Fabuloso, apabullante, caótico de belleza y una nariz dulce, punzante, eléctrica, con ese alcohol perfumando, hiriendo los nervios, dulcemente deshaciendose en la boca, con el ácido clavado como un recuerdo todo el recorrido y los toques de cedro, maderas, puros, tabaco y humo, especias negras, esa acidez en los labios, esa pureza de paso, concentración, cáscara de nuez moscada, ahumados, finos tostados, hinojo y matorral, es rítmico y con ese final de atisbos del paso breve por madera y el toque final de tal vez pomelo o piña. Todo en equilibrio, largo, pensativo, goloso y pleno de brandy borracho y calidez, es para estar allí otra vez. Sr Carballo, maravilloso vino. Es que con motivo de la visita de Silvia y Rayco no se nos pasó por alto algo así entre otros menesteres pero la ocasión estaba dibujada. Bueno, entre otros Moscatel tambien que habia y que con un achocolatado turiga Don Eliseo y Contiempo