Comimos un tártaro de atún rojo de película, al final solo bebí mosto, debería

Comimos un tártaro de atún rojo de película, al final solo bebí mosto, debería haber probado sus vinos tanto por copas como de las barricas, ese amontillado viejo debía ser una pasada. Probé el de la Taberna La Manzanilla y fue alucinante. Estábamos alojados en un apartamento justo en medio de las dos tabernas pero por horarios me iba mejor La Manzanilla. Eran dos conceptos totalmente diferentes, en la Manzanilla la gente iba a beber puesto que solo tenía patatas chips, olivas, frutos secos, queso y algunas latas (anchoas, berberechos...), un lugar auténtico... En cambio en La Sorpresa se daba más importancia a la comida y al maridaje, un local más acogedor, con una decoración más cuidada, vinos por copas además de las barricas... no sabría decir con cual me quedaría pero al final visité más veces La Manzanilla porque soliamos comer en el apartamento y iba a hacer una copita (o dos) antes de cenar. En todo caso un lujo las dos tabernas.