Peñin y Viña Tondonia ¿se tratará de un “lapsus”?

Salvo opiniones mejor fundadas en los conceptos que nos motivan, por parte de mis insignes colegas de este Foro, sepa el Sr. Peñín que hay muchas y muy doctas opiniones aquí que podrían sentar cátedra sobre la cuestión que planteamos, le he de efectuar determinadas puntualizaciones a cuanto lo que enseguida “entrecomillo”, con el propósito, en primer lugar de oír aquí este medio, opiniones de mis aludidos compañeros de viaje del que espero seguir aprendiendo, y mucho, y en segundo lugar, esperando que, de alguna forma, y de ello estamos también seguros, llegue a Vd., cuanto voy a manifestarle muy brevemente:

1.Vd., afirma (1) “los críticos no valoramos los vinos relacionados con la mesa, ya que habría una confusión entre calidad y maridaje. Ahora bien puedo sentirme más a gusto despachándome un cordero con un Viña Tondonia o un Viña Ardanza que con un Pingus o L’Ermita, a pesar de que estos últimos están mejor puntuados que los otros. Aunque el placer de catar un buen vino con cuerpo y concentrado sea diferente al placer de beber en la comida un buen crianza suave y ligero, ambas situaciones no dejan de ser deleitables”.

2.Menos mal que al final, empiezo por el final, nos confirma que ambos placeres son “deleitables”, que bien Sr. Peñín.

Ahora resulta que los Viña Tondonia son vinos ¿para comer cordero?, son de ¿diferentes placer que los otros?...donde ¿sitúa la gama de placeres y deleites?, ¿no nos lo explica?.

¿Están los primeros mejor puntuados? …¿Por quién? ¿Para qué?

¿Cuántos Viña Tondonia ha catado en su vida? ¿Qué añadas? ¿Cómo los puntuó y donde? ¿Sólo son vinos de cordero y maridaje? ¿Los que Vd llama los otros, con todos los respetos y sin cuestionarlos, no son susceptibles de maridaje? ¿Estos solo para cata de los críticos?

¿Pero como puede haber tanta audacia y tanta frivolidad Sr. Peñín, como encuentro en sus afirmaciones?

Ah, y sepa Sr. Peñín que los Viñas Tondonia, no sólo se beben y catan, también se saborean, por ejemplo, y…… también se sienten y “vitaminan”, si me permite la expresión, en una palabra no se tragan ni se obtiene con ellos mero placer físico sino que para sentirlos hay que entenderlos estar cerca de ellos con inteligencia y para ello se ha de estar preparados, formados para poder ser capaces de con todos los sentidos entender ese VINO.

3.Que por lo expuesto le rogaría que la próxima vez que haga referencia a un Tondonia no lo haga con tanta audacia ni con tanta frivolidad, y cuando lo cite lo sea con propiedad y de forma adecuada, vamos que venga al caso, y ello aunque sólo sea por respeto y consideración a los que tenemos de él un concepto y una opinión tan distinta y discrepante, y, nuevamente si me lo permite, puede que por estar mejor fundada, al parecer, entre otras cosas porque estamos seguros, ¡cuanto atrevimiento por nuestra parte!, puede que piense, que hemos catado, saboreado y ….también probablemente Sr. Peñín, también, bebido, más Viña Tondonia que Vd, posiblemente, y conozcamos mas este vino que Vd, y a decir verdad en su Guia 2005, pág. 795, sólo vemos un Gravonia 94 blanco; 2 Tondonia blancos, el 81 y el 87; un Cubillo 99 y dos Tondonia 85 y 96 en Tintos, y ningún Bosconia, ni blancos ni tintos y dicho sea de paso.

Lo dicho sea con todos los respetos y en términos de justicia, pues el Viña Tondonia merece ser, citado y valorado, en mi opinión, con mayor sensibilidad y mayor acierto como debe corresponder a un crítico con experiencia y conocimiento en la materia.

(1) trascripción efectuada por Juancho Asenjo en la pág. 53 de su buen trabajo, como siempre, “Beber Catar”, en la Revista Vino + Gastronomía, núm. 205

Bosconio.