Jerez fue una fiesta (especialmente para Juan Such)

Si vais a ir a Jerez, para la feria de Vinoble, es conveniente un entrenamiento mental y físico antes, ya que aquello es el paraíso, solo faltan las huríes y alguna mulata/o. (para los del armario). Os contaré algunos apuntes de mi diario de la última edición.

Imagínate por un momento estar catando Tokajis de mogollon de putonyos, algún szencia, después enjaretarte un par de trokenbeerenauslese Alemán o austriaco, para más tarde rebajar un poco el azucar con un amontillado o un palo cortado y una vez repuesto unos cuantos oportos vintage, y luego un icewine canadiense o un eiswein alemán, después un Sauternes o un Vouvray, luego un Savennieres o un Coteaux du Layon. Salimos al patio y unos cuantos finos y manzanillas, para volver a la carga con madeiras, marsalas, garnachas del Languedoc, del Empordá o del Priorat, para seguir con las malvasias canarias o los moscateles valencianos o griegos, pasando por los vinos santos italianos o los moscatos pasitos de Pantelleria. Y luego si te quedan fuerzas, unos fondillones, un espumoso dulce o unos riesling alsacianos o alemanes, asi como los Gewürztráminer alsacianos o el de Gramona.

Coges un respiro y saltas a los Pedro Ximenez de Montilla-Moriles, y luego a los de Jerez, te haces una comparativa, vertical y horizontal, para rebajar unos cream y otros olorosos, mas tarde los oportos L.B.V. y algun Tawny viejecito y si lo hay un Crusted. De repente empieza a sonar palmas en el tablao flamenco que hay en la entrada, ¡coño!, ya son las ocho de la tarde y se te han pasado nueve horas sin darte cuenta.

Total que sales con las orejas echando fuego pal tablao, das unas palmas, alucinas de cómo guiris de todo el puto mundo flipan con el flamenco, y más tarde, cenita en una de las grandes bodegas del Marco, Gonzalez Byass, Osborne, Domeç, Sánchez Romate, Emilio Lustao, etc.

Cuando el torrijon es monumental y estas "hartao" de todo, de pata negra, de cañita de lomo, de finos y de pescaitos, pal hotel, duermes de un tirón y a los tres segundos suena el despertador, ¡A la Feria! Y vuelta a empezar, vinos de hielo rumanos, armenios o estonios, Ruster Ausbruch Austriacos, vinos botrytizados norteamericanos, un Eiswein chileno, y un "rebujito" pa refrescar. Enseguida vuelves a la carga con unos cuantos Bonnezeaux, Chaumes y Touraines, un St-Croix-du-Mont o un Cadillac más tarde y sin dejar Francia un champagne dulce o un licoroso de Loupiac o de Barsac o Cerons y si no te molan estos un Condrieu pasificado en invernaderos, o te piras a Suiza (que hay una valenciana guapísima atendiendo el stand) y catas unos cuantos Vins de Glacier, o un genial vendimia tardía llamado "Grains de Malice"; o el increíble "Mitis" (elaborado con la variedad Amigne) o "Les Terrasses" (y no es el de Álvaro) un vendimia tardía impagable.

Luego de un salto te pasas a Alsacia para fundirte unos cuantos Selection de Grains Nobles elaborados con Riesling o algun Tokay-Pinot gris, o moscateles de Frontignan, o vendimias tardías de Córcega, y ya que estamos en el mediterráneo alguna malvasía Israelita o Egipcia, o un vino de navidad (vendimiado y vinificado el 25 de Diciembre) Esloveno, y también (porque no) algun Gaillac con más de un cuarto de kilo de azúcar residual (Delires D´Automne se llama la criatura). Para rebajar un Jurançon elaborado con Petit-manseng y después un Pacherenc (hecho con arrufiac) para seguir castigándonos con un Côtes de Bergerac o un Monbazillac y luego volviendo a España, nos hacemos un Chivite vendimia tardía y un tostadillo gallego y rápidamente saltamos al pabellón jerezano, otros cuantos palos cortados y amontillados muy viejecitos, cuando de repente ¡otra vez las palmas!, algo de jaleo en el tablao, todos contentos y aplaudiendo, para enseguida a cenar a otra bodega de las grandotas, y así hasta cuatro días.

Como habréis podido observar aquí no se para a comer, ya que sino perderíamos "el puntito" que dicen los jerezanos, que de esto de beber, palmear e ir paseando saben un rato más que nosotros.

Seguro que se me han olvidado mogollón de vinos, pero imagino que con esta pequeña crónica os haréis una ligera idea de lo que es Vinoble.
Un saludo a todos y espero veros en Jerez, que de verdad ¡es una fiesta!, tiene pellizco, duende, charme, swing, y además es un estado del alma, una patria mental, etc. etc.

Juan Ferrer Espinosa
Enopata.

Posdata: Y como es mi costumbre, no pido perdón por la parrafada.