodo de gran tamaño. Pura “finger food” para degustar “mojando” en ese alioli que absorbe toques marinos con la tinta del propio calamar. Una forma distinta y atrevida de comer unas rabas que relaja la comida, y provoca cierta juego. Buen conjunto, gran sabor; aunque el tamaño provoca que en boca resulten un poco duras.

Continuamos en Cantabria, con la yema de huevo, crema de cocido lebaniego y carpaccio de panceta. Recapitulamos y nos viene a la mente diversas formas novedosas que últimamente nos hemos encontrado de afrontar los dos cocidos de Cantabria más protagonistas: el lebaniego, y el montañés. En Solana, el cocido montañés del Siglo XXI, resuelto en crema como en Cañadío Madrid donde Paco Quirós lo calificó como cocido montañés nocturno. La diferencia entre ambos está en la utilización de la berza, el primero en espuma y el segundo en un salteado con la verdura muy picada. Por otra parte, hace poco tuvimos la ocasión de disfrutar un arroz de cocido lebaniego en la Nueva Torruca de Quijas de Gustavo Pérez. En el plato que nos ocupa, la crema adquiere esa apariencia verde al añadir un licuado de berza (otro ingrediente muy montañés), y resta cierta contundencia al cocido para que la yema de huevo adquiera protagonismo al realizar la mezcla. Además se encuentran trozos crujientes de chorizo, y una fina lámina de panceta. Resolutivo, eficaz, sabroso un entrante que llega y nos posiciona en nuestra tierra.

Los pescados en el Nuevo Molino se abordan totalmente desde los deseos de la mar, y la existencia y calidad del producto. Ni existe carta de pescados, ni en los diferentes menús se especifica de antemano. Los pescados se cantan, y en los menús Toni González elige por ti en función de lo adquirido en la lonja de Llanes. Si desde Puente Arce se viaja hasta Llanes para adquirir los productos directamente en la Lonja, lo cual tristemente parece que los restaurantes no pueden hacer en Santander, si no es a través de distribuidores. Bueno a lo que vamos, el pescado elegido fue mero con jugo de judía verde. La verdura da cierto equilibrio desengrasando el conjunto, y aportando cierta frescura. Una composición sencilla, balanceada y correcta que resulta sabrosa.

En el apartado de carnes nos presentan presa ibérica lacada con chutney de nuez y mango, y rábano encurtido. La fruta y el fruto seco aparecen tanto en churney como en crudo, un original acompañamiento para una carne jugosa. Correcto.

Pasamos a los postres, comenzamos con un yogur de tapioca, leche, arándanos y coco. Mezcla cremosa, muy agradable en boca y que sápidamente recuerda a un arroz con leche. Criterio, e imaginación.

Por otra parte plátano en texturas con salsa de naranja (nos dijeron que también llevaba ron); éste último no me convenció en absoluto fundamentalmente porque el plátano bien en una especie de almíbar o caramelizado toma demasiado protagonismo en el conjunto derivando hacia un resultado excesivamente dulce.

A destacar el servicio capitaneado por Rafael Prieto, que manejaron con verdadera habilidad el hecho de gestionar dos diferentes menús y los platos de los niños; así como la paciencia de todos ellos con los pequeños. Nos pusimos en las manos de Rafael para el tema vinícola ofreciéndonos lo siguiente:

Albariño La Mar de Bodegas Terras Gaudas. (Caiño blanco 85%, Albariño 15%): 28€
Chablis 1 Cru Mont de Mileu Cuvee Ulysee 07: 31€
Gallinas y Focas (Vino de la Tierra de Mallorca; Bodega 4 kilos): 26€ .Interesante proyecto social. (Se recomienda ver web).

Los precios de los vinos en carta en relación con su precio en tienda resultan muy comedidos, aproximadamente algo menos de 1.5x. De todos ellos, me agradó especialmente La Mar, más dulce que la mayoría de los vinos gallegos, con una menor acidez, y con un mayor recorrido en boca. Posteriormente tendrían la gentileza de invitarnos unas copas de ese Pedro Ximenéz del Maestro Sierra del cual ya hablamos en nuestra visita a El Serbal. Un final excelente.

Culinariamente sobresale tanto la ostra con manzana y sandwich de caviar como la yema de huevo con crema de cocido lebaniego; después las rabas con alioli de calamar, el mero con jugo licuado de judía verde, y el yogur de tapioca, leche, arándanos y coco.

El Nuevo Molino, un potencial puntal de una cocina cántabra de mayor imaginación.

