Supongo que mis hábitos de consumo no son la norma, pero desde marzo estoy

Supongo que mis hábitos de consumo no son la norma, pero desde marzo estoy bebiendo (y por tanto comprando) más vino que nunca. Rara es la semana que no han caído 4 o 5 botellas. Además como este año no he podido viajar fuera gran parte de las compras han sido de vino español. En septiembre estuve en Andalucía y me traje de allí más de 25 botellas.

Pero vuelvo a repetir que supongo que mi caso no es lo normal en el consumidor medio y que en casa la gente bebe menos que fuera (tampoco es que fuera beban mucho vino, en muchos de los restaurantes que voy la gente bebía otras cosas, antes de la pandemia y ahora).

Seguramente los productores de destilados estén notando aún más la crisis, porque copas es más raro tomar en casa.

De todas formas, sin negar el palo enorme que va a suponer a muchas economías del país, también es cierto que vivimos en el país de la queja y la ruina constante: taxistas, hosteleros, transportistas, controladores aéreos... a todo el mundo le va mal siempre, según se escucha. Ahora mismo está lloviendo en Madrid y ya refresca, pero el domingo pasado me fue imposible encontrar una terraza donde tomar algo y todo el mundo estaba bebiendo GTs y demás.