Garnacha de Gredos.
Re: Garnacha de Gredos.
Ver mensaje de MgarciaresBueno, como paisano de la zona te puedo decir que todo influyen un poco. Por un lado la elaboración, ya sabes, cada maestrillo tiene su librillo, pero en lo que todos coinciden es en realizar las crianzas en roble usado y si es de gran tamaño las barricas mejor, de 500 o 600 litros. La zona también es muy importante. Por ejemplo, la altura es determinante en este aspecto. Ten en cuenta que en Cebreros hay vinos por encima de los 1000 metros de altitud y en la zona de San Martín de Valdeiglesias o Méntrida la zona es más baja, entre 500 y 600 metros. Por poner un ejemplo en Cebreros la vendimia suele comenzar a finales de septiembre, sobre el 20 (depende también de las zonas) y en El Hoyo de Pinares, mi pueblo, casi siempre se empieza entre 10 y 15 días más tarde, y sólo nos separan 6 kilómetros. Por lo tanto los vinos tienen que ser distintos, y eso es lo bueno, no sacar clones sino que cada vino sea singular y exprese lo que tiene dentro.
La característica que los une es la variedad, de clones muy parecidos, plantaciones viejas en vaso, pequeñas parcelas, producciones pobres. Esto origina vinos singulares pero distintos entre si.
Mis favoritos son los de Cebreros, Zerberos, Pegaso, El Reventón, Airun o Arrebatacapas. También me gustan mucho los que hace Jiménez-Landi en Méntrida, el 7 Navas de Navaluenga y los de Bernabeleva de San Martín. Bueno, es que me gustan todos, pero en especial los de Cebreros.
Un saludo.
"Beati Hispani quibus bibere vivere est" Traducción: "Afortunados los españoles para los que beber es vivir". Atribuida a Julio César
Re: Garnacha de Gredos.
Ver mensaje de Revy 66Te dejo el artículo que he comentado del suplemento de El Mundo de Castilla y León La Posada, es un poco más claro y conciso sobre lo que se quiere hacer en la zona y quién son los integrantes del proyecto.
UVAS GARCHACHAS DE ALTURA.
Antonio García González – La Posada nº 582. El Mundo – 26 de marzo de 2011 – www.laposadanet.com / [email protected]
Una decena de bodegueros del entorno de Cebreros, localidad situada al este de la provincia de Ávila, muy cerca de la Comunidad de Madrid, ha decidido dar un paso al frente y apostar por las garnachas que producen los viñedos de la comarca.
Han pensado que ya es hora de que el vino de la zona abandone la imagen que arrastra desde hace años y que se asocia a caldos de escasa calidad y gran consumo, vendidos a granel. Hasta hace algo más de dos décadas no era extraño ver por las calles de la capital camiones repletos de grandes toneles de vino de la zona, para vender casa por casa este producto elaborado de manera muy artesanal y anticuada.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte, y gracias en parte a la labor realizada por la Asociación de Sumilleres Abulense (ASA), la cultura del vino ha calado en la provincia. Eso sí, pasito a pasito, que los cambios de mentalidad son costosos.
La creciente descapitalización de la zona de Cebreros y el Alberche ha marcado en los últimos años el devenir vitivinícola de la comarca, ya que no han sido pocos los propietarios de viñedos que han vendido sus derechos a bodegas de otros puntos de España.
Ahora parece que comienzan a cambiar las tornas, con la apuesta que expertos como Telmo Rodríguez, que cuenta como socio con el piloto Carlos Sáinz, han hecho por las garnachas de la zona. Junto a él han surgido nuevos proyectos a pequeña escala, entre los que destaca la bodega Garnacha Alto AIberche, nacida, hace casi cinco años y que cuenta con siete socios. Sus viñedos se reparten en las 20 hectáreas que tienen distribuidas por diez municipios.
Afortunadamente, todo está cambiando desde hace una década, aunque en los últimos años esta sensación se acrecienta con proyectos a pequeña escala que se involucran con una garnacha que da unos caldos muy potentes y minerales. El resultado es «un vino del terruño», tal y como explica Rafael Mancebo, que además de presidente de la ASA es uno de los responsables de la Bodega Garnacha Alto Alberche.
También es uno de los principales arietes del ambicioso proyecto Garnachas de Gredos, un proyecto que «se está gestando» entre una decena de bodegueros con catorce bodegas ubicadas mayoritariamente en el entorno de Cebreros, pero también en las inmediaciones de San Martín de Valdeiglesias (Madrid) y en Méntrida (Toledo). Les une la tipicidad de una gran uva como la garnacha, sin olvidar la variedad blanca albillo.
