Creo que no he visto hilo de este año abierto, así que procedo. Está siendo un

Creo que no he visto hilo de este año abierto, así que procedo.

Está siendo un año rarete, éste. Empezó con un febrero caluroso y algunas variedades empezaron a mover, luego le siguió un marzo y principios de abril con días fríos y tapados y las cepas se quedaron paradas. A finales de abril y primeros de mayo ya volvió el calor y la planta está intentando recuperar el tiempo perdido, porque está yendo como las balas. Yo ya tengo sarmientos que pasan el metro y algunas cepas están en floración. Otras van más atrasadas.

Curioso este año, no sé si os pasa lo mismo, que hay muchos racimos potenciales. Casi cada sarmiento lleva los dos de rigor, cosa que no me sucede siempre. Las temperaturas moderades del pasado verano deben haber influído en esa diferenciación a flor.

Este año tengo en marcha un objetivo ambicioso para el nivel pelagatil que gasto. Si bien no tengo intención de realizar más elaboraciones de las que ya hago (tinto crianza, blanco, rosado y sus dos correspondientes espumosos, quizá algo de mistela si me sobra mosto) sí que va a haber un cambio sustancial en los ensamblajes del blanco (algo de giró ros que injerté el año pasado cortesía de @Ralfilauren) y sobre todo en el tinto con la entrada en producción de la viña que planté hace 5 años. Habéis leído bien, 5 años y primero de cosecha, aunque realmente se me han pasado rápido.

Espero que entre una viña y otra me dé para llenar una barrica de 220. La que tenía hasta ahora era de 110, pero se ha demostrado insuficiente para la cantidad de vino que gastamos en un año. No es que nos lo bebamos, yo apenas abriré media docena de botellas en un año, pero sí que es muy útil para fiestas, regalos, aguinaldos, trueques, cenas a las que te invitan, etc... Espero que en el proceso de doblar la producción no muera de éxito, con quedarme como estoy me doy con un canto en los dientes.