Con una vista panorámica hasta el faro Eckmühl y el puerto pesquero de Saint-Guénolé.
Para disfrutar al atardecer del regreso de los barcos de pesca, del rugir de las olas bajo tu ventana al anochecer, de los tranquilos paseos por la playa con jersey (en España estaban a 40 grados a la sombra), un hotel totalmente recomendable que solo tiene un problema, no te querrás marchar.
Lástima que solo estuvimos una noche.
El precio es con desayuno incluido.
Vistas desde la habitación
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Hotel
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