Restaurante Atrio en Cáceres
Restaurante Atrio
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Añadir vino por copa

Precio desde:
125,75 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
175 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.7
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.2
Comida COMIDA
8.3
Precio medio entorno ENTORNO
7.4
RCP CALIDAD-PRECIO
6.3
Perdiz al modo de Alcántara
Paté, encurtidos y plátano macho
Porco Tonato
Bollo de tinta con calamar y guiso de oreja
Lionesa con panceta ahumada y orégano
Crujiente de tapioca, emulsión de salmón y cochifrito
Opiniones de Atrio
OPINIONES
49

En los últimos meses lo he visitado en 3 ocasiones. El nuevo establecimiento,que ahora es tambien hotel y pertenece a la cadena releáis&chateau,es impresionante tanto por su diseño interior modernista en madera como por su enclave privilegiado frente de la preciosa iglesia de san Mateo. La bodega es para alucinar tanto por el diseño como por el contenido, en gran parte fuera del alcance de los mortales. El servicio de vino es correcto. Si te dejas asesorar se echa de menos un poquito mas de información sobre los caldos recomendados y menos años de conservación de alguno de ellos. Los 3 menús propuestos poco apetito,apetito normal y menú largo están bien pero no han sufrido variación en los últimos años. Para mi gusto se abusa bastante de una salsa con la misma base(tomillo limonero) y algunos productos q sustituyes en el menú aparecen en otros platos. En general el marco es estupendo pero es un restaurante de dos estrellas michelin y hay q prestar especial atención a algunos detalles y no dormirse en los laureles.En cuanto a cocina esta mas cerca de una estrella q de dos.

Creo que esta dicho todo, me uno a lo dicho anteriormente. Una de las mejores cenas de mi vida. Impecable cocina con unos sabores muy agradables, servicio impoluto y local fantástico. Muchas felicidades.

Comimos 4 personas. Menu degustación muy bien elaborado y presentado.Echamos de menos un sumillier,nos atendió uno de los camareros que nos elaboró un madiraje de vino algo subido de precio o con una no muy sorprendente elección,en blanco no se complico con un Marques de Riscal y el tinto fué un Emilio Moro,no pudimos repetir copa por no estar pendiente de la mesa;algo que deberian de cuidar.Por lo demás muy agradable la visita.

Situado en los bajos de un edificio, la cocina en el sótano y la bodega en el primer piso, esta distribución convierte a los camareros en verdaderos expertos en subir y bajar escaleras. Fachada llamativa pintada en verde intenso, en el interior las paredes granate oscuro, decoración y mobiliario muy clásico. Dispone de diez mesas en comedor principal y cuatro en el de la entrada. Contrasta la informalidad en la vestimenta de José Polo (uno de los socios, que oficia en sala) con el tremendamente clásico vestuario de los camareros.

A priori no se puede pedir a la carta, como tal. Ofrece tres menús según el apetito del comensal, el menú reducido que consiste en elegir de entre la carta dos medios entrantes, un plato de pescado o de carne y un postre (88 euros IVA incluido), el menú normal, igual que el anterior pero se elige pescado y carne (98 euros) y por 108 euros el menú degustación diseñado por Toño, que como suele ser costumbre no se cambia salvo alergias e intolerancias. La vajilla (en nuestro caso Cartier) y la cubertería clásicas y de calidad. El servicio atento, dispuesto y muy profesional, aunque en alguna ocasión un tanto mecánico. Antes y después de la cena nos saludaron y comentaron el menú tanto Toño, como José Manuel, los cuales se despidieron muy amablemente de nosotros a la salida.

La carta de vinos es impresionante, tanto por la selección, como por la oferta. El índice inicial permite una mejor localización de los vinos. Las copas ofrecidas, siendo buenas, pienso que no están a la altura de la categoría de este restaurante. No obstante valoro con la máxima puntuación el servicio del vino por la selección y vinos ofertados en la carta.

