El violinista: ¿aplicable al mundo del vino?

32 respuestas
    #1
    G-M.

    El violinista: ¿aplicable al mundo del vino?

    ------------ Cierto día, un músico callejero se situó en la entrada del metro "L'Enfant Plaza" de Washington, DC. Era una mañana muy fría del mes de enero. El violinista estuvo tocando durante 45 minutos. Empezó con Bach, luego el “Ave María” de Schubert, siguió con Manuel Ponce y Massenet y, finalmente, Bach de nuevo. Eran las 8 de la mañana, la hora punta. Pasaban cientos de personas frente a él, casi todas camino de sus trabajos. A los pocos minutos, un hombre de avanzada edad reparó en el músico. Aminoró el paso, se detuvo unos segundos y emprendió de nuevo su camino. Un minuto más tarde, el músico recibió un primer dólar: sin pararse, una mujer lanzó un billete a la caja del violín. Poco después, un individuo se paró unos instantes a escuchar, pero al mirar su reloj, echó a andar de nuevo rápidamente; se le estaba haciendo tarde. El que le prestó mayor atención fue un niño de unos 4 años. Su madre lo cogió y tiró de él, pero el pequeño seguía escuchando. Finalmente, su madre lo agarró fuertemente y siguieron andando. El niño, mientras caminaba, seguía mirando al músico con la cabeza vuelta. Durante los 45 minutos que el músico estuvo tocando, tan solo hubo 7 personas que se detuvieron a escucharlo, pero todas muy brevemente. En total, logró reunir 32 dólares. Nadie miró cuando el músico dejó de tocar. Nadie le aplaudió. De entre el millar de personas que pasó por delante de él, nadie lo reconoció. Nadie notó que el músico era Joshua Bell, uno de los mejores violinistas del mundo. En los pasillos del metro tocó algunas de las más difíciles partituras que jamás se han escrito, y todo ello… ¡¡con un Stradivarius del 1713 valorado en 3,5 millones de dólares!! Dos días antes de estos hechos, no quedaban entradas a la venta para su concierto en el teatro de Boston… ¡aunque costaban casi 100 dólares! Esta actuación de incógnito de Joshua Bell en la estación de metro fue organizada por el «Washington Post» para investigar la percepción, el gusto y las prioridades de la gente. Estas eran las preguntas: • ¿Podemos, en un ambiente cotidiano y a una hora inusitada, apreciar belleza? • ¿Nos pararíamos para apreciarla? • ¿Podemos reconocer el talento en un contexto inusual? Una de las posibles conclusiones del experimento podría ser: Si no nos detenemos unos segundos a escuchar a uno de los mejores músicos del mundo cuando está tocando una de las más bellas partituras, ¿cuántas otras cosas extraordinarias nos estaremos perdiendo diariamente al no saber apreciarlas? -------------- Hasta aquí el interesante mail que me han enviado. Cuelgo este hilo porque creo que es totalmente aplicable al mundo del vino. Es como una puesta en escena de las conclusiones que tantas veces se han debatido en este foro: el entorno, la atención, la preinformación altera la valoración de la cata… ¿Qué os parece? Saludos cordiales Aurelio G-M.
    #2
    JaviValencia
    en respuesta a G-M.

    Re: El violinista: ¿aplicable al mundo del vino?

    Ver mensaje de G-M.

    Leí esta noticia hace ya algún tiempo. En esta sociedad vamos tan sumamente estresados que obviamos esas pequeñas cosas que hacen que la vida sea tan maravillosa. Me parece un magnifico experimento.

    Un saludo,

    Si el plan "A" falla, recuerda que existen 26 letras más.

    #3
    Gabriel Argumosa
    en respuesta a G-M.

    Re: El violinista: ¿aplicable al mundo del vino?

    Ver mensaje de G-M.

    Muy interesante Aurelio, razon tienes que en la mayoria de las veces solo damos importancia, a lo rimbombante.

    Un alegria volver a leerte.

    Saludos desde Cantabria

    #4
    Vadevi
    en respuesta a G-M.

    Re: El violinista: ¿aplicable al mundo del vino?

    Ver mensaje de G-M.

    Pasa como en todo en esta vida, apreciamos mas lo que de antemano sabemos que tiene mas calidad "sic" o es mas caro, y la experiencia demuestra como en este caso que todo por pequeño o insignificante que nos parezca tiene su valor, en este caso tanto el violinista como el violín, como lo que interpretó lo mejor del mundo.

    moraleja (barrio de madrid) es broma, no te dejes influenciar por el entorno ni el contexto y disfruta de los sentidos.

    Salut

    #5
    lsierrar
    en respuesta a G-M.

    Re: El violinista: ¿aplicable al mundo del vino?

    Ver mensaje de G-M.

    Claro que es aplicable al mundo del vino y a muchas cosas más. Y es que un enemigo de la objetividad es ls predisposición.
    1º) Si por adelantado, te dicen que vas a catar un "gran vino", la nota de partida ya de por si va a tender a ser alta (prueba de ello son los resultados de las catas a ciegas)
    2º) Si el entorno de la cata y además el circulo de catadores que te rodean es de tu agrado, tenderás a "premiar" al vino subiendo su nota de cata (creo que simplemente por la integración vino/entorno)
    3º) Y por supuesto, tu estado anímico

    Y es que es muy difícil aislarse de todos los condicionantes que rodean a un vino durante una cata.

    Saludos

    #6
    Gabriel Haro

    Re: El violinista: ¿aplicable al mundo del vino?

    Habría que tener en cuenta también en la ciudad donde se hace este experimento, seguramente en un país de la Europa central esto sería distinto, hay que tener en cuenta en que ámbito cultural nos estamos moviendo y las tradiciones que se dan.

    En cuanto al mundo del vino, cada vez me gusta menos el mundo de la cata, también es aplicable lo que he comentado. Claro hay que tener un buen entorno para disfrutarlo, la atención pues depende del momento, habrá días que quieras buscar mas, otros en cambio el simple momento de disfrutar y nada más. La preinformación, siempre depende en que contexto te la den, a que momento es ese de la cata, si esta es de ámbito de un negocio, o es por puro placer. Si es experimentación sobre nosotros mismos, en una cata ciega se examina también al examinador.

    Gabriel

    #7
    Mayol
    en respuesta a G-M.

    Re: El violinista: ¿aplicable al mundo del vino?

    Ver mensaje de G-M.

    Hola Aurelio, me parece fantástico el experimento y yo no lo había leido.

    Por desgracia, vivo en una ciudad en la que la gente va siempre deprisa y la mayoría de las veces no nos damos cuenta de "nada" de lo que tenemos alrededor. A veces he aparcado el coche y me he parado en medio de la calle para contemplar un amanecer precioso... pero si en ese momento te fijas en la gente van con la cara enjuta y nerviosos.

    Aquí en Madrid hubiera ocurrido lo mismo, sobre todo si es un día laborable y en las horas "puntas" de trabajo. ¡Qué desperdicio! no pararse a escuchar esas melodías de ese violinista virtuoso y con esa joya de violín.

    Moraleja: las formas, la apriencia, el envoltorio, el marketing... no sólo son importantes, sino que parece que nos hablan de su contenido, por lo que estaremos siempre más predispuestos a apreciarlo con todos nuestros sentidos.

    Un saludo.
    Mayol

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