El Holocausto del Vino 2024 (I): vinos españoles

Breve advertencia inicial: para efectuar el presente post, y no machacarme mucho, permítaseme efectuar, al comienzo del mismo, un pequeño copia y pega del primer párrafo del post inicial del mismo título que efectúe el año pasado.

Vamos allá…

Durante los días 1 de agosto a 4 de agosto, un grupo de 4 foreros amigos de Verema -3 de ellos con su respectiva pareja-  nos reunimos, gracias, de nuevo, a la inmensa generosidad de uno de ellos, en un lugar apartado del mundanal ruido -por cierto, maravilloso- con un objetivo claro: repetir la experiencia de beber unos cuantos -bastantes- vinos que fueran, además, de la mayor calidad posible.

Para ello se celebraron múltiples catas -a veces, dos diarias-, y a modo de inicial resumen, las reglas de las mismas, tras varios debates previos, fueron las siguientes:

1. En las comidas/cenas, ya con comida, se catarían vinos tintos. El primer día se dedicaría a los vinos españoles. El segundo, a los vinos día de Burdeos. El tercero, a los del Ródano. Y el cuarto a los que vinimos a llamar “vinos del nuevo mundo”.
2. Todas las catas irían precedidas de entrantes especiales vía espumoso o blanco.
3. Atendiendo a la experiencia del año anterior, se decidió que algunos vinos se decantarían y otros no. Incluso, en alguna ocasión, se decantó media botella y la otra media no, al objeto de efectuar la correspondiente comparativa.
4. Las copas elegidas fueron siempre: Gabriel Glass para los blancos y Spielegau Definition para los tintos.

Sobre estas premisas previas, y según la opinión del que suscribe -que ejerció de secretario del evento-, el desarrollo de las catas y la valoración de los vinos catados fue la siguiente (en su primera parte -3 catas-

Primera cata: cena 1 de agosto (vinos españoles)

Juve Camps Millesime. Magnum 2017

Cremoso, mineral, punto herbaceo. ligero. Flores blancas. Frutal (melocotón, pomelo y melón). Ligera nota láctea.

L’Ermita 1999

Media botella decantada 3 h. y otra media no.

El decantado: se muestra algo sucio en nariz. Cuero, algo de cuadra. Un pelín oxidado Algo mejor en boca, Mineral, resina, fruta roja. Pero muy limitado. La decantación lo mató.

Mucho mejor en nariz el no decantado. Limpio. Mas frescura. No se notan loas aromas sucios. También mejor en boca, con más registros y algo más de volumen, Elegante, pero también algo cortito.

Muy inferior al degustado hace no mucho en una cata de Priorato en Tarrasa. A mi juicio, si se hace un abrir y tomar, aún dará alguna alegría, pero ni de lejos lo decentéis. Si acaso, jugar un rato en la copa. Se nota la nobleza, pero la edad no parece perdonar.

Flor de Pingus 2012

Sin decantar. Se muestra muy entero. Bastante fruta negra y roja madura. Cedro. Notas de lácteos. Buena estructura. Tanino redondo. Algún leve registro cárnicos. Algo de licor. Suave paso por boca.  Buena longitud. Con recorrido. Un clásico de Sisseck. Sin duda, el más juvenil de la cata junto con el Contador. Con aguante. Muy bueno.

Aquilón 2015

No recuerdo si se decantó (creo que no). Se mostró en exceso goloso y dulzón. Potente, extraído, mucha fruta, sobre todo negra, pero no es de los Aquilones que yo recuerdo. Este creo que es el que se debió decantar -andaba yo en Babia- y así me lo habían recomendado los propios elaboradores de la Bodega. Dadle aireación sin miedo y que coja algo de la complejidad y categoría que se espera de él. Para mi, la decepción de la noche. 

Termanthia 2005

Media botella decantada 3 h. y otra media no.

La decantada: Enorme intensidad en nariz. Fruta negra. Muy bien especiado. Notas tostadas. Chocolate negro, toque de café oscuro. Excelente paso por boca, músculo y elegancia. Muy buen volumen. Consistente, pero pura seda en el paso por boca. Enorme final.

La no decantada: muy similar al decantado. Un puro roble.

Para ir consumiéndoselo sin prisa, pero con buena aireación. Excelente. El que más gustó.

Contador 2008

Decantado 3 h.

En realidad, no fue el último, sino que iba a ser el tercero. Pero tras esas tres horas y 1 más el vino estaba absolutamente plano y se decidió devolverlo a la botella, sin hacer extracción y meterla al frigorífico.

Al día siguiente, uno de los asistentes se lo metió en la mochila y nos llevamos la botella de excursión (no pequeña) por la montaña, hasta que llegamos -tras una buena andada- al sitio donde comimos. Habían pasado 15 horas desde su primera apertura.

Mucha fruta negra, denso, aún con un cierto cuerpo, sin matices de oxidación, aunque quizá con no mucha longitud. Un buen vino que se discutió si estuvo a la altura de los de la noche anterior, posiblemente al nivel del Flor de Pingus. Sin duda, para aguantarlo en bodega o, si se abre, para darle 6 horas de aireación (y a ver si hay suerte y se abre). Muy complejo.

Ganador por unanimidad: Thermantia 2005, con muy buenas sensaciones también respecto del Contador 2008 y Flor de Pingus 2012.