«Estamos trabajando en una delimitación geográfica» para esta zona, según Mancebo, quien destaca los «criterios de honestidad» con los que quieren impregnar la elaboración de estos caldos, a partir de un «tratamiento biodinámico de la tierra». Respecto a la vinificación, la define como «controlada y nada agresiva».
«Queremos que de estas garnachas viejas y de altura, salgan unos vinos de calidad», resume el máximo responsable de los sumilleres abulenses, mientras destaca las características «distintas» de esta garnacha cuyas viñas se cultivan a una altura de entre 600 y 1.100 metros, en unos suelos de granito y pizarra, que contribuyen a un producto final «muy mineral». «Es un vino del terruño, que recuerda a la zona de la que procede», tal y como lo define Rafael Mancebo.
Además de la altura, los suelos y el cuidado en la elaboración, estos caldos son depositados en «maderas viejas, para no dar mucha madera a los caldos», con el objetivo de que «salga la intensidad frutal de esta garnacha vieja». Mancebo, que está entusiasmado con el proyecto, explica cómo quienes se han involucrado, pretenden «aunar esfuerzos» y poner en práctica «criterios comunes para ir delimitando una vinificación en la zona, con una uva determinada».
En esta «unificación de voluntades» trabajan todos los implicados, tal y como señala Daniel Ramos, otro de los enólogos que ha apostado por la comarca. Ahora está inmerso en el proyecto llamado Zerberos, un vino de la zona, con una elaboración «muy cuidada», a partir de un proyecto «muy personal», cuya base son las variedades autóctonas. Por eso, su producción resulta, de momento, muy reducida, con poco más de un millar de botellas, que ya han sido vendidas a Brasil. Ramos también se muestra ilusionado con el proyecto Garnachas de Gredos, ya que se trata de «divulgar la personalidad de una zona que da un vino con una tipicidad única en todo el mundo, por sus condiciones climatológicas, el suelo y unas variedades que se han adaptado al lugar dando vinos únicos».
Desde su punto de vista, la iniciativa va por buen camino, ya que la garnacha es «la variedad de referencia en el mundo».
«Estamos en el momento perfecto para poder salir y que se hable de Cebreros», señala, antes de hacer hincapié en la importancia de que una de las bodegas inmer¬sas en el proyecto sea El Reventón, uno de cuyos vinos fue incluido el año pasado por el gurú Robert Parker entre los diez mejores de España, gracias al trabajo de Daniel Jiménez-Landi.
«Estamos encantados de que nos acompañe en este viaje y sea nuestra bandera», comenta Daniel Ramos, quien considera el actual como un «momento maravilloso» para realizar una apuesta por esta «zona histórica», ya casi olvidada al este de Ávila.
Otro de los implicados en esta aventura es Juan Carlos Arenas, embarcado en el proyecto Maldivinas, una pequeña bodega ubicada en Cebreros, que cuenta con dos socios que disponen de dos hectáreas de viña vieja situadas en una ladera de suelo pizarroso.
A estos terrenos se han sumado otras dos viñas de garnacha más joven para lanzar una segunda línea, dentro de una elaboración «ecológica» de vinos. Su producción, al igual que la de la mayoría, es modesta. Se sitúa en torno a las 1.500 botellas.
Desde su punto de vista, el proyecto global en la zona supone «difundir el trabajo y el compromiso común dé trabajar esta tierra», así como la «divulgación de esta variedad de uvas tan poco conocida». Después precisa que, la que es menos conocida es la zona.
La característica común de todos los asociados es su pequeño tamaño, de ahí su necesidad de agruparse en torno a una idea global en el terruño. «A lo mejor alguien se engancha después», apunta Arenas, convencido de las bondades de una iniciativa que trata de volver a situar en el mapa de los mejores vinos una comarca que desde hace siglos debe parte de su fama a sus viñedos.
Rafael Mancebo considera que el objetivo final de este ambicioso proyecto lo decidirán entre todos sus miembros. Así, puede que luchen por lograr el reconocimien¬to como zona geográfica o como denominación de origen en el futuro. Lo que tienen claro es que sus criterios y su trabajo tienen que ser comunes. «Lo fundamental es aunar voluntades, porque así podremos hablar de algo más global», dice Mancebo.
En este contexto, señala que el grupo es muy variado, ya que mientras algunos de sus integrantes ya han iniciado hace algún tiempo el proceso de comercialización dentro y fuera de España, otros ni siquiera han salido al mercado.
Lo que parecen tener claro es que el primer paso para convertir esta zona les corresponde a los propios interesados. Después será el turno de las administraciones, teniendo en cuenta que, aunque la mayoría de los implicados están asentados en el entorno de Cebreros, varios de ellos se encuentran dispersos en otras dos comunidades autónomas.