Como siempre para disfrutar de las fotos y el post completo...
http://www.complicidadgastronomica.es/2013/03/el-nuevo-molino/

Noche de un viernes de febrero, salimos la señora y yo en plan sin rumbo, tomamos unos vinos y ante la pregunta tonta de tantas veces, ¿a dónde vamos a cenar? Y tras varias opciones descartadas, nos decimos: ¿vamos al Molino? Para nosotros sigue siendo el Molino en vez del nuevo Molino: hecho.

Tiene en la primera página de la carta este menú degustación a 38 euros y a 50 euros con maridaje, no mire más y solo sonreí cuando me dijeron los platos fuera de carta, ya sabéis cuando uno se “emperra” en una cosa.

Tras una copa de Moet Chandón (no recuerdo cual) a decidir rosado o blanco, la ya conocida catas de aceites de 5 variedades distintas (en este caso todas de Tarragona), no pusieron unos aperitivos de crema de setas y teja de boniato con brandada de bacalao y comenzó el menú con su maridaje:

Ensalada de bacalao, setas y pimientos en costra de patata con su pil-pil
(Alda Selección Parellada 10)

Lomo de merluza asado con agua de tomate Kalamata y arena de sésamo
(Alda Selección Pinot Noir 11)

Potro asado, endivia roja al vapor vermouth y jugo de mostaza
(Alda Selección Cabernet Franc 09)

Helado de queso sobre coulis de frambuesa y crujiente de almendra
(Tokaji Oremus Vendimia Tardía 08)

La ensalada es un clásico de la carta y en más de una ocasión me han comentado que no la pueden retirar de la misma ante la gran demanda, con ello creo que esta todo dicho sobre la misma.

La merluza, muy bien tratada y mirar que me parece a mi difícil el tratar este pescado fuere de a la romana.

El potro un gran descubriendo, y más en estas fechas en que la carne de caballo esta tan al día en la red, punto perfecto, nada dulce que es lo que se suele achacar a esta carne y tanto la endivia con la mostaza maridaban perfectamente.

Helado de queso: una maravilla, pero ojo poner un factor de corrección pues el mismo me encanta.

Tras los cafés, unos petit fours muy creativos presentados en una bonita cajita de madera.

El vino que nos pusieron se trata de un vino que han elaborado conjuntamente Rafael Prieto (copropietario y sumiller de Serbal y Nuevo Molino) elabora con Bodega Sumarroca y su enólogo Tomás Puig.

Servicio de la sala, recepción, vajilla, despedida tan bien como siempre, lo cual parece que no es nada, pero es muy difícil de superar (gracias Elvira y Pilar y al resto del servicio).

Hemos salido más que contentos, habiendo pagado solo 50 euros por comensal, a veces cuando mejor salen las cosas es cuando se montan sobre la marcha, aunque bien es verdad, que este local es una apuesta segura.

Al día siguiente visita a otro estrellado y resultado distinto, pero ese es otro tema.

Tengo un monton de locales pendientes de colgar y precisamente voy a empezar por el último.

Nos acercamos a comer, reserva mediante, que a la postre se hiz innecesaria porque comimos solos.

Perfecta bienvenida, copa de cava y nos acercan a la mesa. Elegimos el menu gastronomico, por aquello de no pasarnos antes de las fechas fatidicas. aperitivos entrada, pescado, carne y postre.

4 variedades de panes en los que mojar 5 variedades de aceite, como es costumbre de la casa.

* Crema de chirivia (de la familia de la zanahoria) con ravioli de morcilla, muy adecuado para entonar, suave y cremosos el conjunto.

*Ensalada de bacalao, setas y costra de patatas con su pil pil. Ya tomado en otras ocasiones, buen bacalao aunque se echaba de menos un pelin más de temperatura, pero el dia era frio en general.

* Lomo de merluza con espuma de maiz y crujientes de remolacha, buen punto del pescado con el contrapunto dulce de la espuma.

* Lomo de potro con endivias braseadas al vermouth, rucula e infusion de pimienta. Carne muy prieta, con apenas grasa y mas suave al paladar, con una infusion de pimienta que le iba muy bien, aunque echaba en menos algo mas de potencia sapida en el mismo, pero es opinion personal.

*Helado de queso con coulis de frambuesa, quizas lo más flojo de la comida.

Para beber un Dr Bürklin-Wolf Ruppertsberger Riesling 2008, correcto y que fue a mas cuando tomó temperatura, con una acidez muy rica y un azucar residual muy agradable.

