Pedro Domecq Oloroso viejísimo 1920 y Marqués de Murrieta Gran Reserva 1988
Estimados amigos,
Tengo desde hace cuatro o cinco años una botella de Pedro Domecq Oloroso Viejísimo añada 1920 embotellado en 1982 para conmemorar la visita de Juan Pablo II a España (etiqueta con las armas papales y las de Domecq, etc.) y otra de Marqués de Murrieta Gran Reserva de 1988.
El problema es que estos últimos años han estado conservadas en la cocina, a temperaturas oscilantes y no ideales, con mucha luz y olores... Quería pedir vestra opinión sobre si los vinos se habrán echado a perder, pues tengo mucho cariño por estas botellas y me daría pena abrirlas y no poder beberlas.
Muchas gracias de antemano y un saludo a todos.
Pursewarden