Como te comenta Josep, es muy complicado, francamente. Sin embargo, a mí sí se

Como te comenta Josep, es muy complicado, francamente.

Sin embargo, a mí sí se me quedaron ciertos vinos en particular muy grabados:

- Champagne Gosset porque no lo esperaba en una comida de visita a una bodega de Ribera del Duero (y vino bien para limpiar la boca y refrescar, además de que estaba realmente muy bueno ese Gosset).

- Del trío de generosos de crianza biológica, las dos manzanillas: Rocío y Olorosa Velo de Flor Magnum (criada en bota de Oloroso).

- Ossian Capitel 2008 y, especialmente, Ossian 2005. Tremendos (me gustó algo más, en este momento, Ossian 2005).

- Cuesta de las Liebres 2009 pero, sobre todo, Cuesta de las Liebres 2005 (una profundidad, una complejidad, madurez pero todavía con frescura, equilibrio y sedosidad). Fue mi tinto favorito ( Cuesta de las Liebres 2005).

- El Wehlener Sonnenuhr Riesling Auslese 1976 con el postre de Bergamota, albahaca y lima, fue maravilloso.

- El Château Yquem 1984 con el postre de panal de abejas, fue espectacular, una dulzura y delicadeza para recordar.

- El Viña 25 de Pedro Domecq con los Petit Fours, increíble también...

Se acaban adjetivos.

Al final, si me tuviera que quedar con vinos que puedo pagar (relativamente) o conseguir, me sirvió para:

- Aprender que un Ossian (ni siquiera necesariamente Capitel) con 14 años, si fue bien conservado, debe estar  ahora mismo espectacular.

- Que un Ossian Capitel de 10-11 años está hecho un chaval, en perfecto momento de disfrute pero que, probablemente, pueda aguantar otros 10 años más sin problemas.

- Que si tienes Ossian Capitel 2016, guárdalo unos años.

- Que un Cuesta de las Liebres de 10 y 14 años, están maravillosos. Que puedes beberte el 2014 o guardarlo durante años.

- Que un tinto Pago de Carraovejas puede aguantar 28 años y todavía mantener el tipo y estar muy bueno como sucede con este 1991 fundacional en Mágnum que tomamos.

- Que la Manzanilla Olorosa Velo Flor en Magnum (sólo 300 Magnums) nada tiene que ver con la Velo Flor que he probado en formato estándar (que no está nada mal pero que está a años luz de la Mágnum que disfrutamos ayer).

- Que los grandes dulces jerezanos, como el Viña 25 de Domecq, son espectaculares y, a la vez, eternos ...