¡Bueno! ¡Ya estamos de vuelta! hemos pasado una semanita en el Empordà, más de

¡Bueno! ¡Ya estamos de vuelta! hemos pasado una semanita en el Empordà, más de relax que de actividad pero alguna cosa me ha dado tiempo de hacer. En primer lugar dar las gracias a @Marcbeuvi por ejercer de magnífico anfitrión. Quedamos una tarde y nos cundió. En principio tenía reservada la visita a Mas Molla que se suspendió un día antes por previsión de lluvia, me avisaron antes pero luego además las previsiones acertaron, no tenían un sitio adecuado para hacer la cata al aire libre. Quedamos en casa de Marc, en Palafrugell y nos fuimos a Grau Licors, como dijo @pepecano un auténtico parque temático para los amantes del vino. Compré poca cosa ya que en principio no quería llevarme demasiado vino por el trayecto en coche y barco. De ahí a su casa, nos abrimos alguna cosita, intercambio de vinos, opiniones... y Marc me obsequió con 2 vinos de la zona. Espero que le gustara el Motor Escursac 2018 (4 Kilos) que le llevé, creo que sí, un auténtico lujo. Solo puedo tener palabras de agradecimiento hacia Marc. Luego había hablado con la gente de Mas Molla para pararme a comprar vino y me habían dicho que sí. Marc me acompañó y tuvimos suerte, el dueño estaba enseñando la bodega a una gente del mismo pueblo, Calonge, que estaban con unos amigos vascos. Todo pasión, me encantó escuchar como explicaba el proyecto, una vida de lucha por la defensa de la vinificación tradicional de la zona, el "vi de pagès" de toda la vida, por poder vender directamente el producto elaborado derivado de su propia actividad agrícola, defensa de la cultura vitivinícola de la zona, variedades locales y minoritarias... Nos comentó que Pedro Balda está estudiando su explotación en busca de variedades no catalogadas y que pronto habrá noticias, esperaremos con ansia las sorpresas de ese trabajo de campo... En casa de Marc probamos uno de los vinos tintos de Mas Molla y compartimos impresiones, luego ya en casa me he bebido  otra botella comprada en el mismo Celler. Para mí fue un vino imperfecto pero con capacidad de emocionar, y si tenemos en cuenta su precio entusiasmar. Una curiosa vinificación, fermentación en barricas muy viejas y luego crianza en barricas mas muevas pero siempre usadas, mezcla de variedades, vinos embotellados en botellas de espumoso puesto que no siempre terminan la fermentación o fermentaciones, elaboración natural, sin adicción de sulfitos antes del embotellado, supongo que un poco después de vendimiar pero tampoco lo sé... resultado final: al abrir la botella tuvo cierto carbónico que le da alegría en boca, lo tomamos un poco frío y eso se agradeció por la temperatura que hacía y para continuar con esa frescura aportada por el carbónico residual, de capa de color muy intensa, una de las uvas era monastrell, había 4 pero no recuerdo el nombre y algunas de debo recordarlo, nariz dominada por la fruta, leves notas volátiles pero que no molestan, ayudan a configurar ese vino imperfecto pero equilibrado dentro de estas aristas, sabroso en boca, aunque tiene bastante alcohol me pareció muy fresco y con un pa amb oli (pa amb tomàquet) y unos quesos locales me pareció una auténtica delicia por 2'25 euros.  Otro aspecto destacado de la bodega es su visión ecológica, además del cultivo también en la vinificación y después en la distribución, el vino se vende básicamente directamente en la bodega y hay la posibilidad de retornar el envase, cosa muy destacable ya que siempre hablamos que este es un aspecto muy importante en la huella de carbono de la actividad vitivinícola.  En resumen, una gozada de visita, la recomiendo a todo los aficionados al mundo del vino aunque hay que decir que no hay que olvidar que es una bodega de payés con sus características, no estamos aconstumbrados pero me recordó mucho a la visita de López Heredia, si no nos molesta el moho y las telarañas de López Heredia no nos deberían molestar las de Mas Molla, es más, están ahí porque tienen su función, unos de regular la humedad y las demás de regular la fauna de la bodega. Al final me traje unos vinos, más de los que tenía pensado, como siempre. Celler Mas Llunes, Celler Cooperatiu Espolla, Mas Molla, Rim de Jordi Esteve, Celler Martí Fabra, Troç d'En Ros, Cosmic Celler y para finalizar una sidra de Serps de manzanas autóctonas de la zona. Destacar la visita al bar de vinos Plaça del Vi 7 en Girona y sobretodo el restaurante Pa i Raïm en Palafrugell. Experiencia muy enriquecedora, vuelvo a destacar la amabilidad de Marc y sus esfuerzos por generar una experiencia maravillosa.

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