Se trata de un aspecto a tener en cuenta para el futuro de este colectivo que está abierto a recibir a nuevos socios, por aquello de que la unión hace la fuerza.
Aunque todavía queda mucho por hacer, la semilla ha sido depositada en los fértiles suelos de esta comarca, a la espera de que el fruto resulte tan potente y grato como esperan quienes se han implicado en una iniciativa que puede hacer que esta zona renazca de sus cenizas y se convierta en el Toro del sureste de Castilla y León.
Daniel Ramos, uno de los mejores conocedores de la garnacha de Cebreros, defiende con firmeza la calidad de esta variedad autóctona y resume con claridad el objetivo de esta apasionante aventura que puede contribuir a impulsar la zona. «No venimos a descubrir nada. Venimos a acompañar y a adaptarnos a los tiempos lo que hay», argumenta al respecto.
A partir de ahora, lo que resta es trabajo para sacar adelante una iniciativa que puede impulsar y transformar toda una comarca.
OBJETIVOS Y BODEGAS
Unidad: Lo que une a los Integrantes del grupo es «ver que hay una tipicidad de una gran uva (Garnacha o Albillo Real), en todas las zonas o municipios delimitados». A esto se une el hecho de que sus integrantes son «capaces de hacer grandes vinos, como lo demuestran las puntuaciones de la critica tanto nacional como internacional». «De esta forma queremos defender una auténtica Denominación de Origen en contra de una Denominación administrativa que es como actualmente está dividida la comarca vitivinícola», explica Rafa Mancebo, que destace, la apuesta por que los viñedos «sigan una agricultura ecológica/biológica como mínimo.
Normas que rigen para pertenecerá esta marca: 1.- La
honestidad personal en la elaboración de estos proyectos o vinos, y en su cumplimiento por el mantenimiento de la calidad de estos reunidos. 2.- Los vinos se deben de realizar con las variedades autóctonas Garnacha o Albillo. 3.- El cultivo del viñedo debe de ser biológico o ecológico. 4.- Hacer un vino de calidad, que debe tener tipicidad de la zona, así como una calidad contrastada por el mercado y pasar una prueba de comité de cata, en la que se probarán los caldos a ciegas por profesionales y bodegueros que tengan su vino incluido en la «reunión». 5.- Se delimitará la zona geográfica a los siguientes términos municipales que tiene sus viñedos en altura en la sierra: Toledo: Pelaustán; San Vicente del Real; Almendral y Navamorcuende. Madrid San Martín de Valdeiglesias; Las Rozas de Puerto Real; Cadalso de los Vidrios y Cenicientos. Ávila. Navatalgordo; Navaluenga; Burgohondo; Navalmoral de la Sierra; San Juan de la Nava; El Barraco; Navarrevisca; Navalacruz; San Juan del Molinillo; Villanueva de Ávila; Navalosa; Santa Cruz de Pinares; San Bartolomé de Pinares; El Herradón; El Hoyo de Pinares; Cebreros y El Tiemblo.
Bodegas que están involucradas en el proyecto: En la provincia de Toledo se encuentran las bodegas Canopy y Jiménez Landi y Cuatro Monos. Por su parte, en la Comunidad de Madrid figuran las siguientes bodegas: Bernabeleva, Marañones y Comando G y Luis Saavedra. La provincia de Ávila es la que aporta más bodegas a esta iniciativa, con un total de 7. Se trata de Garnachas Alto Alberche; Maldivinas, Daniel V. Ramos (Zerberos Finca); Arrebatacapas; Velada; Beatriz Herranz y Daniel el Travieso.
Producción: El volumen de producción aproximado entre todas las bodegas se sitúa en torno a las 130.000 botellas. Se venden todas.
Inicio: El grupo ha comenzado a funcionar este año y no descarta la incorporación de nuevos socios. En la actualidad sus integrantes se encuentran en proceso de elaboración de mapas, pdf e información para la divulgación de esta iniciativa que pretende ofrecer un mismo mensaje y divulgarlo, para así poderse beneficiar conjuntamente de esta unidad de acción en torno a una zona.
"Beati Hispani quibus bibere vivere est" Traducción: "Afortunados los españoles para los que beber es vivir". Atribuida a Julio César
Re: Garnacha de Gredos.
Ver mensaje de CachinaAnda que se me ha traspapelsdo el hilo.....
Intentare profundizar en Cebreros, aunque por mi tierra no sea facil. Cada dia valoro mas la frescura en un vino, el B. Pizarra me ha gustado micho y tengo a Granito em cola.
Gracias por las explicaciones,
Manuel
Re: Garnacha de Gredos.
Ver mensaje de CachinaGracias Juan Luis! No había visto el aetículo. Un abrazo