Totalmente de acuerdo y muy interesante la experiencia (como casi todas las "a

Totalmente de acuerdo y muy interesante la experiencia (como casi todas las "a ciegas" en las que he podido participar).

Muchas veces hablamos de vino más que bebemos y, EMHO (me incluyo), deberíamos beber más y comentar menos. Y, si comentamos, dejarnos guiar menos por etiquetas, precios, bodegas y mitos y más por las sensaciones que estos vinos nos aportan en un momento dado. Al final, lo que un vino te hace sentir (en nariz, en boca, con la comida) y la buena compañía, es lo que realmente vale, luego el hecho de que valga 8 o 28, pues sí, pero si un vino no te dice nada, el precio sólo puede hacer que cabrearte más (sobre todo si su precio es elevado y lo has pagado tú). Al contrario, si un vino es económico, una vez tenidas las buenas sensaciones, saber entonces su precio puede hacerte sentir contento, pero a más de uno hacerle sentir "algo menos contento" (por el único y mero hecho de ser barato el vino que le ha gustado).

Hace tiempo que me di cuenta que, cada cierto tiempo, es también conveniente ir "revisitando" vinos que no son (o no fueron en un momento dado), a priori, nuestros vinos... es la única forma de ver las cosas con verdadera perspectiva e ir situando "las cosas en su sitio".