Nuestra experiencia fue para cenar y elegimos el menú degustación que consistía en:
• Salpicón de marisco con blody mary.
• Capuchino de foie, crujiente de maíz y hongos.
• Navaja braseada, loncheja ibérica, brotes, ensalada y curry.
• Vieira asada con tomate y aceite de albahaca.
• Careta de ibérico con cigala y caldo de ave.
• Salmonete con caldo de azafrán y cítricos.
• Pluma ibérica, foie, meloso de melocotón y puré de berros.
• Torta del Casar en texturas y en contraste con membrillo y aceite especiado.
• Tocinillo con helado de yogur y tierra de cacao.
Con los cafés, llegaron las golosinas y petit fours, que son un auténtico festival:
o Sorbete ligero de tiramisú.
o Distintas tejas.
o Trufas.
o Pequeñas magdalenas, gominolas, pequeñas pirámides de bizcocho de chocolate, fruta escarchada, etc.

Todas las elaboraciones magistralmente realizadas, destacando las elaboraciones que buscan el contraste entre tierra y mar.

Armonizamos esté menú con dos copas de un maduro Champagne Ayala, una botella de Do Ferreiro Cepas Vellas 2007 (impresionantes los matices de este vino), dos copas de Sauternes en los postres y para finalizar: gin tonic de Martín Miller’s Westbourne Strength con tónica Schweppes por gentileza de la casa. La factura ascendió a 328.81 euros.

Bueno, era uno de estos sitios que tienes en la mente de ir, pero que no te llega el momento. Volviamos de Madrid en coche el domingo y no se como se nos vino a la cabeza y fue dicho y echo reservamos a las 12 de la mañana, estabamos de camino por Mostoles y SUERTE, habia sitio para las 2 y media.
No paramos, teniamos unas ganas impresionantes de llegar, y la verdad es que las expectativas se cumplieron.
Pedimos como No , el menu degustación, y para beber,pedimos algo de la tierra, el sumelier nos recomendo Habla 5, la verdad es que nos gusto bastante el vino, muy redondo y muy bien ensamblado, es una multivarieta, con tempranillo, 25 % de cabernet 5 % de verdejo, de Bodegas Habla de Trujillo.
Bien entrando con las Tapas, tomamos un coctel de marisco con bloody mary, muy refrescante y buen cambio de Toño, hacia un día de mucho calor.
De segunda tapa, un capuchino de foie, con hongos y crujiente de maiz, que estaba sensacional, y una presentación magnifica,
Luego una navaja con loncheja iberica, brotes y curry. A continuación una cigala con crujiente de careta iberico y caldo de ave, el contraste de sabores hacen de este plato una delicia.Seguimos con una vieira asada con cremoso de setas y hongos, muy bien estructurado el plato.
Pasamos luego al salmonte con caldo de citricos y falsas escamas crujientes, el salmonete estaba delicioso, aunque para mi gusto, el caldo de citricos hacia que perdiera intensidad el sabor.
Entramos en las carnes con una pluma iberica con melocotones slteados, foie y pure de hongos, magnifico sabor y buen contraste,
De psotre una torta del casar en contraste con membrillo y aceite, magnifica conjugación del caliente y frio del queso y como potenciaba el sabor el membrillo,
El tocinillo con helado de yogur, delicioso, el tocinillo más fino que he probado ultimamente. Para terminar cafe y golosinas y entrenimientos de la casa.
Todo al final por 150 euros por persona.
Buen servicio, muy buena decoración y sobre todo un producto y tratamiento espectacular.
Toño y Jose, nos enseñaron la cocina y estan superilusionados con el nuevo proyecto que pretender abrir en Septiembre, ya hemos reservado.

Hemos estado este sábado 17 cenando en Atrio, y la verdad es que hemos quedado maravillados. No sé si os pasará, pero cuando un sitio tiene tanto renombre y fama, vas con miedo porque seguro que al final te defrauda...pues Atrio es capaz aún de sorprenderte y maravillarte. Todo estuvo genial. Menú degustación, con la recomendación del Summiller, que fué Habla nº5, vino excepcional a mi gusto, y todo el menú fue de 10. Lo que menos me gustó fue el salmonete. Gran detalle con las golosinas y tejas del postre y un trato muy educado y muy cercano tanto de camareros como de José Polo y de Toño. Volveremos sin duda, aunque espero que sea ya al nuevo proyecto. Recomendadísimo.

