En efecto, es una microoxigenación neutra y nada invasiva. Es la filosofía de

En efecto, es una microoxigenación neutra y nada invasiva. Es la filosofía de una barrica/bota muy muy vieja: redondear sin aportar nada al vino. Con la diferencia que la barrica muy vieja ya no debería otorgar tampoco microoxigenación (por cerrado de los poros de ésta), mientras que la ánfora de barro sí la debería aportar.

En este tema, supongo que cada viticultor/enólogo hará sus pruebas al respecto con vinos sólo de tinaja o de tinaja y roble en diferentes combinaciones (según qué busque o qué necesite en función de la climatología de la añada, el tipo de uva, más o menos tipicidad, etc). Que luego esas pruebas salgan al mercado, es otro cantar: dependerá de varios factores que el elaborador habrá de sopesar (siempre partiendo que el resultado final sea el que quiere y que los vinos le gusten, pues difícilmente vas a sacar al mercado algo que no te termina de convencer).

El ejemplo de elaboradora que ponía (Elisabetta Foradori) representa muy claramente lo que estamos hablando: la idea de tipicidad y terruño llevada al extremo.

Para el que tenga tiempo y curiosidad, en estos dos vídeos de YouTube, está la entrevista (en italiano con subtítulos en inglés), que se le hizo a esta mujer por parte de Piero Sini (periodista del mundo del vino):

Elisabetta Foradori. Part.1 (19 min 4 segundos)

https://www.youtube.com/watch?v=jkQooA2idhk

Elisabetta Foradori Part.2 (13 min 15 segundos)

https://www.youtube.com/watch?v=Q_wO7DX72_s

En esta segunda parte, catan varios vinos de tinajas de esta señora. En el instante 5:50 cita justamente al señor Padilla (Mr. Padilla), de Villarrobledo, el elaborador de sus tinajas.

Saludos