El precio del vino en los restaurantes es otra asignatura pendiente, de luego

El precio del vino en los restaurantes es otra asignatura pendiente, de luego.

El tema de los márgenes en el vino en los restaurantes es algo insólito en este país. No sólo no invita a tomarte la segunda botella, sino que ni siquiera invita a tomarte la primera en muchos casos.

Entiendo que haya vinos muy dignos y con producciones relativamente masivas que por su precio de adquisición para el restaurante admitan márgenes de entre un 100% y un 200%. Por ello, asumo como razonable que un verdejo que un restaurante compra por 5 euros lo pueda vender por 10€ y hasta por 15€ (desde luego que la horquilla entre 10€ y 12€ sería más que razonable). Es decir, un vino cuyo coste ha sido de 5 euros, y que es vendido a un precio de 15 euros, arroja un beneficio bruto de 10 euros (beneficio que lógicamente debe servir para cubrir otros costes del restaurante, incluído el de rotura de una copa.

No obstante, este axioma sólo lo encuentro admisible en vinos baratos (que no de mala o baja calidad), y considero desproporcionado que vinos que en tienda se encuentran a un precio de 15 euros, se vendan en restaurante por 40 euros, y otros que se encuentran en la horquilla de los 23 euros en tienda, en restauración los encontremos igualmente con márgenes siempre superiores al 100% (o muy por encima, en los ejemplos que se mencionan en este hilo).

En ocasiones, he escuchado el argumento de que ese margen pretende cubrir la rotura de una copa, por ejemplo. Si así fuera, y ese riesgo está igualmente cubierto ganando lo mismo que con la venta de una botella de vino del escalón inferior, pues el riesgo de romper la copa es idéntico en ambos casos, y si el restaurador entiende como admisible ganar 10 euros en botella (coste 5 euros y precio de venta, 15 euros) y asumir el riesgo de rotura de una copa, no entiendo que por vender un vino de 25 euros de precio en tienda, se ganen 25 euros (precio coste: 25, y precio de venta 50) asumiendo el mismo riesgo.

Si el argumento final es que el margen del vino sirve para equilibrar el resultado de otras áreas del restaurante, por ser éstos deficitarios, es evidente que los amantes del vino no tienen que pagar la comida de sus vecinos, que están bebiendo agua.

Afortunadamente ya hay muchísimos restaurantes sensibles a esta circunstancia, y en ocasiones se pueden encontrar vinos de gama media/alta a unos precios relativamente razonables, y casi siempre, en lugares en los que el vino se entiende como una parte imporante de la comida, donde las copas son buenas, el servicvio del vino y su temperatura adecuados, donde existe preocupación por el maridaje con la comida y donde el nivel de profesionalidad es elevado. No obstante, también hay restaurantes muy profesionales con la mentalidad contraria, y donde invitan a no tomar vino.

Este debate, a la vista de hilos anteriores, veo que sigue candente.