He estado y me ha gustado.
La decoración no es lo que más me gusta, pero la cocina es estupenda.
La organización y funcionamiento de la sala espléndida.
La carta de vinos espectacular. Inabarcable, se hace necesaria la presencia de un sumiller, que no estaba el día que fui yo, al menos no se acercó por mi mesa si es que estaba. Nos ayudó un camarero, sugiriéndonos un vino extremeño recién salido que no figuraba en la carta. Habla del silencio..., de Bodegas Habla. Me gustó bastante. 34,24 euros. Las copas muy flojas para la categoría del establecimiento.
Tres menús para elegir. Carta muy apetitosa. Cocina que roza la perfección.
Elegimos el menú normal, 98 euros. Dos medias entradas, un pescado, una carne y el postre.
Muy recomendable.

http://www.ojoalplato.com/archives/2476

  • Torta del casar y su helado

    Torta del casar y su helado

  • Contraetiqueta  Habla del silencio...

    Contraetiqueta Habla del silencio...

  • detalle de las copas

    detalle de las copas

Al llegar al emplazamiento, piensas...no todo será como dicen. Pero si. Magnífico local (pàsamos horas antes por el Caceres Viejo donde irá Atrio en el futuro). Cubertería, copas e hilo magníficos.
Degustación completa, marcada a 108€. Arranca con una crema de calabaza y castañas, que es un primor.Como lo es la de ave. O la navaja con ibérico, absolutamente celestial. La vieira, única en su género. La presa ibérica con foie, magnificamente elaborada. Dejo algunas degustaciones sin comentar, para animaros a bajar a Cáceres (o a subir segun sea el caso). Finalizamos con un magnifico postre con Casar y helado de Casar.
A pesar de recomendarnos un Enate Varietales 2002, escogí un Alión 2005, que se comportó más que dignamente. No puede faltar la copita de Aguardiente de Cerezas del Valle del Jerte, asociado a un más que notable café.
Es un dos estrellas consolidado, y si un pero se le puede achacar es, la cercanía entre mesas (que supongo desaparecerá en el nuevo emplazamiento)y la diferencia per capita entre menu (108€) y resultado final (164#) (si bien soy yo quien se decide por un Alión, que Atrio tiene marcado a 65€).
Felicidades a Atrio.

Vuelta después de unos meses, desgraciadamente no está al lado de casa.

Sorpresa al entrar, lleno hasta la bandera.

Eramos cuatro y optamos por el menú largo a mesa completa, cambiando la carne para dos. La opción era pluma ibérica y dos de nosotros optamos por el solomillo de pastuenca.
Todo el menú perfecto a una gran altura, sólo un pero a la navaja con ibérico, no llegamos a encontrarle el punto al plato estando muy bueno. A destacar dentro de los aperitivos el chupito de foie, increible¡¡¡
Un menú con marcado sabor a mar: cigala, bogavante, navaja y zamburiña ?¿? creo :-) de este último plato no estoy seguro, sí recuerdo que fue uno de los que más me gustó.

Gran servicio de sala con detalles a los postres como siempre.

Como se ha comentado antes, ni rastro del sumiller que sí nos atendió de maravilla la anterior ocasión, esto no quiere decir que el servicio del vino fuera malo. Optamos por un ossian para todo el menú que acompañó de maravilla.

Para acabar un gin tonic de martin miller y charla con los propietarios.

Caro pero volveremos esperemos que ya, en el nuevo local de la parte vieja.

Atrio es para mi "El Atrio"...el de toda la vida. Me llevaban amigas como Victoria o Teresa. He estado muchas veces porque viví una época en Cáceres y he vuelto algunas veces más para visitarlo con amigos y familiares. Puede decirse que fueron mis maestros en esto de la gastronomía, un mundo en el que sigo investigando. Después de "El Atrio" han venido otros muchos, no es que haya sido muy fiel, pero siempre me ha quedado en la memoria el regusto de las criadillas de tierra y de otros platos unas veces sencillos y otras super elaborados. Habrá gente que se queje del servicio, pero a mi siempre me ha parecido fantástico....atento pero sin agobios y con la naturalidad como bandera. Cuando he estado por algún acto social serio ha sido todo muy correcto, pero -por ejemplo- tambien he ido después de un concierto del Womad, con camiseta y vaqueros rotos, y me han atendido como al señor del fondo, el del traje y la finca....una delicia. Que ganas tengo de volver¡¡¡

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