Mercadona vuelve a los orígenes

Una de las razones por las que yo hace ya años que no voy apenas a Mercadona (por, entre otras razones, aparte de la falta de variedad en marcas, casi todo Hacendado, su cambio de paradigma para con lo fresco desde el año 2008)... pues ahora, giro de 180º al timón y... volvemos a lo "de siempre":

La empresa sigue ahora el camino inverso. Una vuelta a los orígenes del trato en el mostrador, la venta por unidades, una relación nueva con el sector primario y una revolución en su refinado sistema logístico. Se trata, explican en la empresa, de crear una “cadena agroalimentaria sostenible”. Es, asegura el grupo, un objetivo crucial. Entre 2011 y 2012 contrataron a 6.000 personas más de las que necesitaban para tener tiempo de formarlos en el nuevo modelo de tienda, que ahora empieza a ponerse en marcha. “Nos habíamos quedado sin tenderos”, explican fuentes de la empresa, sin gente que supiera manejar el género y aconsejar a los clientes al estilo de la vieja escuela. Entre 2005 y 2008, Mercadona cerró las secciones donde los clientes podían comprar carne, pescado o fiambre al corte y las frutas y hortalizas a granel. Lo empaquetó todo y lo ofreció en fríos estantes y cantidades estandarizadas. El servicio mejoró: se acabaron las colas, pero la calidad cayó en picado, según ha admitido esta semana Roig en un discurso cargado de autocrítica

Leído en El País En efecto, no se puede querer ofrecer sandías todo el año, tratar los tomates frescos como si fueran botes de tomate en conserva ni la verdura venderla para tomar una semana después de cogida del campo. Me chirriaban las bandejas de carne ya fileteada sin posibilidad de atención personal si no necesitaba una bandeja enorme de carne... además la carne no era ya precisamente de la mejor calidad por lo que me contaba gente que sí seguía comprando en Mercadona. Ya veremos qué pasa, pero muchas veces la innovación y las crisis traen aparejadas el, una vez somos conscientes del error, retrotraernos (después de las probatinas), a lo "de toda la vida", a las tiendas pequeñas de barrio, atención personalizada, a lo autóctono, al producto fresco y, sobre todo, muy importante: de temporada (olvidándonos de buscar naranjas en julio, querer comer uvas en marzo, fresas en noviembre y albaricoques en enero).