Cafés y petit fours de cortesia, buen café.

Una comida muy agradable, con un trato cercano y amable, siempre sabes que vas a estar bien atendido. De ahi que me cause extrañeza el estar solos, quizas por ser despues de un puente, o que un lunes es un dia raro, pero raro.

El precio es el del menú sin vinos.

Animados por los comentarios anteriores, animados por "El Mule", animados por Moongoose, nos hemos acercado hasta Arce a visitar el Nuevo Molino.
Antes, un vinito en La Puentecilla, por recomendación, algún día habrá que catarlo, no tiene mala pinta.
Llegamos al restaurante, invita a dar un paseo por los exteriores antes de entrar, precioso. el hórreo, el nuevo espacio para fumar un puro y tomar una buena copa, los jardines, las figuras......
Una vez dentro, muchos espacios diferentes, invita al comedor más aterrazado pero es que el interior es demasiado bonito como para no cenar allí.
Estupendo espacio entre mesas, estupendo el tamaño de las mismas, estupenda la mantelería, la cristalería, la cubertería.......
Nada más llegar, excelente recibimiento, invitación a una copita de cava y a elegir un menú que ya tengo más que estudiado.
Dos aperitivos en forma de galleta y de una especie de crema, los dos riquísimos, muy apetecibles.
Una cata de 5 aceites, todos ellos de Tarragona. A mi me han gustado los cinco pero me quedaría con el 2 y el 5, variedades Koronegul y Arbeguina.
Estupenda selección de panes a elegir. Hemos probado casi todos pero me quedo con el de cebolla y el de pasas. Por supuesto que para el aceite me he decantado por uno más neutro, uno blanco que he terminado con el "unte".
Gamba en carpaccio, lichis y helado de ajo blanco: plato finísimo, uno de los mejores, sin duda, mucho sabor, muy buena conjunción.
Foie gras asado, chips marinos (bonito y pulpo)y uva blanca: para los que les guste el foie puro, como a mi. Sabor puro y duro, perfecta textura.
Raiz de apio-nabo, jugo negro y papel de vieira: dos historias diferentes pero que han casado estupendamente. La raiz de apio, sabrosa, con el jugo negro de txipiron y un pan impregnado en el mismo jugo. Un sabor sublime a eso mismo, a txipiron.
Salmomete: ideal, punto exacto de preparación, salsa muy jugosa, fresco, sin espinas, ni una sola. Me ha encantado el plato.
Zancarrón de ternera, espuma de hierbas y lascas de tuétano: presentado dentro de los mismos huesos, carne sabrosa, punto perfecto, ni deshecha ni tiesa. Ración más que generosa y ya se va notando que no vamos a pasar hambre precisamente.
Pera en almibar ahumado, compota con pino y tomillo,
granadilla y crema helada de ruibarbo: rico pero sin sorprender, una plato de no enamorar, al menos eso nos ha parecido.
Terrina de zanahorias:
- Tierra de cacao
- Sorbete de mandarina
- Toffe de lima
- Zanahorias cocinas al vacio y deshidratadas con aceite de cítricos: otro recuerdo visual de la Huerta del Azurmendi pero en dulce. Me ha gustado aunque yo le hubiese echado algo más de dulce jugoso para disimular un tanto demasiada tierra de cacao.
Para beber, un vino distinto, recomendación de la sumiller, un blanco, Alda selección 2010, Sumarroca. Muy distinto a lo habitual, con un grado de alcohol muy suave, un dulzor apetecible, poca acidez, postgusto dulce sin exagerar. Un problema: demasiado fácil de beber. Algo curioso y nuevo, no debe ser fácil de encontrar.
Cafecito, unos dulces muy sabrosos y un Riesling Wittmann dulce en la terraza semicubierta.
Atención excelente por parte de todos, trato exquisito, si les das pie, entran al trapo, eso a mi me encanta.
El local es impresionante, todo ello. Menudos baños.....
Casualidades de la vida, nos hemos encontrado cenando al chiquito que nos sirvió el arroz con bogavante en el Galeón de Somo, un tío simpático de verdad.
En resumidas cuentas, hemos acertado con La Guinda a nuestro periplo por Cantabria. Recomendable cien por cien.
Llueve, no mucho pero llueve, pero me he dado cuenta de que en Cantabria hay muchas "estrellas" y por cierto, bien merecidas.

  • postre

    postre

  • Aceites

    Aceites

  • Carpaccio

    Carpaccio

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