Me reafirmo en lo que ya supuse en otro hilo sin haber estado nunca en el Bulli. No se trata de ir a comer o a cenar a un restaurante, se trata de asistir a un espectáculo en el que el oficiante te deleita con toda una serie de ternologías artísticas (o arte tecnológico) que convierte un pure de aceitunas trituradas en una aceituna con la textura de un miniglobo que al morderlo estalla disolviéndose en la boca. Todo un espectáculo al que, considerado como tal, vale la pena asistir sin duda alguna pero, por favor, dejandose el hambre en casa, porque no se trata de eso. Y quien así lo entienda, disfrutará de ello sin duda. Debo decir que la comida no se trató solamente de esos ingenios culinarios, sino que también hubo otras cosas de las que quitan el hambre (como boquerones al limón que ya querria yo encontrar en una ración de chiringuito de playa, o una espaldita de cordero con puré de limon que en Pedraza causaría estragos) Vinos acertados para satisfacer a casi todo el mundo (Palacio de Bornos y CUNE Reserva) y un regalo de la suerte en la mesa en la que aterricé yo, por estas casualidades de la vida, junto a quien lo ha parido: una botella de albariño De Saa ("Fuera de Carta") para hacerme tener sueños inconfesables el resto de mi vida (el que quiera que se mire mi suigeneris nota de cata (https://www.verema.com/vinos/51187-de-saa-2007/valoraciones/723144) donde, por cierto, me han redondeado al alza mi puntuación, ya que queria dejar un poquito de margen para la nueva añada, que sé que va a ser todavía mejor :) De Saa